«Morir en prisión no es la solución». La frase figura a la cabeza del mensaje remitido por la Liga de Derechos Humanos (LDH) a la primera ministra francesa, Elisabeth Borne.
En esa carta, la organización de defensa de los derechos humanos alerta a la jefa del Ejecutivo sobre la situación del preso comunista libanés Georges Ibrahim Abdallah.
El militante propalestino, que lleva encarcelado desde 1984, se encuentra actualmente en la cárcel de Lannemezan.
Condenado en 1987 a cadena perpetua, Abdallah podía aspirar a la libertad condicional desde 1997. Sin embargo, sigue retenido en prisión.
La LDH remarca a Borne que la negativa del Ministerio de Interior francés a emitir una orden de expulsión hacia el Líbano se ha convertido en un obstáculo añadido para su excarcelación.
«Georges Ibrahim Abdallah ha expresado su deseo de reunirse con su familia en Líbano y el Gobierno de ese país ha dado su aval a ese retorno, por lo que el único obstáculo a su liberación es ese rechazo tan poco habitual como incomprensible a emitir una orden de expulsión», se puede leer en la misiva remitida a Matignon.
37 años encarcelado
La LDH expresa sus dudas sobre si esa actuación de parte del Ministerio de Interior «responde a las presiones de las autoridades estadounidenses e israelíes de ver a Abdallah morir en prisión».
Esta asociación denosta que las autoridades galas «se sigan plegando a las presiones de dos gobiernos extranjeros» para vulnerar los derechos de «una persona que puede beneficiarse legítimamente de una puesta en libertad».
Toda vez que sin esa orden de expulsión un procedimiento de liberación no podría llevarse a efecto, la Liga de Derechos Humanos solicita a Elisabeth Borne que el Gobierno emita dicha orden de expulsión que permitiría despejar una salida en prisión del veterano prisionero libanés.