Las víctimas de las torturas que constata el informe del IVAC entre 1979 y 2015 han saludado de forma «positiva» el trabajo de los criminólogos. Han asegurado este lunes tarde que el trabajo constituye un punto y seguido de la primera investigación que 1960-1979 y ofrece «una radiografía más completa de la práctica de la tortura por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Navarra durante las seis últimas décadas».
La comparecencia ha tenido lugar en el Hotel Iruñea Catedral y han participado en ella más de 20 víctimas cuyos relatos han sido sometidos a examen por parte del IVAC. Ainara Gorostiaga, en euskara, y Jorge Txokarro, en castellano, han puesto voz a esta asociación. Han querido, en el acto, recordar a otras personas torturadas que ya han fallecido, así como a los activistas que han trabajado largo tiempo por sacar a la luz esta práctica.
«Entre 1979 y 2015 se han identificado 676 personas que denuncian haber sufrido torturas y otros malos tratos en la Comunidad Foral. Se estima que el número de casos alcanzará la cifra de 825», han subrayado. Esta variación de cifras se debe a que una misma persona puede haber sido objeto de abusos en más de una ocasión.
El cómputo de esta investigación, que han reiterado está sin terminar, se eleva, por tanto, a 1.068 casos y 895 víctimas desde 1960. No obstante, la Red ha insistido reiteradamente en que se trata, como bien indican los autores del informe, de un trabajo inacabado.
«La tortura ha sido una de las expresiones de violencia política ejercida por el Estado en nuestra tierra en sus distintos contextos políticos», han manifestado. Esto se debe a una ocultación y negación en la que han tomado parte –según han denunciado– políticos, jueces y periodistas, además de las fuerzas de seguridad que cometieron estos actos.
«La magnitud, densidad e intensidad de la tortura aún se desconoce en su integridad», ha afirmado Txokarro.
«La magnitud, densidad e intensidad de la tortura aún se desconoce en su integridad. Se debe abordar esta realidad en su totalidad, analizando las consecuencias políticas, sociales, culturales y humanas de la misma», han asegurado. Este sería, según su experiencia, la única forma de establecer garantías de no repetición.
En último término, han conminado al Gobierno a seguir por el camino emprendido y se dote de mecanismos suficientes para seguir adelante con esta tarea «sumando y analizando toda la información obtenida» pues el trabajo del Instituto Vasco de Criminología constituye una «herramienta imprescindible» para comprender el fenómeno.
Este emplazamiento se ha extendido «a agentes políticos, sindicales, sociales y culturales». La Red de Personas Torturadas de Navarra cree que a la sociedad y a las generaciones que están por venir se les debe un esclarecimiento total de lo sucedido.
El acto se ha cerrado con una exigencia y un deseo: «Que nadie, nunca más, vuelva a pasar por lo mismo que nosotras y nosotros».