Del 27 al 35% han subido las opiniones negativas sobre el impacto de las tecnologías digitales en la sociedad, mientras que las positivas se sitúan solo en el 59%, según el estudio del Gabinete de Prospección Sociológica ‘Impacto de las tecnologías digitales en la vida cotidiana’.

Este sondeo se ha realizado en base a entrevistas telefónicas a 1.016 personas, del 13 al 18 de marzo, según ha dado a conocer el Gobierno de Lakua, que constata un «alto interés» por la ciencia y la tecnología y la inteligencia artificial.

Un 76% de la población de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa asume que en los próximos años habrá muchos o bastantes cambios sociales y económicos, pero no hay consenso con respecto a la valoración de dichos cambios, ya que un 40% piensa que serán positivos, mientras que el 38% considera que serán negativos. Otro 11% afirma que serán indiferentes, y el 8%, que en parte serán positivos y en parte negativos. Las personas más mayores y los más jóvenes son «más positivos» en cuanto a los cambios sociales y económicos que se avecinan.

Los avances científicos y el desarrollo tecnológico atraen el interés de gran parte de la población, y el 80% se muestra muy o bastante interesado, un interés que aumenta algo respecto a 2020. Además, el 42% de la población afirma sentirse muy o bastante informada sobre el avance de la ciencia y la tecnología.

El interés es algo menor por la inteligencia artificial y el internet de las cosas, pero también son más de la mitad quienes se muestran muy o bastante interesados (51%). En cuanto al nivel de información, el 27% afirma estar muy o bastante informado sobre avances en este campo.

Un 50%, con «habilidad suficiente»

Por otra parte, la mitad de la población considera que tiene la «habilidad suficiente» para utilizar las nuevas tecnologías en su vida cotidiana (50%). Esta variable está íntimamente relacionada con la edad, cuanto más jóvenes más hábiles, y también con el sexo, los hombres se consideran hábiles en mayor medida (55%) que las mujeres (47%).

En cuanto a la habilidad para usar servicios públicos online, tales como solicitar una beca o hacer la declaración de la renta, el 42% afirma sentirse muy o bastante hábil. El porcentaje de personas que se sienten hábiles en este sentido también es mayor entre los jóvenes, y entre los hombres.

El porcentaje es parecido respecto a la habilidad para beneficiarse de las oportunidades de aprendizaje digital y online, y el 41% afirma sentirse hábil. También en este caso la percepción de la habilidad es mayor entre los más jóvenes y entre los hombres.

En el entorno laboral, sin embargo, el 75% de la población empleada se siente con habilidad suficiente para utilizar las nuevas tecnologías en su trabajo, también, sobre todo, entre los jóvenes, pero en este caso la diferencia entre sexos no es tan significativa, el 77% de los hombres, frente al 73% de las mujeres.

Respecto a la evolución sobre 2020, parece ser que la percepción de la propia habilidad para utilizar las nuevas tecnologías en diferentes ámbitos de la vida ha disminuido algo en estos tres años, quizás por el aumento de la necesidad de su uso a todos los niveles.

Se generaliza el uso de internet

Por otra parte, se ha generalizado el uso de internet en diferentes ámbitos de la vida, con dudas sobre su seguridad. En concreto, el 83% de la población utiliza internet todos los días, el 39% cada hora, el 24% cada dos o tres horas y el 20% con menos frecuencia. Además, otro 7% de la población utiliza internet, aunque no sea todos los días, por lo que nueve de cada diez personas son usuarias. Este porcentaje se eleva hasta el 100% entre los menores de 45 años, y hasta el 96% entre la población de 46 a 64 años.

En 2011, el 63% de la población era usuaria de internet, para 2018 este porcentaje se había elevado hasta el 85%, y los últimos años ha seguido aumentando hasta el 90% actual.

El dispositivo por excelencia a la hora de utilizar internet es el teléfono móvil: el 76% lo usa de forma preferente a la hora de conectarse, diez puntos más que hace tres años.

En cuanto al uso que se hace de la red, el 74% ha realizado gestiones bancarias, el 64% lo ha usado para ver la televisión, series o películas, el 63% para leer el periódico, el 60% para comprar productos, el 53% para descargar archivos y el 19% para vender productos.

El 42% de los usuarios comparte información personal por internet y el porcentaje aumenta hasta el 58% entre los menores de 29 años.

El 68% está muy o bastante preocupado por la posibilidad de ser víctima de un delito en internet y el 32% lo está por la posibilidad de ser víctima de acoso. Además, el 46% cree que no está suficientemente protegido ante la posibilidad de ser víctima de un delito en internet.

El 64% utiliza las redes sociales con más o menos frecuencia, el 37% habitualmente y el 27% esporádicamente. Entre los menores de 29 años, este porcentaje asciende hasta el 95%. La credibilidad que se otorga a la información que aparece en las redes sociales depende sobre todo de la credibilidad de la persona que comparte la información (31%), de que esté bien documentada (28%) o de que aparezca también en otros medios (24%). Tan solo el 40% ha consultado alguna vez una web de comprobación de datos para verificar y comprobar si una historia es verídica.

El 72% de los usuarios de las redes sociales no cree que estas cuiden adecuadamente la seguridad de los datos personales de sus usuarios y usuarias.

La mitad ha usado un robot

Por otra parte, el 50% ha utilizado alguna vez un robot en casa, en el trabajo o en ambos, un porcentaje que ha aumentado ocho puntos en tres años. Además, el 57% tiene una imagen positiva de los robots y la inteligencia artificial, aunque en los últimos años han aumentado las personas que tienen una imagen negativa (del 27% al 32%) o tienen dudas al respecto (del 7% al 12%), sobre todo entre las mujeres.

De todas formas, la gran mayoría opina que los robots son necesarios, porque pueden hacer trabajos que serían muy duros y peligrosos para las personas (80%), y que los robots y la inteligencia artificial son buenos para la sociedad, porque ayudan a las personas a hacer su trabajo o a realizar sus tareas diarias en casa (70%).

Respecto al posible impacto de los robots en el futuro, el 54% de la población opina que las tareas que desarrolla o desarrollaba en el trabajo podrían ser realizadas por robots o por alguna otra tecnología o aplicaciones informáticas en los próximos 15 años (en parte o totalmente), mientras que el 41% opina que no.

La mayoría considera también que debido al uso de los robots y de la inteligencia artificial, desaparecerán más trabajos que los nuevos que se puedan crear (66%).

En cuanto a las tareas del hogar, el 76% cree que en 15 años un robot o aplicación informática podrá realizar la mayor parte de ellas (en parte o totalmente), mientras que tan solo el 22% opina que no.

En lo que se refiere a tareas más delicadas, peligrosas o personales que pudieran llevar a cabo los robots de forma autónoma, el 53% de la población estaría dispuesta a ser operada por un robot, el 43% a viajar en un vehículo autónomo sin conductor y el 36% a ser cuidada por un robot.