La historia del hallazgo cinematográfico que protagonizó Juan Manuel Chumilla-Carbajosa nació de la casualidad, cuando el cineasta murciano compró cerca de 200 negativos en blanco y negro en una vieja librería del barrio romano de Trastevere a principios de 2020, unas semanas antes de la pandemia.
A contraluz, el descubridor intuyó la silueta de Federico Fellini luciendo un sombrero de cowboy y en mitad de un lugar insospechado, un pueblo del salvaje oeste.
Reveladas las imágenes, Chumilla-Carbajosa también topó con una diligencia tirada por caballos blancos, un actor luciendo revólveres y sombrero y un actor británico, Terence Stamp, saludando desde un coche.
Chumilla-Carbajosa, estudiante del Centro de Cine Experimental de la capital italiana, nunca ha ocultado su pasión por el cine de Fellini y no tardó en relacionar estos fotogramas con el episodio que el maestro de Rimini rodó para la película ‘Historias extraordinarias’ (1967).
Fue entonces cuando recurrió al periodista de la RAI Leopoldo Santovincenzo, experto en la obra del autor de ‘Amarcord’, y este le reveló que la RAI tenía en sus archivos un reportaje que incluía secuencias de un tiroteo en un poblado del oeste y algunas fotos olvidadas relacionadas con dicha filmación de Fellini.
Dichas secuencias fueron rodadas en los Estudios Elios de Roma, donde se levantó un pueblo del oeste que sirvió de decorado para una serie de spaghetti westerns.
Ante los micrófonos de la RAI, Fellini dijo «voy a ser sincero. Disfruté mucho los dos días que estuve en los estudios donde se está construyendo permanentemente esta ciudad del oeste. Estoy celoso de mis colegas que hacen películas como esta. Disparé, habría montado un caballo si pudiera encontrar uno lo suficientemente manso. No, en serio, es un ambiente muy estimulante, electrizante, también porque te transporta a los orígenes del cine, cuando en realidad era una expresión ingenua de hechos populares que glorificaban el mito de la amistad, la aventura y el misterio. Me lo pasé muy bien, es una pena que la secuencia que hemos rodado sea muy corta y no sea más que una parte de mi película, cuando al protagonista se le muestra el set donde tiene que rodar una película del oeste producida por el Vaticano».
En la filmoteca italiana y en una universidad de Indiana encontraron dos guiones firmados por Federico Fellini y Bernardino Zapponi, pero la secuencia en la ciudad del oeste no apareció. Sin embargo, se reflejó –con actores y escenografía– en el cronograma de rodaje, que se encuentra en los archivos estatales.
Tras seguir la pista hasta Nueva York, donde vive Caterina Zapponi, hija del guionista Bernardino Zapponi, los investigadores encontraron una copia del primer guion de rodaje en los papeles que la artista conservaba de su padre.
Lamentablemente, la secuencia fue cortada del negativo y destruida después de 26 días de rodaje y 46 minutos de montaje. Se cree que Fellini eliminaba todo el material que no consideraba necesario, bien porque la película tenía una duración determinada, o porque el montador o el guionista le aconsejaron suprimirla.
Chumilla-Carbajosa se encuentra preparando un largometraje titulado ‘El diablo, el Ferrari y el western perdido’ sobre la película y sus avatares, y negocia con la filmoteca romana la realización de una exposición que reúna las fotografías y el guion olvidados durante más de medio siglo.
Poe, según Fellini
Edgar Allan Poe entró oficialmente en la vida artística de Fellini cuando el productor francés Raymond Eger lo involucró en una película de antología inspirada en sus historias y en el que también participaron Roger Vadim y Louis Malle.
El primero se decantó por ‘Mentzengeitzer’, el segundo se basó en ‘William Wilson’ y Fellini, por su parte, nos legó una de sus mejores obras, ‘Toby Dammit’.
Basado libremente en el cuento ‘No apuestes tu cabeza al diablo’, el maestro de Rimini readecuó a su personal universo onírico y fantástico las pesadillas de Poe a lo largo de un relato fascinante y en el que Terence Stamp –Peter O'Toole fue la primera elección para este rol– legó para la posteridad le mejor y más original encarnación que se ha hecho hasta el momento del autor de ‘El cuervo’.
En este episodio, Stamp-Poe es un otrora cotizado actor caído en desgracia que, ha cambio de un último modelo de coche deportivo, aceptará el encargo de participar en una película producida por el Vaticano, el primer western católico de la historia.
Mientras lleva a cabo este proyecto, el protagonista inicia un vertiginoso descenso a sus propios infiernos en el que se cuela una niña de aspecto inquietante que le saldrá al paso mientras recorre la noche sin levantar el pie del acelerador de su flamante Ferrari-tumba.