El Ejército de Azerbaiyán ha reanudado en la mañana de este miércoles los ataques contra territorios fronterizos armenios pese al alto el fuego vigente en la región, según ha informado el Ministerio de Defensa de Armenia en su parte matutino.
«Hoy, a partir de las 08.00 hora local (04.00 GMT) el enemigo volvió al ataque con empleo de artillería, morteros y armas de tiro», ha asegurado el portavoz castrense, Aram Torosyan.
Torosyan ha concretado que el fuego tiene como objetivo al popular balneario de Dzhermuk y a la localidad de Verin Shorzha, ambos en el este de Armenia.
Cerca de Dzhermuk, ha agregado, el enemigo también utiliza drones de asalto, probablemente Bayratar de fabricación turca.
«Pese a la reacción contundente de la comunidad internacional, la dirección política y militar de Azerbaiyán continúa la agresión contra el territorio soberano de Armenia, atacando infraestructuras militares y civile», ha denunciado.
Los ataques azeríes han obligado a suspender temporalmente las clases en los centros educativos de dos regiones armenias en la frontera con Azerbaiyán.
Bakú, por su parte, ha acusado a las fuerzas armenias de disparar esta mañana contra sus posiciones en las regiones de Kelbajar y Lachín, infringiendo así el alto el fuego declarado la víspera.
Rusia, que medió la paz entre Armenia y Azerbaiyán tras una guerra en otoño de 2020, anunció este martes un nuevo alto el fuego en la región y confió en que este sería cumplido.
Sin embargo, autoridades armenias informaron ya durante la tarde del martes que, pese a la disminución de la intensidad de los bombardeos, estos no habían cesado.
El peor momento para Moscú
La reanudación de los combates hace temer el estallido de una segunda guerra en el espacio de la antigua Unión Soviética.
Las hostilidades llegan en el peor momento para Rusia, que intenta mediar, pero que ahora está inmersa en la campaña bélica en Ucrania.
Para Europa, y sobre todo para Rusia, un nuevo frente en el Cáucaso Sur sería el peor momento debido al revés que está sufriendo en la guerra.
«Rusia solo tiene herramientas políticas en la región para llamar a las partes a la paz. No tiene recursos militares. 2.000 de sus fuerzas de paz en el Karabaj y una base militar en Armenia no son un recurso que Rusia pueda usar», asegura el director del Instituto del Cáucaso con sede en Erevan, Alexandr Iskanderian.
El analista de seguridad regional Vajtang Maisaya coinciden en que «Azerbaiyán, al darse cuenta de que Rusia se debilitaba en la guerra con Ucrania, pasó a la acción», porque confía en que Rusia no enviará sus tropas para luchar por Armenia.
El exministro de Exteriores de Azerbaiyán Tofik Zulfugarov ha reconocido que «no está en los intereses de Rusia, dadas sus dificultades en Ucrania, complicar las relaciones con Azerbaiyán y el principal aliado de Azerbaiyán: Turquía».
La situación en la región, que ha dejado casi un centenar de víctimas en ambos bandos, será abordada hoy en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, convocada por Francia.