«¿En qué lugar del mundo el africano puede vivir en paz?». Esa pregunta lanzaba la pancarta tras la que se ha llevado a cabo la concentración en recuerdo a Elhadji Ndiaye en la plaza consistorial de Iruñea con motivo del sexto aniversario de su muerte en dependencias policiales menos de una hora después de haber sido detenido de manera violenta, unos hechos sobre los que circularon diferentes versiones.

Los convocantes han leído un comunicado en el que definen la muerte de Ndiaye como «la expresión máxima de la violencia estructural de los cuerpos de las personas racializadas, violencia ejercida a veces por los cuerpos y fuerzas de seguridad, que juegan un rol de poder más allá del control».

«Aún no se ha hecho justicia por su muerte, no se ha reconocido la responsabilidad de lo sucedido ni por supuesto se han reparado las consecuencias directas que tuvo. No olvidamos los sucesivos intentos de archivo de la causa con informes que hablaban de muerte natural», han manifestado.

Próximamente, los colectivos convocantes lanzarán una campaña de solidaridad con el objetivo de recaudar fondos para paliar «la difícil situación en la que se encuentra la familia de Elhadji».