El fútbol no entiende de merecimientos y quizá sea el único deporte en el que se puede ganar sin ser mejor que el contrario. El Athletic tuvo contra las cuerdas a Osasuna en San Mamés. Estuvo cerca de certificar la remontada, pero no supo noquear al rival. Fue cruel y dejó señalados a futbolistas jóvenes como Oier Zarraga y Nico Williams. Sus errores o falta de acierto ante la portería condenaron al equipo y seguro que esta noche no han parado de darle vueltas a lo sucedido. Prueba de ello es que Nico Williams hasta se ha borrado de las redes sociales.
El Athletic ha emitido un comunicado en el que explica que el jugador decidió desactivar sus perfil «tras el duro golpe que supuso la eliminación y la posterior presión de algunos usuarios en forma de insultos y faltas de respeto». El pequeño de los Williams ha querido trasladar a los aficionados que le apoyaron con una ovación y a los que le han mostrado su cariño. Desde el club han pedido que «entre todos hagamos fuerza para erradicar este tipo de actitudes en redes sociales. No todo vale».
Ernesto Valverde, un técnico curtido y con mucha experiencia, siempre intenta mantener la calma. Las ha visto de todos los colores en los terrenos de juego y sabe que el resultado es imprevisible. Por eso, trato de darle normalidad a la eliminación. «Esto es un juego, es fútbol. Hemos hecho casi todo bien y nos ha faltado esa pizca de acierto», reflexionaba. Mientras muchos aficionados se rasgan las vestiduras con comentarios hirientes sobre jugadores y la labor del entrenador, los protagonistas son conscientes de que el fútbol da tantas vueltas como la vida misma. Y puede conceder otra oportunidad, o no.
El técnico admitía que el vestuario estaba tocado y que cada futbolista estaba dando vueltas a los errores que podía haber cometido en las jugadas decisivas. Sin citar ningún nombre, habló de los remates ante el portero que no fueron entre los tres palos y ese balón que podían haber enviado a la tribuna antes de que se lo robaran.
Se refería a las acciones de Nico Williams y Oier Zarraga. El extremo tuvo la posibilidad de decantar la eliminatoria a favor del Athletic con dos clarísimas ocasiones. La primera en una contra bien llevada por su hermano Iñaki que le puso el gol en bandeja. Su disparo se fue fuera. Era el minuto 70. La siguiente fue todavía más clara. Recogió dentro del área un rechace de Sergio Herrera tras un tiro de Raúl García y volvió a fallar con todo a su favor.
Iñaki Williams comentaba al acabar el partido que «más que nadie sé lo que pasa cuando fallas y sé lo que estará pasando mi hermano. En la vida se pierde más veces que las que se gana y no queda otra que seguir trabajando. Tiene muchísimo futuro y esto le servirá de aprendizaje. Es momento de tirar hacia delante».
El número nueve rojiblanco ha subido otra imagen con su hermano en la que señala que «no te olvides nunca de que estamos viviendo lo que un día soñamos».
No te olvides nunca de que estamos viviendo lo que un día soñamos.
— IÑAKI WILLIAMS (@Williaaams45) April 5, 2023
GRACIAS A TODOS POR LO QUE NOS HICISTEIS VIVIR ♥️ pic.twitter.com/uzhadJm4Cn
Valverde también aludió a la juventud de un jugador de 20 años y añadía que con el paso del tiempo aprenderá a «tener calma en determinadas situaciones para tomar decisiones».
Es innegable que Nico Williams no acertó ante la portería, pero el extremo generó muchos problemas a la zaga rival. Le sigue faltando ser más eficiente y concretar toda la superioridad que muestra. Por muchas críticas que se le puedan hacer, es el presente y futuro de este Athletic y fue ovacionado al ser sustituido. Termina contrato en 2024 y, al igual que ha ocurrido con Sancet, su renovación es una prioridad.
Por su parte, Oier Zarraga acaba su vinculación al final de esta campaña. La ampliación del contrato parecía estar encaminada, pero no se ha plasmado todavía. A sus 24 años, esta campaña ha gozado de más oportunidades en las alineaciones. Sin embargo, no ha conseguido afianzarse. Ese ansia por demostrar le jugó una mala pasada ante Osasuna. Quiso liderar al equipo hasta la victoria y arriesgó demasiado con la pelota. Entró en la prórroga y todo le salió mal. Una falta que sacó desviada, imprecisiones y la pérdida que propició el tanto de Osasuna. Al igual que al equipo, no le queda otra que levantarse a pesar de que el golpe ha sido duro.
¿Pensando en los penaltis?
Además de las acciones individuales, al Athletic le jugaron una mala pasada los nervios. Esa presión ambiental se le volvió en contra en los últimos minutos del partido y en la prórroga. Antes de cumplirse los noventa minutos, De Marcos cometió un error que Kike García casi aprovecha buscando colocar el balón desde medio campo por encima de un Julen Agirrezabala que estaba adelantado. El portero también tuvo que realizar otra intervención antes de la prórroga.
Osasuna apenas se había acercado a la portería contraria, pero pegó dos sustos en esos últimos minutos. Valverde reconocía que estaban pensando en los penaltis y los cambios no ayudaron a leer lo que pedía el partido. Se fueron Muniain, Nico y Sancet y el equipo se descompuso. Difícil comprender la entrada de Malcom Adu Ares. El extremo del filial tan solo había disputado unos minutos en la primera jornada con el primer equipo y salió en el minuto 111. Un jugador sin experiencia en la élite para afrontar la tanda de penaltis no parece la mejor idea.
Ese temor a perder en casa después de hacer un buen partido se percibía en las gradas. Los aficionados y jugadores de Osasuna, en cambio, se fueron creciendo al aguantar con vida hasta la prórroga.