El Alto Consejo para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (HCE) hace una constatación alarmante respecto a los comportamientos sexistas en el Estado francés. La presidenta de este organismo independente, Sylvie Pierre-Brossolette, entregará, el 25 de enero, al presidente francés, Emmanuel Macron, ese trabajo prospectivo, basado en las últimas cifras oficiales en la materia pero también en una encuesta realizada por el instituto Viavoce a 2.500 personas representativas.

Un sondeo que recoge las percepciones de la sociedad en relación a la desigualdad entre mujeres y hombres, evalúa el grado de sexismo existente en su seno, recopila vivencias de mujeres y mide el nivel de apoyo del que gozan los mecanismos existentes para hacer frente a las discriminaciones.

La primera conclusión que se desprende de este informe disponible en la página web del organismo, es que, a pesar de que la sensibilidad con respecto a las desigualdades es cada vez más extendida -se menciona el efecto de la campaña Me too- «los clichés y estereotipos sexistas perduran».

De esta forma, se produce la situacion paradójica de que «la sociedad reconoce y deplora la existencia del sexismo al tiempo que no lo rechaza en la práctica». La persistencia del sexismo considerado como «ordinario» es tanto o más preocupante en cuanto que «puede conducir a las expresiones más violentas», alerta el informe.

«Relaciones sexuales impuestas»

Entre los hombres de entre 25 y 34 años, cerca de un cuarto considera que «en ocasiones hay que emplear la violencia para hacerse respetar» y un 40%, sin distinción de franja de edad, considera «lo normal» que las mujeres dejen de trabajar para ocuparse de sus hijos.

Cuando se pregunta a las mujeres, un 80% siente que es tratada peor que los hombres, y un 37% asegura haber mantenido relaciones sexuales no consentidas.

En la linea de precedentes estudios, el informe, cuya publicación coincide con la semana contra el sexismo, constata situaciones particularmente graves como que un 14% de las mujeres declaren haber sufrido «un acto sexual impuesto», una violación o agresión sexual. El porcentaje asciende al 22% en mujeres con edades comprendidas entre 18 y 24 años de edad.

Por el contrario, solo un 12% de los hombres reconoce haber presionado a una mujer para mantener relaciones sexuales sin que ella lo deseara.

Batería de propuestas

Una gran mayoría de mujeres considera que las políticas públicas para combatir el sexismo y sus causas son netamente insuficientes. El Consejo para la Igualdad estima, en este sentido, que no basta con implementar medidas limitadas a «la protección o la represión» sino que hay que reforzar la prevención, actuando en particular sobre la mentalidad de las generaciones más jóvenes.

Entre las medidas que propone está la regulacion de los contenidos en Internet para luchar contra los estereotipos, las imágenes degradantes y las escenas de violencia, a menudo banalizada, por efecto de los videos pornográficos.

Con todo, el Consejo, encabeza su lista de diez recomendaciones con la demanda de más medios humanos y financieros para la Justicia a fin de que haya más jueces y, sobre todo, más juzgados especializados en tratar las violencias sexistas.

También conmina a hacer un balance sobre el grado de aplicacón de la ley sobre educación sexual y afectiva en el plazo de tres años y plantea imponer sanciones en caso de no cumplimiento.

En el ámbito laboral estima que deben ser obligatorias las formaciones contra el sexismo en los centros de trabajo. Para avanzar en el ámbito de la política, el Consejo plantea la creación de una autoridad independiente. En el ámbito de la comunicación, además de esa regulación de contenidos en Internet, el HCE reclama que las ayudas públicas a la prensa se condicionen al respeto de compromisos en materia de igualdad. En cuanto a la educación reclama un balance anual sobre la presencia y representacion de las mujeres en los textos escolares.

Ya en agosto de 2022, el HCE hizo público otro informe, referido específicamente al «aumento de la violencia entre los más jóvenes», con referencias a la cultura de la violación, al acoso o «al sexismo que atenta contra la igualdad de oportunidades».

Así, el organismo propuso al presidente francés que hiciera de la promoción de la igualdad en la escuela -«primer escenario de cristalización del sexismo, con la determinación de roles sociales y la asignación de esterotipos por sexo», según se puede leer en ese informe- uno de los ejes principales de su segundo quinquenato.