El presidente chino, Xi Jinping, ha aplaudido la estrecha relación y la cooperación estratégica con Rusia en la visita de tres días a Vladimir Putin, que ha comenzado este lunes y en la que ha mostrado su respaldo a Moscú en un momento en el que el presidente ruso acaba de ser acusado por el Tribunal Penal Internacional (TPI) de «crímenes de guerra».
De forma paralela a la visita de Xi, Pekín ha cuestionado la orden de arresto emitida el viernes por el Tribunal y ha instado a la corte con sede en La Haya a «evitar la politización y los dobles raseros» en la persecución de los crímenes.
El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Wang Wenbin, ha subrayado que el tribunal debe tener una postura «objetiva e imparcial», si bien China, al igual que Rusia o EEUU, no es parte del Estatuto de Roma y, por tanto, no forma parte del TPI.
Wang ha pedido «respetar la inmunidad de los jefes de Estado». La corte considera a Putin responsable de la deportación forzada de niños ucranianos a territorio ruso.
Plan de paz chino para Ucrania
Más allá de este respaldo, el presidente chino quiere hacer valer su papel mediador y su peso diplomático, y el plan de paz propuesto para solucionar el conflicto de Ucrania ha estado sobre la mesa de las conversaciones con Putin.
«Estamos abiertos a un proceso negociador. Discutiremos sin ninguna duda todas estas cuestiones, incluida su iniciativa, que tratamos con respeto», ha señalado Putin en el primer encuentro «informal», al que ha seguido una cena con el líder chino, un total de cuatro horas y media de reunión.
Este martes tendrán lugar las reuniones oficiales y la firma de un buen número de acuerdos bilaterales, más centrados en la economía, que refuercen la cooperación chino-rusa. Putin ha adelantado que los intercambios comerciales superarán este año el histórico listón de los 200.000 millones de dólares, en gran medida debido al incremento de los suministro de gas al gigante asiático en el marco del boicot europeo.
Kiev y sus socios recelan del plan
Además se espera que, tras la visita al Kremlin, Xi hable con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, sobre el plan de paz.
China, que ha sorprendido ya con su rol mediador entre dos enemigos como Irán y Arabia Saudí, cuenta, sin embargo, con el recelo de Ucrania, que considera contradictorio que en su plan apoye el respeto a la integridad territorial de los Estados con que defienda la seguridad de Rusia.
Kiev exige como condición previa a cualquier acuerdo «la rendición o retirada de las fuerzas rusas» y el Ministerio ucraniano de Exteriores ha conminado a Xi a «usar su influencia sobre Moscú» para que Rusia ponga fin a la guerra.
Tampoco EEUU, la UE, Gran Bretaña o Japón quieren conceder viabilidad a la iniciativa china.
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ha advertido este mismo lunes, mientras Xi estaba en el Kremlin, de que «el mundo (no debe) dejarse engañar por ninguna decisión táctica de Rusia, respaldada por China o cualquier otro país, para congelar el conflicto en sus propios términos». Washington duda de la voluntad de China de preservar la «soberanía e integridad territorial« de Ucrania.
«Cualquier proyecto que no priorice este principio fundamental representa, en el mejor de los casos, una táctica dilatoria, o simplemente busca facilitar un desenlace injusto» al conflicto, ha declarado. «No es una diplomacia constructiva. Pedir un alto el fuego que no incluya la retirada de las fuerzas rusas del territorio ucraniano respaldaría efectivamente las conquistas rusas», ha añadido.
Moscú procesa a los jueces del TPI
Blinken también ha atacado a Xi por el momento de la visita al entender que hacerlo tras la orden de detención del TPI supone que «China no quiere responsabilizarlo por las atrocidades en Ucrania»-
El secretario ha criticado que Xi está «proporcionando una cobertura diplomática para que Rusia siga cometiendo esos mismos crímenes».
Por su parte, Rusia ha contraatacado con su propia denuncia. El Comité de Instrucción de Rusia ha incoado un caso penal contra el fiscal y los tres jueces del TPI.
«La persecución penal tiene un deliberado carácter ilegal, ya que no hay motivos para imputar una responsabilidad criminal», ha informqadoel CIR, órgano extrajudicial que depende directamente del Kremlin.
La nota oficial menciona los nombres del fiscal, Karim Ahmad Khan, y los tres jueces del TPI: Tomoko Akane, Rosario Salvatore Aitala y el costarricense Sergio Gerardo Ugalde Godínez.
El CIR acusa a Khan de adoptar una «decisión ilegal sobre el arresto del presidente de la Federación Rusa» y la Defensora de los Derechos del Niño, María Lvova-Belova.
Según dicho órgano, las acciones del fiscal contienen indicios de delitos contemplados por el código penal ruso, entre otras cosas, por adoptar medidas contra el representante de un Estado protegido por las normas internacionales «con el fin de entorpecer las relaciones».
Rusia calificó la orden de detención contra Putin como «indignante» e «inadmisible». «Rusia, como otros países, no reconoce la jurisdicción de ese tribunal, por lo que cualquier decisión de ese tipo es para Rusia insignificante desde el punto de vista del derecho», afirmó el Kremlin.