Aitor Agirrezabal
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

El SNP proyecta la Escocia que desea a través de la independencia: verde y en la UE

Ante la ausencia de una campaña oficial, el SNP está aprovechando la conferencia anual de Aberdeen para poner sus cartas sobre la mesa y trasladar a la sociedad su propuesta para una Escocia independiente.

Michael Russell, presidente del SNP, ha intervenido este domingo.
Michael Russell, presidente del SNP, ha intervenido este domingo. (SNP)

Es fácil comprender por qué, en este 2022, el SNP ha optado por Aberdeen como sede de su conferencia anual. La ciudad, en el noreste de la isla, es la capital europea del petróleo y un paseo por sus calles y su puerto es suficiente para observar esa dicotomía entre los beneficios del oro negro y el gas y la prometida apuesta por la transición a la energía verde.

La conferencia ha llegado en plena crisis energética, por lo que el debate ha tomado más importancia que nunca: ¿Qué hacemos con el petróleo y gas que tenemos? ¿Cómo transitamos hacia el hidrógeno o la energía eólica marina? Y claro, el 99,99% de las preguntas de estas jornadas llevan a una misma conclusión: la independencia. El SNP considera que Escocia tiene los recursos energéticos necesarios para no solo no sufrir la crisis, sino ser motor de esa transición verde. Pero para ello necesita el control sobre todas sus políticas. «Escocia es ahora una de las capitales de energías renovables de Europa y, sin embargo, estamos sentados aquí con personas que enfrentan costos de energía altísimos y posibles apagones», ha señalado Nicola Sturgeon en una entrevista con la BBC esta mañana.

Y la forma para lograrlo es convertirse en un estado independiente. Por cierto, que la conferencia se celebre en Aberdeen también tiene otra lectura, quizá más rebuscada. El lema de la ciudad es ‘Bon Accord’, que fue la contraseña secreta utilizada por Robert the Bruce para dar comienzo al ataque que, en 1308, expulsaría a los ingleses de la ciudad. Por ahora, no hay acuerdo.

El referéndum de independencia de 2014 tuvo casi dos años de campaña en la que ambos lados discutieron todo tipo de temas. Ante la fecha dada por Sturgeon para el nuevo referéndum, 19 de octubre de 2023, algunas de las dudas van en esa dirección, la falta de tiempo para llevar a cabo un debate completo (en el hipotético caso de que los unionistas accediesen a participar como lo hicieron hace ocho años, algo descartado hasta el momento). Sin embargo, la conferencia de este fin de semana ha servido para poner sobre la mesa un amplio espectro de discusiones y que el SNP traslade a la ciudadanía el proyecto que tiene para una Escocia independiente. «No preguntéis cuándo comienza la campaña. Estamos en campaña», ha señalado Michael Russell, presidente del SNP.

Frontera interna

La segunda jornada ha seguido también este guion, además de debatir propuestas sobre ordenación territorial, alimentación (patrocinada por Coca-Cola, por cierto), el propio sistema electoral y la apuesta por la representación proporcional, agricultura, vivienda, recuperación de la pandemia y preparación para futuros escenarios similares, educación y cambio climático.

En el debate sobre el futuro de Escocia está muy presente el Brexit. El voto negativo que le dio el norte de la isla, arrastrado por el mayor número de población de Inglaterra, y el efecto que ha tenido y está teniendo en las islas. En relación directa con el principal conflicto post-Brexit, la frontera irlandesa, Angus Robertson, secretario de Gabinete de Constitución, Asuntos Exteriores y Cultura del SNP; la profesora y codirectora del Centro de Cambio Constitucional, Nicola McEwen; y Anand Menon, director del think tank ‘Reino Unido en una Europa cambiante’, han debatido sobre una posible frontera en Gran Bretaña.

«Es el mayor desafío en cierto sentido, desde una perspectiva de independencia, porque se convertiría, bajo la membresía de la UE, en una frontera exterior de la UE», ha defendido McEwen. El tema de la frontera terrestre resultó ser uno de los más controvertidos en el período previo al primer referéndum y visto lo sucedido tras el Brexit, apunta en el mismo sentido.

Reingreso en la UE

De hecho, el Brexit y la posible reincorporación al club europeo también ha estado sobre la mesa. Sin embargo, no ha corrido a cargo de una miembro del SNP, sino que ha sido Liz Saville, líder de Plaid Cymru en el Parlamento de Westminster quien ha apostado por que tanto Escocia como Gales se reincorporen a la UE «juntos como naciones independientes». Gales también votó en contra del Brexit.

Saville entiende que el Reino Unido es un Estado agotado. «Independencia escocesa, independencia galesa, unidad irlandesa. Somos un movimiento común que existe y se esfuerza por construir un futuro mejor, en total oposición a la brutal desigualdad en el corazón del Reino Unido. Por lo tanto, debemos actuar como uno solo por el bien común», ha afirmado.

Fin a las nucleares

Otra de las voces de peso que ha participado en la jornada de hoy ha sido la de John Swinney, viceprimer ministro escocés. Swinney ha sido el encargado de presentar la apuesta de su partido por transitar hacia una economía verde y lo ha hecho reiterando su negativa a construir nuevas centrales nucleares. «Escocia no tiene que compensar el fracaso de la política energética del Reino Unido», ha señalado.

La semana pasada, Liz Truss definió a Nicola Sturgeon como parte de una «coalición contra el crecimiento», acusándola de no construir nuevas centrales nucleares para «resolver la crisis energética en Escocia». Este domingo le ha respondido Swinney. «Escocia es una nación rica en recursos energéticos. Tenemos un suministro abundante de energía renovable limpia, ecológica y asequible. El equivalente a casi el 100% de nuestra demanda de electricidad proviene de fuentes renovables. Escocia no solo es autosuficiente en gas natural, sino que también somos un gran exportador».

Pero ha apuntado a la rémora que supone Londres: «Somos una nación rica en energía, pero el 35% de nuestros ciudadanos viven en la pobreza energética. ¿Por qué es eso? Porque mientras Escocia tiene la energía, Westminster tiene el poder. Y la forma en que Westminster elige usar su poder ha puesto en desventaja a Escocia de manera constante y deliberada». Escocia cerrará en 2028 la central nuclear de Torness, la última al norte de la isla.