Antes de participar en la jornada sobre autogobierno, el lehendakari Iñigo Urkullu intervino ayer como ponente en el coloquio organizado por Fórum Europa: Tribuna Euskadi. Y allí, entre otras cosas, anticipó que el proyecto de presupuestos que este martes aprobará el Consejo de Gobierno «superará por primera vez los 14.000 millones de euros».

Añadió que el proyecto «será valiente y anticíclico. Mantenemos la prioridad social, apoyando la reactivación económica y la generación de oportunidades de empleo e incrementando las partidas destinadas a favorecer la inversión y la innovación».

El anunció de que un proyecto de presupuesto supere por primera vez los 14.000 millones de euros es un elemento propagandístico innegable, pero en realidad no supone un gran salto cuantitativo.

Según los datos propios que ofrece mensualmente el Departamento de Economía y Hacienda, a 30 de setiembre de 2022, el presupuesto actualizado de la CAV ascendía a 14.345.571.906 euros, es decir, muy por encima ya de ese listón de los 14.000 millones.

El presupuesto aprobado fue de 13.107 millones de euros, pero con ampliaciones de 529 millones, habilitaciones de 232 millones, incorporación de remanentes de 331 millones y otros movimientos, se llega a los 14.345 millones de las cuentas actualizadas.

Programa Hitzartuz y el «hexágono vasco»

El lehendakari llevó a este desayuno informativo una versión de parte del discurso que hizo el pasado 22 de setiembre en el Pleno de Política General celebrado en el Parlamento de Gasteiz.

Y como allí, mencionó el programa Hitzartuz, que fue uno de los anuncios estrella de Iñigo Urkullu en aquel pleno, y que hoy volverá a tomar protagonismo porque también será aprobado en el Consejo de Gobierno. Volvió a incidir ayer en que «tendrá un impacto económico de 335 millones de euros», lo que no quiere decir que vaya a ser eso lo que invierta el Ejecutivo autonómico.

Finalmente, el lehendakari realizó un ejercicio de prospección de futuro y compartiendo la necesidad de asentar seis pilares en el horizonte 2040, lo que denominó el «hexágono vasco» y definió como la búsqueda de «una Euskadi próspera, innovadora, sostenible y verde, comprometida, cohesionada y abierta al mundo».