Amaia Ereñaga

Hola y adiós, bajo el TAV, a la calzada romana y al poblado neolítico de Jundiz

Quienes se han acercado este fin de semana a las excavaciones de Jundiz –curiosos, vecinos...–, atraídos por las dos jornadas de puertas abiertas, lo han hecho para ser testigos del descubrimiento de unos restos arqueológicos que desaparecerán bajo el trazado del TAV. ¿Pero acaba esto aquí?

Visitantes en la calzada romana encontrada por los arqueólogos.
Visitantes en la calzada romana encontrada por los arqueólogos. (NAIZ)

Se sabía que parte del tramo alavés de una calzada romana Iter XXXIV –una importante vía de comunicación que unía Astorga y Burdeos– estaba ahí, pero lo que no se esperaban los arqueólogos cuando comenzaron los trabajos de esta zona, donde pasa el trazado del TAV, era que estuviera en tan buenas condiciones de conservación. Las excavaciones han traído también otra sorpresa: la aparición de un poblado neolítico de 3.000 años a.C.

En el polígono industrial de Jundiz, situado cerca de Gasteiz, han tenido lugar este sábado y domingo dos jornadas de puertas abiertas para mostrar a interesados, curiosos y, sobre todo, muchos vecinos de la zona el patrimonio que han destapado las obras del TAV. Los responsables de Qark Arqueología han puesto en contexto los hallazgos, la importancia de la calzada y han explicado los resultados de la intervención.

También se ha podido ver ‘en directo’ lo que se ha sacado a la luz... y que ahora esta cuestionada infraestructura tapará. Un descubrimiento efímero que los arquéologos han estudiado y documentado. Han guardado también los elementos que son de interés. 

Protesta en las excavaciones

La mañana de este domingo, de hecho, miembros de la plataforma Lautada Trenaren Alde han llevado su protesta hasta el mismo lugar de los hallazgos. Una plataforma que ha pedido «la inmediata paralización de las obras que se están llevando a cabo y que no se licite ningún tramo nuevo, preservando nuestro patrimonio cultural e histórico. Pedimos al  Gobierno –han dicho– que lleve adelante la realización del estudio de adecuación y mejora de las vías actuales, poniendo en marcha la partida presupuestaria aprobada para los presupuestos de 2022 y tome en cuenta el estudio de alternativa».

El estudio de alternativa al que se refieren es la presentada por las Plataformas en favor del Tren de Araba, Nafarroa y Burgos, junto con todos los sindicatos con representación en ADIF y RENFE. Básicamente lo que se plantea es una apuesta por la mejora y adecuación de las infraestructuras ferroviarias actuales, sin la construcción de una nueva vía de uso exclusivo de alta velocidad. De hecho, en noviembre del año pasado, las Plataformas por el Tren presentaron un estudio técnico para la mejora y adecuación de los tramos Burgos-Gasteiz-Iruñea-Castejón, que recoge las demandas de los concejos afectados –que con el TAV se quedan fuera–, «con un coste económico 2.000 millones de euros inferior al propuesto por el Ministerio de Transportes. Plantea la gran ventaja de que podría ser utilizado para tráfico mixto, de mercancías y personas», han apuntado.

¿Qué han encontrado?

El hallazgo arqueológico que ha destapado el trazado ha tenido lugar durante las obras de construcción de la plataforma que conectará la línea de Alta Velocidad Burgos-Gasteiz con la integración del ferrocarril en la capital alavesa. La zona, entre Trespuentes y Júndiz, era de «presunción arqueológica», como se había anunciado desde la propia Diputación alavesa.

Las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz lo previsto: el tramo descubierto mide 95 metros de largo y 4 de ancho y forma parte del Itinerario Antonino, de finales del siglo III d.C.Pero está en mucho mejor estado de lo que esperaban.

Junto a la calzada, ha aparecido además un poblado que existió 3.000 años antes de la llegada de los romanos, con silos de almacenamiento, hornos polinesios, agujeros sobre postes, molinos de mano, cerámica y carbones.

El grupo juntero de EH Bildu ha registrado unas preguntas en las Juntas Generales en las que exigen que la Diputación alavesa explique «cuándo tuvo conocimiento el Gobierno Foral» de la aparición de estos restos «y si presentó alegaciones para protegerlos».

Una ermita en el camino

Una obra de semejantes características es evidente que puede provocar situaciones como esta. No hace poco saltaba a los medios la denuncia de un grupo de espeleólogos de Arrasate sobre la afección de las obras a la cueva de Lezetxiki, extremo que la Diputación de Gipuzkoa negaba luego. Ahora, los descubrimientos de Jundiz. ¿Habrá más?

En un informe emitido en febrero de 2018 por el servicio de Sostenibilidad Ambiental de la Diputación de Araba, en relación al estudio sobre el impacto del TAV, aparece esta referencia: «Conviene destacar el impacto que sobre la ermita de San Juan de Arrarain podría generase, debiéndose en todo caso contemplarse las oportunas medidas de protección y corrección que establezcan dichos órganos competentes y que habrán de definirse con detalle en las fases siguientes de tramitación del proyecto». 

La Ermita de San Juan de Arrain, situada en las afueras de núcleo principal de Elburgo, es el último vestigio que queda en pie de la antigua aldea altomedieval de Arrain. Situada en el Camino de Santiago, cerca del Camino de los Romanos –la vía que unía Burdeos con Astorga, uno de cuyos tramos se ha encontrado en Jundiz–, data del siglo XII.