Iñaki  Soto
GARAko Zuzendaria / Director de GARA

Una penosa carta de Diane Abbot sobre racismo reabre la crisis en el laborismo

La parlamentaria laborista Diane Abbot escribió una carta en la que negaba el racismo contra los judíos, los irlandeses o los gitanos, ante lo que la dirección de Keir Starmer ha suspendido de militancia de forma fulminante a la representante de izquierdas.

La parlamentaria laborista Diane Abbott, en un mitin.
La parlamentaria laborista Diane Abbott, en un mitin. (Tolga AKMEN | AFP)

Una vez más, en un momento en el que el Gobierno de Rishi Sunak se tambalea por una sucesión de escándalos que incluyen, por un lado, negocios irregulares de la esposa de Sunak, Akshata Murthy, y por otro la dimisión por acoso laboral de su viceprimer ministro, Dominic Raab, el Partido Laborista se enfrasca en una polémica interna entre su dirección derechista y su disidencia interna de izquierdas.

En este caso, el origen de la disputa interna está en una inaceptable carta publicada en ‘The Observer’ en la que la parlamentaria laborista Diane Abbott sentenciaba, entre otras cosas, que judíos, irlandeses o nómadas (travellers) y gitanos no han padecido auténtico racismo «en toda su vida».

Se da la circunstancia de que Abbott, de origen británico-jamaicano, fue la primera persona negra en lograr un asiento en el Parlamento de Westminster, en 1987, y ha sufrido diversos ataques por esa razón y por ser mujer. Precisamente por eso, sus palabras en ese artículo han sorprendido a propios y extraños.

Abbot no tardó en rectificar, reconocer su error y pedir disculpas a las personas y comunidades que se hayan sentido ofendidas, con razón. «El racismo toma muchas formas y es completamente innegable que el pueblo judío ha sufrido sus monstruosos efectos, al igual que los irlandeses, los ‘travellers’ y muchos otros», ha explicado.

Doble rasero

A pesar de todo, el Partido Laborista ha suspendido de militancia a Abbot de forma fulminante. El problema es que en casos previos, pero con protagonistas cercanos a la dirección actual, las medidas han sido distintas, menos duras. Es lo que ocurrió con los comentarios antisemitas del parlamentario Barry Sheerman, en 2020, ante lo que la dirección de Keir Starmer realizó una declaración explicando que ya «había borrado los tuits y pedido disculpas. (Sheerman) lamenta profundamente el daño causado». Fin de la polémica.

Cabe recordar que Starmer ha utilizado la carta del antisemitismo para combatir al ala izquierdista del laborismo, personificada en Jeremy Corbyn, a quien llegó a suspender de militancia y expulsar del grupo parlamentario por unas acusaciones parciales. Recientemente el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Laborista británico aprobaba por 22 a 12 votos una moción propuesta por el propio Starmer para impedir a su antecesor Jeremy Corbyn concurrir como candidato de la formación en las próximas elecciones generales, en 2024.

Algunos de los históricos defensores de Abbott en el bando laborista, como el escritor y activista Owen Jones, han criticado a Abbott a la vez que denunciaban que lo grave son las políticas migratorias racistas. También corroboraban que se está utilizando este error para continuar con la limpia dentro del partido.



Referente de la izquierda

Muy crítica con la tercera vía de Tony Blair y, entre otras políticas, con la invasión de Irak, Abbot ha roto la disciplina de voto en ese sentido durante toda su carrera. Perdió frente a Ed Miliband la pugna por el liderato del partido en 2010, cuando iba al frente de una lista de izquierdas. A pesar de ello, Miliband la nombró ministra en la sombra de Sanidad. Posteriormente, apoyó a Jeremy Corby, que la nombró ministra en la sombra de Desarrollo Internacional, primero, de Sanidad y Servicios Sociales, después. Se postuló para ser candidata a la alcaldía de Londres, pero perdió.

La llegada de Keir Estarmer la despojó de los cargos y la empujó al ostracismo dentro del partido. No tenía demasiado margen, y es evidente que con esta inoportuna carta se ha pegado un tiro en el pie.