Solo han transcurrido dos jornadas de la 82 de la Fase Regular de la NBA, así que, como diría El Chapulín Colorado, «¡Que no panda el cúnico!», pero lo cierto es que la esperada reacción de Los Angeles Lakers después de unas dos últimas temporadas grises tirando a negras como el tizón, aún no llega. Y visto su arranque, aunque con LeBron James, Anthony Davis y demás, la franquicia de oro y púrpura levantará el vuelo en algún momento, las perspectivas son malas.
En el retorno de Kahwi Lewonard a las pistas después de 16 meses de ausencia por lesión, los Clippers se han llevado el «derbi» angelino por 97-103, con el propio Leonard aportando 14 puntos y 7 rebotes saliendo del banquillo, el croata Ivica Zubac erigido en un coloso con 14 puntos, 17 rebotes y 5 tapones, y con seis jugadores sumando 11 puntos o más, siendo mejor que los Lakers pese a perder 21 balones y fallar 11 tiros libres.
Pero si alguien puede hablar de fallar en este partido, ese es el equipo de los Lakers, en concreto un tétrico Russell Westbrook. Dos puntos para el exMVP de la temporada 2016/17 –campaña en la que promedió un triple doble de puntos, rebotes y asistencias, siendo el primero en lograrlo desde que lo hiciera el gran Oscar Robertson en la temporada 1961/62– para una carta de tiro de poner los pelos de punta: 0 de 11, con seis fallos en el triple, con algún airball incluido.
Pero si Westbrook ha tirado mal a canasta, sus compañeros en la posición de base no han estado nada mejor: 0 de 7 para Kendrick Nunn en 11 minutos de juego, por 1 de 7 de Patrick Beverley; es decir 1 de 25 –1 de 16 en triples– para un equipo que ha firmado en total de 33 aciertos en tiros de campo de 94 intentos –9 de 45 en triples–. Con esos guarismos, poco se puede hacer.
Ya el año pasado Westbrook estuvo muy cerca de ser traspasado cuando se abrió la ventana de los agentes libres, pero el elevadísimo salario del base, amén de su fama de problemático y de no consefguir integrarse en la dinámica de juego de ningún equipo si no por su aportación personal de una estrella que ya no luce como antes, impidió que ninguna franquicia se atreviera a ficharlo.
Sabido es que «Russ» no está a gusto en los Lakers. Acostumbrado a llevar la voz cantante –o al menos, a tener voz y voto– en las plantillas, en los Lakers está claramente supeditado a LeBron James y Anthony Davis, y no ha terminado de digerir ese cambio de rol, pese a que, como se ve, balones para tirar no le falten.
Y en los Lakers, al ex de OKC o de Houston ya le empiezan a sacar cantares. Como el baúl de los recuerdos y los hitos está al alcance de quien quiera mirar por ahí, ya hay quien ha catalogado este horror de partido del número 0 de los Lakers como la peor actuación de la historia de la franquicia en los últimos ¡57 años!
La peor noche con el tiro para un Laker sigue siendo el 0 de 13 de Dick Chnittker en un duelo ante Syracuse en 1957, aunque en ese caso, la franquicia jugaba en Minneapolis. El más reciente horror en la franquicia Angelina había sido para Darrall Imhoff en 1965, quien lanzó un 0 de 12 de campo ante los Royals de Cincinatti, al tiempo que Slater Martin, en 1956, se marcara un 0 de 11 frente a Syracuse.
En busca del récord de Kareem
Así las cosas, y a la espera de que llegue antes o después la reacción de juego y resultados de los Lakers, las expectativas con la franquicia californiana se ubican en saber si LeBron James conseguirá o no batir el histórico récord absoluto de anotación de Kareem Abdul-Jabbar.
Sazonado con 10 rebotes y 6 asistencias, LeBron se ha sido a los 20 tantos ante los Clippers, con una carta de tiro pasable de 7 de 17 –aunque con 2 de 8 en triples y 4 de 6 en tiros libres–. El alero de Akron tiene que superar los 38.387 puntos que consiguiera en su dilatadísima carrera el mítico número 33 de los Milwaukee Bucks y Los Angeles Lakers. LeBron James ya ha superado la barrera de los 37.000 puntos, rozando ya los 37.100 después de los dos primeros partidos de la campaña 2022/23.
Ya el año pasado, a pesar de perderse un buen número de partidos por lesión, LeBron James sumó la friolera de 1.695 puntos, por lo que una media de 16 puntos sería más que suficiente para que la estrella de los Lakers destronara a Kareem como máximo anotador histórico de la NBA. No parece que, por ahora, haya otra motivación en la franquicia angelina, y a sabiendas de que las rachas y las tendencias en la NBA cambian a toda velocidad.