Tras el incendio registrado en su local de Madrid y en el que perdió la vida una enfermera vizcaína junto a un camarero, operarios han empezado retirar parte de la decoración de plantas artificiales del restaurante Burro Canaglia de Bilbo, que es igual al afectado por el siniestro.

A lo largo de la mañana, han estado en el interior del local, ubicado en la calle Iparragirre de la capital vizcaina, tres operarios, con dos escaleras, y han retirado algunos de los adornos característicos de la cadena.

Posteriormente, los trabajadores han abandonado el establecimiento sobre las 11.25 de la mañana, sin que se hubiera eliminado toda la decoración, ya que se podían ver numerosas plantas artificiales colgando hacia abajo desde el techo. A las 13.30, el restaurante abría sus puertas y unos clientes  accedían a su interior.

Inspección del local

Precisamente, este pasado lunes, Facua-Consumidores en Acción pidió al Ayuntamiento de Bilbo una «inspección urgente del local para verificar el material con el que están fabricadas las plantas artificiales de los locales y constatar si es ignífugo».

La asociación explicó que, de esta forma, pretendía «evitar que pueda producirse otra desgracia como la acontecida en el establecimiento situado en Madrid».

En el siniestro, ocurrido en el restaurante italiano Burro Canaglia Bar&Resto, ubicado en la plaza de Manuel Becerra, fallecieron dos personas, una de ellas una enfermera vizcaina de 43 años de edad a la que ayer se tributó una emocionada despedida por parte de sus compañeros.

El fuego se originó poco después de las 23.00 horas y las llamas se iniciaron cerca de la entrada del local, lo que dificultó la evacuación de las víctimas.

La Policía Científica de la Policía española investiga si los materiales que componían la decoración del restaurante aceleraron la propagación de las llamas por el local, en el que quedaron atrapados decenas de comensales y trabajadores hasta que fueron rescatados por los bomberos.

Las plantas artificiales que cubrían gran parte del techo y las paredes del restaurante estaban sujetas por una malla de alambre que, como consecuencia de las llamas, cayó a una temperatura extrema sobre las mesas y el suelo del local, dejando sin escapatoria a los afectados.