«Hemos dicho en repetidas ocasiones que la escalada es el camino más peligroso y que las consecuencias pueden ser impredecibles. Nuestras señales no han sido percibidas y los opositores de Rusia siguen subiendo las apuestas», ha indicado el viceministro de Exteriores ruso, Sergei Riabkov, en medio del debate sobre la entrega de carros de combate por parte de Occidente a Kiev.

Riabkov ha manifestado que la posibilidad de estas entregas son parte de una guerra híbrida entre Estados Unidos y sus aliados y Rusia, antes de señalar que todo envío de armas desde Washington a Kiev será «pulverizado».

De hecho, las palabras del viceministro de Exteriores ruso han llegado un día después de que Viacheslav Volodin, presidente de la Duma Estatal de Rusia, la Cámara Baja del Parlamento ruso, reseñara que entregar armas ofensivas a Kiev conducirá a una «catástrofe global».

Asimismo, el expresidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, Dimitri Medvedev, advirtió la semana pasada de que una derrota de Rusia en la guerra con Ucrania «podría provocar el estallido de una guerra nuclear». «Una derrota por parte de una potencia nuclear en una guerra convencional puede provocar el estallido de una guerra nuclear», sostuvo.

En el campo de batalla, el jefe en funciones de la anexionada región de Zaporiyia, Yevgueni Balitski, ha asegurado este lunes que el avance de las tropas rusas en la región que, según Moscú, comenzó la semana pasada, «no es rápido, pero es efectivo». «La situación en el frente de Zaporiyia cambia lentamente, pero lo hace en la dirección correcta», ha añadido.

Kiev, a su vez, niega el avance ruso en esta región, pero asegura que el enemigo ha intensificado sus acciones en esa dirección para impedir el traslado de refuerzos ucranianos al frente del Donbás. La región de Zaporiyia, que acoge la mayor central nuclear de Europa, fue anexionada por Moscú en setiembre de 2022, pero es solo controlada por Rusia parcialmente.

Rusia expulsa al embajador de Estonia

El Gobierno de Rusia ha anunciado este lunes la expulsión del embajador de Estonia y ha rebajado el nivel de las relaciones diplomáticas con Tallín, que deja a nivel de encargados de negocios.

El Ministerio de Exteriores ruso ha indicado en un comunicado que el embajador estonio en Moscú ha sido convocado para trasladar una «firme protesta» por la decisión de «reducir radicalmente el tamaño de la Embajada rusa en Tallín» y ha agregado que el embajador «debe abandonar Rusia antes del 7 de febrero».

«La cúpula estonia ha destruido a propósito durante los últimos años todo el abanico de relaciones con Rusia. La rusofobia y el cultivo de la hostilidad hacia nuestro país han sido elevados al rango de política de Estado por parte de Tallín», ha denunciado.