La historia de Hollywood está llena de grandes fiascos, en una abultada lista que pasa a engrosar un poco más ‘Amsterdam’ (2022), que ha costado la barbaridad de 80 millones de dólares que en la taquilla mundial nunca va a recuperar. Sabemos que los grandes estudios están preparados para estos reveses, y que en 20th Century Studios habrán calculado los riesgos, pero peores que las perdidas son las acusaciones que sobrevuelan sobre su discutido respaldo a David O. Russell.
Para el star-system es muy fácil boicotear a Woody Allen, porque a la industria audiovisual en los Estados Unidos no le interesa, pero en cambio se pegan por salir en un reparto de David O. Russell, porque es un director oscarizado que cuenta con protección en las altas esferas ejecutivas, a pesar de que sus métodos abusivos en el set de rodaje son vox populi, y han sido denunciados por actrices como Amy Adams o la veterana Lily Tomlyn, e incluso por actores, entre los que se encuentra nada menos que George Clooney.
Si su relación con profesionales del medio se ha cobrado víctimas, con la crítica y el público tampoco es muy idílica. Nadie duda de su talento, aunque no termina de encontrar un estilo definitorio, y su versatilidad no siempre gusta, por no hablar de un sentido del humor con el que es difícil conectar.
En ‘Amsterdam’ (2022) se da una sucesión de situaciones absurdas e inconexas que no hacen sino agravar el problema. Se supone que sus personajes son caricaturescos, y en realidad hay más patetismo que verdadera diversión. Como comedia negra o de espionaje no encuentra su sitio en más de dos horas, sin que la trama conspiranoica nazi termine de llegar a interesar.
En cuanto a su estilo visual retro, parece una mala imitación del cine de Wes Anderson, y no profundiza en los temas de entreguerras y la Gran Depresión.