Mientras ayer el portavoz del Gobierno de Lakua y el consejero de Economía y Hacienda presentaban el proyecto de presupuestos, el secretario general del PSE, Eneko Andueza, y varios representantes institucionales contraprogramaban la rueda de prensa con la reclamación de ampliar a 2023 la rebaja del 50% al transporte público y aumentar las deducciones por alquiler de vivienda, lo que calculan que costará unos 180 millones de euros, que esperan que el PNV acepte porque no son «inalcanzables».

En el acto del PSE estaban la secretaria de Política Institucional de la Ejecutiva, Begoña Gil, así como responsables de las áreas de transporte y movilidad en las tres diputaciones vascas y en el Ayuntamiento de Bilbo, Rafaela Romero (Gipuzkoa), Carlos Ibarlucea (Araba), Miguel Ángel Viar (Bizkaia), y la concejala bilbaina Nora Abete. Faltó el consejero de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes, Iñaki Arriola, que no pudo escapar del Consejo de Gobierno, no fuera que el lehendakari le pusiera falta.

Todos ellos forman parte de gobiernos en los que pueden defender sus planes, pero prefirieron hacerlo ante la prensa. Y sometidos a preguntas, Eneko Andueza no perdió la oportunidad de criticar a Iñigo Urkullu, no solo por defender un poder judicial propio para la CAV, sino incluso por desear que Pedro Sánchez responda a sus cartas. «Yo entiendo su afición a las relaciones epistolares, pero también entiendo que los cauces institucionales siempre están abiertos», dijo Andueza.

En la misma línea, este lunes, mientras la mayoría de consejeros del PNV arropaban al lehendakari en una jornada sobre autogobierno organizado por el propio Gobierno, los miembros del PSE estaban en un acto de celebración del Estatuto, reprochando a la otra parte del Ejecutivo entender las transferencias como una «moneda de cambio».

Asensio contra Olano

El pasado sábado, Eneko Andueza presidió la presentación del candidato del PSE en Gipuzkoa, José Ignacio Asensio, quien acusó al diputado general, Markel Olano, de haberse «apuntado a la división y el enfrentamiento» al «sacar a relucir el derecho a decidir».

En un terreno más práctico, y no «en discusiones que no llevan a ningún sitio», Asensio también dijo que si es elegido diputado general defenderá «que Gipuzkoa reciba el trato que se merece en la Ley de Aportaciones», «no como el actual diputado general que no lo ha defendido». Cabría recordar que Markel Olano no solo es socio de José Ignacio Asensio, sino su jefe.

Y no olvidemos que el día 15 el PSE «saboteó» en buena medida la reunión del Consejo Vasco de Finanzas, adelantando en una nota que se iba a decidir la deflactación del 2% del IRPF, lo que calificaron como «una medida claramente insuficiente en un contexto de inflación». Y por ello defendieron otras como las planteadas ayer contraprogramando a Pedro Azpiazu.

Cuando Eneko Andueza fue ungido como sustituto de Idoia Mendia al frente del PSE, encontró en las críticas al PNV una forma de hallar un hueco en los titulares. Pero lo de los últimos días supera la vertiente personal y adquiere un contexto institucional que sería comprensible que molestara en Sabin Etxea y hasta en Ajuria Enea. Aunque lo cierto es que el PNV acostumbra a sobrellevar estas «chiquilladas» con la paciencia de quien tiene la sartén por el mango.