Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

De color Disney

Lo lógico sería pensar que el debate sobre el racismo en el cine estadounidense se dará por terminado cuando haya una total integración de la comunidad afroamericana, pero en Hollywood no se zanja el asunto de la discriminación por color de piel, debido a que se discute sobre la intensidad del negro. Actrices que tienen la piel más oscura, como Viola Davis o Lupita Nyong'o denuncian que han perdido papeles por su apariencia muy afro, mientras que Zendaya o Thandie Newton reconocen que el ser mestizas y más blancas les brinda mayores oportunidades de elección.

En Disney creían que habían contentado a la población de raza negra al contratar a la cantante afroamericana Halle Bailey para la versión en imagen real del clásico animado ‘La Sirenita’, que en origen, y también en el cuento de Andersen, era blanca. Pero no, ahora la indignación ha surgido entre la población nativa de Hawai, a cuenta de la correspondiente versión en imagen real de ‘Lilo & Stitch’.

En la película animada de 2002 el personaje de Nani Pelekai, hermana mayor y tutora de Lilo, era de piel oscura. Y las protestas vienen de que ahora la actriz de carne y hueso seleccionada para encarnar a Nani es de piel clara, porque la tal Sydney Agudong es mestiza. Nadie pone en duda su identidad hawaiana, pero se acusa a Disney de hacer prevalecer el lado blanco exótico sobre el negro en la ‘gente de color’.