Un tribunal de Ankara ha encarcelado a la presidenta del Colegio de Médicos de Turquía, Sebnem Korur Fincanci, que había denunciado el uso de armas químicas por parte de las Fuerzas Armadas turcas en el norte de Irak contra el PKK. El Partido de los Trabajadores del Kurdistán denunció estos hechos la semana pasada.
Fincanci, médico forense destacada en la investigación internacional de la tortura y conocida activista de derechos humanos, está acusada de «propaganda terrorista» por respaldar la acusación lanzada la semana pasada por el PKK.
La presidenta del TTB, detenida ayer, ha comparecido hoy ante el tribunal, que ha decretado prisión preventiva y la ha enviado a la cárcel de mujeres de Sincan, en Ankara, según informa la agencia turca Anadolu.
El TTB ha exigido la liberación de su presidenta y «el fin de la presión contra las asociaciones de médicos». «Ni la detención de Fincancı ni la investigación en su contra tienen fundamento legal, porque nada de lo que dijo nuestra presidenta constituye un delito. La TTB escucha atentamente y evalúa las críticas sobre el debate en cuestión en el ámbito de la libertad de pensamiento y expresión. Sin embargo, la TTB no aceptará el maltrato ilegal de Fincancı ni el linchamiento político del que ha sido objeto», añade.
También Amnistía Internacional ha exigido hoy la liberación «inmediata e incondicional» de Fincanci y el fin de las acciones judiciales contra ella, lanzando una «acción urgente» de cartas dirigidas a la Fiscalía de Ankara.
La semana pasada, medios cercanos al PKK habían difundido vídeos que mostraban a guerrilleros afectados por gas tóxico. Fincanci había pedido en una entrevista con la prensa turca una investigación, indicando que las Fuerzas Armadas turcas efectivamente utilizan «algún tipo de gas tóxico».
El ministro del Interior turco, Süleyman Soylu, respondió acusando a Fincanci de ser «calumniadora» y «enemiga del país y de la nación», y la Fiscalía abrió una investigación.
La acusación de uso de armas químicas contra el PKK se repite ocasionalmente desde hace más de una década, y aunque Ankara siempre la ha negado tajantemente, el propio ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, confirmó en 2021 el uso de gas lacrimógeno en algunas operaciones contra refugios subterráneos.
Sebnem Korur Fincanci, forense de 63 años, ya había sido detenida brevemente en 2016 por solidarizarse con un diario prokurdo y en 2018 fue condenada por firmar un manifiesto de académicos contra la guerra civil en el sureste de Turquía, aunque fue finalmente absuelta en 2020 por el Constitucional.