Osakidetza dejó en la calle durante el mes de febrero a 3.705 personas que habían trabajado para ella en enero. Y nada menos que 3.049 tenían un empleo de jornada completa. Son datos que figuran en la respuesta firmada por la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, remitida al Parlamento a petición de la parlamentaria de EH Bildu Rebeka Ubera.
Ubera, que va haciendo un seguimiento mensual de la plantilla de Osakidetza, mostró, a preguntas de este medio, su sorpresa ante semejante variación entre enero y febrero, más aún «teniendo en cuenta que el contexto y la situación» en el Servicio Vasco de Salud no cambió en esos dos meses.
Según los números de la consejera de Salud, en enero había 45.323 personas trabajando para Osakidetza, y un mes después, en febrero, eran solo 41.618.
En enero había 38.405 personas trabajando a tiempo completo, 2.490 a media jornada, 1.016 a un tercio de jornada y 3.412 con otras jornadas parciales. En febrero la plantilla era de 35.356 personas trabajando a tiempo completo, 2.320 a media jornada, 978 a un tercio de jornada y 2.964 con otras fórmulas de jornadas parciales.
Por cierto, cabe señalar que en enero 2023, para las 38.405 personas empleadas a jornada completa, se firmaron un total de 46.103 nóminas. Es decir, se firmaron 7.698 contratos más que trabajadores hubo, lo que puede dar una idea de la precariedad de dichos contratos. En febrero se acortó la diferencia, con 37.621 nóminas para 35.356 empleados.
43.464, en febrero de 2022
Consultadas las cifras del año anterior, se observa que en febrero de 2022 había 43.464 empleados en Osakidetza, de los que 36.880 trabajaban a jornada completa.
La plantilla estructural actual de Osakidetza es de 27.500 profesionales, según su propia página web. A finales de 2022 el Gobierno informó de su paulatino incremento hasta las futuras 30.073 plazas.
Como puede comprobarse, la plantilla de Osakidetza está muy por debajo de las necesidades mensuales.
Rebeka Ubera: «Incomprensible»
A la vista de los datos remitidos por el Departamento de Salud, la parlamentaria de EH Bildu Rebeka Ubera, aseguró a este diario que va a pedir nuevas explicaciones porque le parece «increíble» que con las listas de espera existentes y cuando desde el Gobierno se quejan constantemente de la falta de personal, de un mes para otro se haya despedido a más 3.700 trabajadores de la Salud Pública de la CAV.
La parlamentaria, que ayer mismo estuvo reunida por la mañana con profesionales de dos OSIs, señaló a este diario que las condiciones de los trabajadores se sustentan muchas veces en contratos de apenas unos días o una semana, que desde las gerencias se ajustan a una visión economicista de Osakidetza.
Y Rebeka Ubera llama la atención sobre el hecho de que quien paga al final esta visión de «usar y tirar» de los profesionales, son los pacientes, que ven como su atención va empeorando.