Sergio Iglesias

Kepa, beti gurekin!

Kepa Junkera acompañado por miembros de Bilboko Konpartsak y Marijaia.
Kepa Junkera acompañado por miembros de Bilboko Konpartsak y Marijaia. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

Cuando en diciembre de 2018 recibimos la noticia de que Kepa Junkera había sufrido un ictus, algo se removió dentro de todos y todas las que habíamos disfrutado tanto con la música del genial trikilari de Rekalde. Por suerte, Junkera reapareció el pasado mes de octubre para presentar ‘Berpiztu’, un documental en el que se relata su vía crucis a lo largo de estos cuatro años, y para dejar claro que iba a seguir luchando por recuperarse. Posteriormente, también le pudimos ver en la azoka de Durango, dando muestras de su alegría y sus ganas de vivir a todo el que se acercaba a su stand.

Un merecido homenaje

Así que, una vez que se empieza a ver el final del túnel, y que por suerte, ya casi tenemos olvidada del todo la pesadilla pandémica, era el momento para que sus amigos y amigas, compañeros y compañeras de profesión, le dieran su merecido homenaje. La cita era en el bilbaíno Teatro Arriaga, escenario de tantas y tantas grandes noches de concierto y presentación de discos de Kepa Junkera, de modo que no podía haber un lugar mejor para agasajar al mayor renovador de la música euskaldun de las últimas décadas.

Para la ocasión, la banda elegida para llevar el peso del concierto fue la Cobla Sant Jordi, con quienes el músico bilbaíno grabó el disco ‘Kirineoc’ en 2018. Un conjunto que comenzó la velada al ritmo de ‘Gernika’, pasada por su particular filtro sonoro, acercándola al swing, justo antes de que saliera a escena Xabier Amuriza, quien, a modo de presentación, tuvo unas bellísimas palabras de reconocimiento para el protagonista de la noche, destacando la inquietud musical que siempre le ha caracterizado a lo largo de su carrera. «Kepa, beti gurekin», gritó un Amuriza que más tarde volvería a aparecer en el concierto para, desde una de las plateas, interpretar unas coplas especiales con letras adaptadas al evento, dedicadas a Kepa Junkera.

Una noche de alegría

A partir de ahí, todo fue una montaña rusa de emociones en el que, lejos de caer en el tremendismo o en la lágrima fácil, todos y todas las participantes quisieron poner su granito de arena para que esta tarde-noche fuera recordada con alegría; así pudimos disfrutar de los aires de romería que siempre aportan Tapia ta Leturia… esas romerías en las que tanto disfrutó Junkera curtiéndose en sus inicios, hasta que se dio cuenta de que él necesitaba hacer cosas diferentes, que lo que él quería realmente era dar a conocer nuestra música a todo el mundo, algo que, aunque pudiera parecer descabellado, consiguió con creces y los hechos y los discos están ahí para demostrarlo.

El recital estuvo amenizado por la presencia de los y las bailarinas de Kukai Dantza Taldea, que cada vez que salían llenaban el escenario con sus maravillosas e hipnóticas coreografías, basadas en euskal dantza, y llevadas a su terreno de manera magistral.

Tampoco quisieron faltar a la cita grandes personalidades y divulgadores de la música tradicional que llegaron desde diferentes puntos del estado, como la grandísima dama de la canción galega Uxia, que puso al público en pie con su interpretación de ‘A rianxeira’, el gaitero Budiño, Eliseo Parra, o Miguel Cavadieco, todos ellos y ellas con una conexión muy especial con Euskal Herria desde hace muchos años, gracias sobre todo, a la influencia de Kepa Junkera.

Hubo otras y otros muchos que también quisieron estar presentes en el homenaje, aunque fuera de manera testimonial, con su aparición en un video que se proyectó de fondo mientras sonaba ‘NY Hirahira’: Marina Rosell, Nacho Duato, Andrés Calamaro, Pedro Guerra, María del Mar Bonet…

Una profunda huella

Pero si hay algo importante que destacar de la figura del músico de Rekalde es la profunda huella que ha dejado en la música de Euskal Herria, y el camino que dejó marcado para que lo siguieran otros y otras trikilaris que también estuvieron y aportaron muchísimo al concierto: Xabier Aburruzaga, Ines Osinaga, Agurtzane Elustondo, Oskar Estanga, Josune Arakistain y Xabi Solano.

Tampoco faltaron otros y otros compañeros de profesión como Oreka TX, Ibon Koteron o DZ, quien se encargó de escenificar la contemporaneidad de la música de Kepa Junkera, que va más allá de épocas y estilos, sobrepasando cualquier tipo de prejuicio, lo que siempre le ha alejado de los siempre peligrosos puristas.

Por destacar algunos de los momentos de la noche, tal vez me quedaría con la épica interpretación de ‘Drakian’ a cargo de la Cobla Sant Jordi junto a Xabi Aburruzaga, acompañado por los movimientos imposibles de los y las bailarinas de Kukai, o la presencia de Ibon Koteron junto a Inés Osinaga (magnífica en cada una de sus intervenciones) haciendo ‘Odolaren boza’, canción incluida en ‘Leonen orroak’, el disco que el albokari hizo junto a Kepa Junkera en 1996. Para el recuerdo quedarán también las actuaciones de Amak junto a Uxia, haciendo ‘Matakulebra’, uno de los grandes himnos del músico de Rekalde, así como la ovación que se llevaron cada vez que hicieron acto de presencia en escena Sorginak, la última banda de Kepa Junkera antes de sufrir el ictus, y que últimamente, han sido noticia por la puesta en marcha de su nuevo proyecto llamado Neomak. ¿Y cómo no destacar ese himno que es ‘Bok spok’, que traspasó todas las fronteras sonoras, y llevó a Junkera a ser conocido (y reconocido) por el gran público, de manera masiva? obviamente, también sonó, interpretada por Inés Osinaga, y fue uno de los temas más aplaudidos del concierto.

Momentos emocionantes, Athletic y Aste Nagusia

Pero si hablamos de momentos especiales, no podemos olvidarnos de la actuación de la bailarina de Zumaia Lucía Lacarra que, junto a Matthew Golding, nos emocionó con una preciosa coreografía al ritmo de la versión de ‘Maitia nun zira’ que, en su momento grabara el músico de Rekalde junto a la portuguesa Dulce Pontes.

También estuvieron presentes, ¿cómo no?, dos de las grandes pasiones de Kepa Junkera: el Athletic de Bilbao, club de sus amores, y para el que hizo un disco muy especial en el que se incluía el himno oficioso ‘Aurrera Aurrera Athletic’, sampleado por DZ, y la Aste nagusia bilbaína, con la presencia de la txupinera y la pregonera de la última edición: Iratxe Palacios e Itziar Lazcano, quienes leyeron una carta escrita por el propio músico, antes de que subiera al escenario para llevarse la ovación del público. Momento en que empezó a sonar ‘Badator Marijaia’ y salieron a escena representantes de las diferentes konpartsak para cantar y bailar junto al músico bilbaíno, a la vez que iniciaban una kalejira que se desarrolló primero en los pasillos del elegante teatro bilbaíno para terminar en la plaza.

Un inmejorable fin de fiesta para homenajear de la mejor manera a la persona responsable de que nuestra música se escuche a lo largo y ancho de todo el mundo, al músico que nunca se conformó y que siempre buscó dar un paso más, y cuyo nombre ya está escrito en letras de oro en la historia de la música de Euskal Herria.

Kepa, beti gurekin!