«No tener claridad en la Constitución tiene sus ventajas y desventajas»
Nick McKerrell lleva tiempo estudiando el desafío legal al que se enfrenta el independentismo escocés. Tras la vista en la Corte Suprema, es escéptico y piensa que dictaminará que el Parlamento de Edimburgo no tiene competencias. Pero avisa: «Habrá que ver qué impacto tiene eso en la sociedad».
Nick McKerrell recibe a NAIZ en una pequeña cafetería del centro de Glasgow, a pocos metros de su lugar de trabajo, la Universidad Caledonia de Glasgow, donde es profesor de Derecho. Especializado en aspectos de carácter público, incluidos asuntos constitucionales que afectan Escocia y potenciales para el caso de la independencia o el referéndum, tiene una idea clara sobre el debate llevado a cabo esta semana en la Corte Suprema:
Hace tiempo predijo que esto podía acabar en la Corte Suprema.
Sí. No precisamente de esta forma pero bueno. Pensé que lo más probable sería un desafío legal. Pero vaticiné que lo más probable era que el Gobierno del Reino Unido impugnara la ley en un tribunal, algo que no han hecho. Lo que sucedió es que los asesores legales del Gobierno escocés la remitieron al Tribunal antes de que se discuta en el Parlamento.
¿Existe algún caso que pueda servir de precedente?
No exactamente. Ha habido algún caso en la Corte Suprema sobre conflictos de competencias. Obviamente este es diferente porque los otros no trataban de referéndum. Pero tratan asuntos legales similares sobre las limitaciones.
El debate final es parecido, porque se discute sobre la limitación de un Parlamento descentralizado. Los otros casos han sido desafíos que el Gobierno del Reino Unido presentó a unas las leyes aprobadas en Gales y el norte de Irlanda. No hay precedentes en Escocia.
¿Qué podemos esperar?
Es interesante porque lo que vimos en la Corte Suprema no es lo que se podía esperar, quizá, en un juicio en otros lugares de Europa. Una parte contra otra. No es exactamente eso porque la Lord Advocate presenta los casos de ambas partes. Lo que hizo fue decir que algunas personas argumentan que el Parlamento escocés tiene el poder para legislar sobre un referéndum de independencia y otras que no. Es una cosa bastante inusual. Los representantes del Gobierno británico, por supuesto, defienden que no creen que el Parlamento escocés tenga los poderes. También que es muy pronto para tomar una decisión, porque la ley no se ha aprobado en Holyrood.
Es diferente a lo que, quizá, se ha vivido en el Estado español con Catalunya. La Corte juzgaba la denuncia de una parte contra la otra. Sin embargo, la Lord Advocate, creo, ha presentado un caso bastante convincente de que el Estado de Derecho y las leyes en torno a la devolución requieren que el tribunal dé una respuesta ahora. Si no lo hacen, podría haber un punto muerto sin un final claro.
No tener claridad en la Constitución tiene sus ventajas y sus desventajas. En ningún sitio dice, de forma clara, «esto no puede suceder»
Parece lógico pensar que la Corte vaya en sintonía con la postura del Gobierno británico y sentencie que el Parlamento de Edimburgo no tiene derecho a convocar este referéndum.
Bueno. No es tan claro como eso. En el caso de Catalunya, obviamente, podías observar la actitud de la Corte y del Estado español. Y la Constitución es bastante clara sobre ese tipo de referéndums. No tener esa claridad en la Constitución tiene sus ventajas y sus desventajas, porque en ningún sitio dice «esto no puede suceder» de forma clara.
Es cierto que está escrito que el Parlamento escocés no puede hacer leyes sobre algunas cosas que están reservadas a Westminster.
¿Y en este caso?
La Corte Suprema tiene un presidente escocés, pero, sinceramente, creo que dirá que la Cámara de Edimburgo no tiene la competencia. Sobre la cuestión sustantiva del caso, los poderes de Holyrood, los casos anteriores en la Corte sugieren que no se aceptará que los parlamentos descentralizados puedan aprobar leyes sobre asuntos «reservados».
Incluso el argumento de que el referéndum no será legalmente vinculante para mí no supera ese obstáculo. Por lo tanto, la confirmación de que Holyrood tiene el poder de celebrar un referéndum me parece poco probable.
Desde nuestra perspectiva, el propio debate ya es algo.
Sí. Deberían ver que hay que hacer algo. En sí mismo es interesante, pero significa que hay que hacer algo para que se pueda debatir. Otra posibilidad es que la Corte diga «no, no creemos que decidir esto sea nuestra función», que creo que es algo que puede pasar. Y esa es la base de toda cuestión: ¿Cuál es la solución? ¿Cómo consigues un referéndum?
Para la sociedad escocesa, ¿qué puede suponer que le digan que no puede elegir?
La participación del referéndum de 2014 fue la participación más alta de cualquier cita electoral en Escocia. Mucho más alta que en cualquier elección. Habrá que ver cuál es la reacción de la gente si la Corte dicta que Escocia no puede tener un referéndum sin el acuerdo con el Gobierno británico. Creo que puede haber un gran enfado. Creo que una gran parte de la sociedad se puede sentir furiosa, pero tampoco pienso que sea tanto como en 2014 el número gente que quiere que se celebre un referéndum el año que viene. Hay que tener en cuenta la crisis energética, el costo de la vida...
Después habrá que ver cómo se encauzan todo esos sentimientos y en qué tácticas deriva. El SNP ya ha dicho que piensa ir a las próximas elecciones generales, también se ha comentado la opción de acudir a la justicia internacional, que es un camino complicado...
Después regresaremos a la opción de la justicia internacional. Pero, sí la Corte acepta el derecho de Edimburgo, ¿qué ocurre?
Lo primero, el proyecto de ley debe ir al Parlamento de Edimburgo. Allí el SNP y Los Verdes tienen mayoría, por lo que se convertiría en Ley. Todavía quedaría la opción de que alguien recurriese a los juzgados escoceses, pero no creo que tuviese mucho recorrido si la Corte Suprema ya le ha dado el visto bueno. Por lo que tendríamos un referéndum el próximo octubre.
Creo que podría haber gente escéptica con el referéndum, pero no lo suficientemente enfadada como para negarse a participar.
¿Es tiempo suficiente?
Estaría bastante apretado en el tiempo, pero se podría hacer.
¿Sería un referéndum legítimo si los tories decidiesen boicotear la consulta?
Podrían hacerlo, sí. Y puede que también los laboristas. Pero si la Corte Suprema dice que sí, que el Parlamento escocés puede legislar para organizar un referéndum, creo que se quedarían en una posición complicada. Creo que podría haber gente escéptica con el referéndum, pero no lo suficientemente enfadada como para negarse a participar.
Volvamos a los tribunales internacionales. ¿Son realmente una opción?
El SNP habla de utilizar las elecciones generales como un referéndum «de facto». Y, sin duda, un evento democrático como ese ayudaría si el mensaje es claro. En Catalunya también se intentó, creo. Vimos también lo que sucedió con Kosovo. Escocia podría hacer algo de presión a través de la comunidad internacional para cuando el Gobierno británico dijese que ya se votó en 2014. La cuestión es que han pasado ocho años, las cosas han cambiado, estáis ignorando eso...
Necesitas un alto nivel de evidencias de que se está ignorando el deseo democrático para que las cortes internacionales se muevan. Ya lo vimos en Catalunya. Para ellos es fácil esconderse bajo el argumento de que son asuntos internos de un Estado.