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El Ararteko insta al Ayuntamiento de Bilbo a actuar ante la violencia de sus agentes

El Ararteko ha realizado una investigación sobre la actuación de la Policía Municipal de Bilbo en la detención de un hombre durante Aste Nagusia y ha concluido que en ocasiones el uso de la fuerza pudiera ser inadecuado.

Secuelas de la agresión sufrida por la joven que denunció esta detención, cuyo caso no aborda el Ararteko por estar judicializado.
Secuelas de la agresión sufrida por la joven que denunció esta detención, cuyo caso no aborda el Ararteko por estar judicializado. (GAZTE KOMUNISTAK)

El Ararteko ha instado al Ayuntamiento de Bilbo a que investigue el uso desproporcionado de la fuerza por parte de los agentes de la Policía Municipal en algunas detenciones.

Según ha informado la oficina del Ararteko, la institución abrió una actuación de oficio sobre la detención de un joven en la última Aste Nagusia por el robo de un móvil para investigar si el uso de la fuerza empleada fue proporcional y adecuado y si además existió un componente racista para que se produjera la intervención policial.

En esa detención una joven que estaba en el lugar protestó por la actuación policial y los agentes le pusieron tres denuncias, retiradas cuando las recurrió. Esta chica presentó a su vez una denuncia por lesiones que se está tramitando en el juzgado, por lo que el Ararteko no entra en el caso.

Tras la investigación realizada y el análisis de la información proporcionada, el Ararteko considera que el Ayuntamiento de Bilbo ha documentado y motivado el uso de la fuerza tras realizar una investigación interna para esclarecer los hechos y ha trasladado el juicio que le ha merecido el uso de la fuerza empleada para vencer la resistencia ofrecida por el detenido, y la empleada en la identificación de la persona que presenció los hechos.

Sin embargo, el Ararteko observa dos momentos en los que el uso de la fuerza pudiera resultar inadecuado y desproporcionado, por lo que recomienda al Ayuntamiento que investigue esas actuaciones policiales y adopte, en su caso, las medidas pertinentes, disciplinarias o de otra índole.

A través de la denuncia

El caso de esta detención trascendió a finales de agosto pasado por una denuncia pública de la Juventud Comunista en Euskal Herria, organización juvenil del PCE-EPK. Explicó que en la madrugada del 27 de agosto, al llegar a la Plaza Nueva, una persona vio a un joven inmigrante «entrar corriendo en la plaza, seguido de cuatro o cinco hombres de paisano que lo inmovilizaban contra una fachada y comenzaban a proferir insultos racistas diciéndole que devolviera el móvil que presuntamente habría hurtado, mientras extraían todas las pertenencias a la fuerza».

«Tras ver cómo lo tumbaban boca abajo en el suelo a pesar de que no estaba oponiendo resistencia, la chica les increpó que no era necesario ese trato. Los hombres comenzaron a golpear al joven en la cara mientras lo mantenían inmovilizado por los brazos, y uno de ellos respondía que ellos son la policía», indicó.

En ese momento, «el joven tenía tres hombres encima, uno de ellos presionando su cuello con fuerza con el antebrazo mientras él pedía ayuda» a la joven. Ella solicitó que se identificaran «en dos ocasiones» y el agente «se negó hasta finalmente mostrar en su cartera su identificación como policía, pero no su número de placa».

A su vez, el agente pidió a la joven que se identificara y ella respondió que accedía, «pero que, por su seguridad, grabaría toda la conversación; y les indicó que es trabajadora de una institución que vela por los derechos fundamentales. Insistió en que no era necesaria esa desproporcionalidad y la mandaron callar».

Según añadió Gazte Komunistak, en el momento en el que sacó el móvil para grabar, «el mismo agente la agarró violentamente del brazo estampándola abruptamente contra la pared, golpeándole la cabeza y la espalda en el proceso, y lanzó su móvil al suelo».