Nerea Lauzirika

La escasez de intérpretes aísla al alumnado sordo en la universidad

El alumnado sordo debe enfrentar un problema que se remonta ya a hace unos años: no hay intérpretes de lengua de signos (ILS) para todos. Desde que en 2016 el ciclo superior que se requería para ejercer como ILS pasara a ser un grado universitario, en el Estado español solo puede cursarse en Madrid.

Alaitz Ciarsolo.
Alaitz Ciarsolo. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

Es el segundo año consecutivo en el que Alaitz Ciarsolo Azula pasa por el trago de tener que asistir a clase, para no entender prácticamente nada. El problema no es que le cueste la materia, ni siquiera que los y las docentes no sepan explicarse adecuadamente: Alaitz es sorda y lleva más de un mes a la espera de que le asignen un intérprete de lengua de signos (ILS) que le permita seguir las clases en la universidad.

Mientras, utiliza el sistema de frecuencia modulada (FM), un dispositivo que aísla la voz del profesor o profesora y la reproduce amplificado directamente en sus audífonos. Lo malo del sistema FM es que solamente le permite oír a una persona, y si alguien hace preguntas no las oye, por lo que tampoco lo puede utilizar para trabajar en grupo. Le ocurrió lo mismo el año pasado, en su primer año de carrera le faltó el ILS durante unas cuatro semanas, «perdiendo así toda la información académica para poder sacar el curso adelante», según explica a NAIZ.

Ciarsolo está cursando el Grado de Fisioterapia en el campus de la UPV/EHU de Leioa. Es de las pocas alumnas sordas que hay en la universidad. De los aproximadamente 28.000 estudiantes que están matriculados en la UPV/EHU, son cuatro los que tienen una discapacidad auditiva que requiere del Servicio de Atención a Personas con Discapacidades: dos estudiantes de grado, una estudiante de máster y otra más de doctorado. Una ayuda que Alaitz Ciarsolo pidió en el debido plazo y forma, le fue concedida, pero no la puede utilizar.

La UPV/EHU tiene en plantilla dos técnicas especialistas en Interpretación de Lengua de Signos (ILS), que en estos momentos no se encuentran disponibles. Fernando Tapia, vicerrector de Estudiantes y Empleabilidad de la universidad, explica a NAIZ que en estos momentos estas dos trabajadoras no son suficientes para atender las necesidades del alumnado que requiere su ayuda. Sin embargo, los y las ILS de la bolsa de trabajo a la que recurre la institución en estos casos tampoco se encuentran disponibles.

Tapia explica que, llegados a este punto, recurren a entidades como Euskal Gorrak para subcontratar ILS. Es la federación que agrupa las asociaciones de personas sordas y también la única organización que ofrece ILS en la CAV. Sin embargo, Euskal Gorrak, como la UPV/EHU, también tiene problemas para encontrar intérpretes.

Cambio en la legislación

Aitor Bedialauneta, presidente de Euskal Gorrak, expone que esta problemática se debe a un cambio en la legislación en 2016. Antes de esa fecha la formación requerida para poder ejercer como ILS era un ciclo superior que podía cursarse en muchas ciudades, incluida Bilbo. Sin embargo, desde hace seis años es necesario haber obtenido el grado universitario en Lengua de Signos Española y Comunidad Sorda, que solamente se imparte en Madrid.

Además, explica que esto tiene un problema añadido, ya que «para interpretar aquí es necesario saber euskara, si no hay muchos trabajos que no puedes hacer». Esto supone que haya muy pocos intérpretes debidamente formados para ejercer en Euskal Herria, ya que es mucho más difícil llevar a cabo dichos estudios.

Ciarsolo coincide con Bedialauneta y añade que las condiciones laborales de los y las ILS no son atractivas: «Son muy precarias, los sueldos no son muy altos y se tienen que mover mucho», explica. Es por eso que hay intérpretes que acaban formándose en otras materias y dedicándose a otras carreras profesionales. «Además, los contratos que les hacen son muy cortos, de semanas o meses», añade. Empatiza con su situación y entiende que haya cada vez menos profesionales disponibles, sin embargo, subraya, «los sordos seguimos siendo los mismos».

«No nos han hecho caso»

Tanto Alaitz Ciarsolo como Aitor Bedialauneta comparten el sentimiento de abandono por parte de las instituciones. «A mí me dicen que están trabajando para solucionar mi problema, pero no sé cómo lo están haciendo, yo tengo la sensación de que no tienen ganas de hacer nada al respecto», se queja Ciarsolo. Bedialauneta asegura que esta situación podía evitarse: «Hace tres años nosotros empezamos a notar el déficit de ILS y lo avisamos, pero las administraciones públicas no nos han hecho caso. No tienen como prioridad esta problemática», añade.

El presidente de Euskal Gorrak afirma que en la federación que representa «llevamos tiempo reuniéndonos con diversas entidades», con el objetivo de que la universidad pública vasca ofrezca el grado universitario en Lengua de Signos Española y Comunidad Sorda. Afirma que la implantación del grado universitario debería de haberse producido al mismo tiempo que la eliminación del ciclo superior. Ciarsolo comparte su parecer y asegura que «a los sordos nos han dejado tirados». Aunque su situación sea complicada, se muestra agradecida con los esfuerzos tanto de los y las docentes como del resto del alumnado para facilitarle las cosas: «En ese sentido, tengo mucha suerte».

Al ser preguntada acerca de si se ha planteado dejar sus estudios por los obstáculos que está teniendo que sortear, Alaitz Ciarsolo responde un «sí» rotundo. Aunque las personas sordas representan casi el 3% de la sociedad, este porcentaje baja al 0,01% en el alumnado de la UPV/EHU. Las personas sordas son muchas menos que las oyentes en la sociedad, pero esa diferencia es mayor todavía en los estudios superiores.

«La educación es fundamental para el desarrollo de una persona», subraya Bedialauneta. «Es algo a lo que los sordos no tenemos acceso como las personas oyentes y eso afecta al tipo de trabajos a los que podemos aspirar y por lo tanto, a nuestra calidad de vida».