El Ejército ruso ha anunciado este miércoles su retirada de la anexionada ciudad ucraniana de Jerson, la única capital que Moscú tomó bajo su control tras la ofensiva lanzada en febrero.
«Proceda a la retirada de las tropas y adopte todas las medidas necesarias para garantizar el traslado seguro de las tropas, del armamento y de los equipos al otro lado del río Dniéper», ha ordenado el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, al jefe de la agrupación de fuerzas rusas que combaten en Ucrania, general Serguei Surovikin.
Shoigu ha aprobado el repliegue después de que Surovikin admitiera en su informe que la defensa de la ciudad y sus aledaños en la orilla derecha del Dniéper es «inviable».
El general ha subrayado que en las condiciones actuales tampoco es posible abastecer al contingente militar ruso desplegado en la zona.
Surovikin, que asumió a principios de octubre el mando de todas las tropas rusas en Ucrania, ha acusado al Ejército ucraniano de bombardear objetivos civiles, desde escuelas a hospitales, en su ofensiva por recuperar la ciudad.
«No es una decisión fácil», ha reconocido, aunque ha subrayado que la prioridad para Moscú es proteger la vida de civiles y militares.
Además, ha estimado en más de 115.000 los habitantes de la orilla derecha de la región que han sido evacuados de la zonas de combate.
«Debemos tener en cuenta la amenaza para la población civil», ha destacado Shoigu.
Surovikin ha recalcado que unos 9.500 soldados ucranianos han resultado muertos o heridos desde agosto, fecha en la que las Fuerzas Armadas de Ucrania iniciaron la contraofensiva en Jerson.
Además del revés de perder la capital de la región y de añadir un nuevo repliegue en la ofensiva, para Moscú la decisión presenta el agravante de que produce en una región estratégica, que limita con la península de Crimea, verdadero baluarte ruso.
En las últimas semanas, el Ejército ucraniano ha acumulado tropas, artillería, los sistemas antimisiles estadounidenses Himars, tanques y otros medios en la zona, bombardeando puentes e infraestructuras y preparando una gran ofensiva.
Rusia se preparaba también para la batalla, pero contaba con el problema de tener el río Dniéper a su espalda, lo que dificultaba un eventual repliegue.
Rusia, que ha cedido en los últimos dos meses territorios en el Donbass, en el este de Ucrania, y que se retiró también de la región oriental de Jarkov, se anexionó el pasado 30 de setiembre la región de Jerson, al igual que las de Donetsk, Lugansk y Zaporiyia, sin controlarlas en su totalidad.