Una concentración denuncia en Arrasate los daños causados por las obras del TAV en Lezetxiki

Arrasate ha acogido este domingo una concentración para denunciar los desperfectos causados por las obras del TAV en la cueva de Lezetxiki. Han pedido a las instituciones públicas de Euskal Herria que protejan «nuestro patrimonio cultural, arqueológico y geológico».

Concentración celebrada en Arrasate para denunciar los daños causados por el TAV en Lezetxiki.
Concentración celebrada en Arrasate para denunciar los daños causados por el TAV en Lezetxiki. (Endika PORTILLO | FOKU)

Bajo el lema «Leizetxiki eta inguruak babestu. AHT gelditu», decenas de personas se han concentrado este domingo en Arrasate para denunciar que las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV) han causado importantes daños en la galería de la cueva de Lezetxiki.

Según han denunciado, desde que comenzó a construirse en Euskal Herria en 2006, el TAV «se ha convertido en el macroproyecto que ha herido para siempre el patrimonio de nuestro país». Así, han añadido que el proyecto de «mayor envergadura» de Euskal Herria ha causado «daños irreparables» tanto en el paisaje como en los ecosistemas del país.

«En cuanto a nuestra comarca, Debagoiena ha sido la que ha sufrido una mayor destrucción de sus entornos. De hecho, se encuentra en la encrucijada de la llamada ‘Y Vasca’», han indicado.

De esta manera, han recordado que, en Arrasate, más allá del daño paisajístico, abundan los daños causados «a la biodiversidad, al patrimonio natural y a la ciudadanía en general». Entre otras cosas, han denunciado que la carretera entre Arrasate y Aramaio ha permanecido cortada durante más de un año y que el manantial de Bostiturrieta, del que se abastecían los barrios de Garagartza y Gesalibar, ha sido destruido por las obras. 

«Se ha cubierto el río Kobate y contaminado con vertidos de diésel, se han ensanchado los caminos forestales de Gesalibar y Garagartza y cubierto de hormigón, y se han dañado los bosques y los hábitats de la fauna autóctona», han agregado.

Todas estas consecuencias, han subrayado, «no son más que las que podemos ver por ahora». «Serán muchos los daños que probablemente hayan quedado ocultos. De hecho, el secretismo de las obras del TAV impide informar de todos los desperfectos causados y también de los que se van a causar», han remarcado.

Así, han insistido en que es «indiferente» la cantidad de estudios o instituciones –entre ellas, la Comisión Europea– que sostienen que el TAV «nunca será sostenible ni rentable, que no será energéticamente eficiente, que no reducirá el tráfico en las carreteras, que no va a tener capacidad para transportar mercancías y que tampoco nos va a comunicar mejor con otras regiones de Europa».

No obstante, han criticado que «a pesar de todo eso», las obras continúan. «Anualmente, en los presupuestos aprobados por las diferentes instituciones públicas, miles de millones de euros públicos se destinan a este proyecto desarrollista de hormigón», han expresado.

«A través de este macroproyecto, los lobbies del cemento del Estado español y Euskal Herria se van a embolsar enormes ingresos: Moyua, Altuna y Uria, Balzola, Amenábar, Ferrovial, Tecsa, Viuda de Sainz y otros», han denunciado.

Por todo ello, los manifestantes consideran necesario «que nuestras instituciones públicas protejan nuestro pueblo y nuestro patrimonio cultural, arqueológico y geológico» con medidas «reales» y «efectivas». «Las duras imágenes de Lezetxiki que hoy nos han traído a la plaza son solo la punta del iceberg. Por debajo, las construcciones más destructivas, antisociales y derrochadoras jamás realizadas en Euskal Herria siguen avanzando», han sentenciado.

Lezetxiki, hogar neandertal

Este jueves, las conclusiones publicadas en la revista ‘American Journal of Biological Anthropology’ confirmaban la presencia de neandertales en el norte de la Península en el período de transición entre el Paleolítico medio y el superior, en el que fueron sustituidos por los humanos anatómicamente modernos, cuando este lugar había sido noticia al revelarse los daños provocados por las obras para la construcción del TAV.

Un día más tarde, el viernes, el servicio de Patrimonio de la Diputación de Gipuzkoa insistió en que los desperfectos en Lezetxiki «no han causado ningún daño en el yacimiento», en la misma línea de lo que defendió el portavoz de Lakua, Bingen Zupiria, en NAIZ Irratia. Por su parte, EH Bildu reclamó «explicaciones fiables y concretas» ante las Juntas Generales.