Iñaki Uriarte

Tareas y trabajos de la mujer en Euskal Herria

Por decimoquinto año GARA y NAIZ patrocinan la conferencia que nuestro colaborador en cuestiones de arquitectura y patrimonio Iñaki Uriarte ofrecerá este domingo 15 a las 12.00 en el Museo Guggenheim de Bilbo, con entrada libre, y cuyo argumento resume en esta síntesis.

Mujeres del XIX en una fotografía de Eulalia de Abaitua.
Mujeres del XIX en una fotografía de Eulalia de Abaitua. (Enkarterri museoa)

Este es un relato que recopila una faceta de la mujer en trabajos fuera del hogar, en ámbitos productivos paulatinamente más diversos al margen de las ocupaciones de la vida familiar y labores cotidianas. Estas actividades se describen como cuadros de una exposición mediante imágenes que la pintura, posterior y abundantemente la fotografía y más recientemente la escultura, han representado y transmitido en sus diferentes cometidos.

El repertorio laboral de la mujer y su representación artística suponen una imprescindible documentación historiográfica y desde las bellas artes, la belleza visual de un patrimonio productivo humano como legado cultural. La fuerza femenina del trabajo.

 

El ámbito de los trabajos es amplio, desde los tradicionales del sector primario, ganadería, agricultura y la venta de la pesca, hasta la reparación de redes y la industria conservera. También, en puertos comerciales con la descarga de productos básicos, en el transporte de personas, las bateleras y de arrastre de barcazas con mercancías, las sirgueras.

Las cuencas fluviales vascas, histórico emplazamiento de molinos y ferrerías, propiciaron posteriormente numerosos asentamientos industriales de todo tipo. Un territorio laboral importante ha sido la margen izquierda de la Ría del Ibaizabal, que atrajo a decenas de miles de emigrantes. Inicialmente a Meatzaldea, comarca con abundante y de gran calidad mineral del hierro donde se produjo una explotación extractiva gigantesca, pero en condiciones sociolaborales precarias próximas a la esclavitud. Trabajos masculinizados de gran dureza, obligados por la penuria económica, en los que también participó la mujer, que irremediablemente las sufría. Unas obligaciones complementarias de las domésticas, las obreras del hogar.

Un escenario productivo cuyo legado, como consecuencia del esfuerzo y sufrimiento, fue la adopción de un carácter reivindicativo de un sentido de clase. Normalmente cobraban menos que el hombre y ocupaban puestos de poca importancia, trabajando desde la adolescencia hasta el matrimonio. Comienza la incorporación, a la vez que la comprensión, de la mujer en el mercado laboral.

Su trabajo, representado

El repertorio laboral de la mujer y su representación artística suponen una imprescindible documentación historiográfica y desde las bellas artes, la belleza visual de un patrimonio productivo humano como legado cultural. La fuerza femenina del trabajo.

El origen de la Revolución Industrial que se desarrolla principalmente en Gran Bretaña y el norte de Italia está basado, en parte, en la evolución de los procesos artesanales textiles, donde la presencia de la mujer era mayoritaria por su habilidad en el manejo de los hilados, a otros sistemas muy mecanizados en grandes recintos productivos de tipología basilical, con muros de carga y cerchas de madera. Dotados de mecanismos movidos por la fuerza hidráulica, predecesora de la máquina de vapor como energía, en factorías posteriormente de estructura metálica y cerramientos de ladrillo que crearon el prototipo arquitectónico, la fábrica.

La mujer en un proceso de emancipación y autoestima ha ido interesándose por diversas disciplinas, desde dedicaciones más accesibles, en principio la enseñanza, el comercio o la administración a otras inéditas empleándose en ámbitos con competencias, científicas, empresariales o técnicas y en la actualidad todo el repertorio laboral está a su alcance sin diferencia de género humano.

Debemos recordar a mujeres pioneras e imprescindibles en muchos cometidos, desde la docencia, el euskara, las bellas artes, las profesiones liberales o las reivindicaciones sociales. Personas, que en definitiva, son leyenda, cuya evocación, conocimiento y celebración es una mirada de reconocimiento y homenaje.