Iñaki  Iriondo
Cronista político

Zubieta soluciona su «pequeña avería» pero mantiene el lío con Arkaitzerreka

La incineradora de Zubieta ha vuelto a la actividad después de que lo que GHK definió como «pequeña avería» la mantuviera sin quemar residuos desde el 14 de abril. Aparentemente resuelto este problema de generación, GHK sigue teniendo un lío con los vertidos del «dren de fondo» a Arkaitzerreka.

Imagen de la contaminación en Arkaitzerreka.
Imagen de la contaminación en Arkaitzerreka. (EAM)

Los problemas negados o desmentidos por el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK) siguen persiguiendo a la incineradora de Zubieta. Cuando GuraSOS avisó de que la planta llevaba desde mediados de abril sin generar ni energía ni residuos, GHK les acusó de «alarmismo» y habló de una «pequeña avería» que ha tardado 23 días en subsanarse. El Consorcio también negó los problemas de vertidos contaminantes a Arkaitzerreka, pero este 4 de mayo el Boletín de Gipuzkoa publica una información de la Agencia Vasca del Agua con la petición de «autorización para las obras de construcción de un sistema de bombeo a la salida del tubo dren de fondo de vaguada de la plataforma del cmg1 que vierte a la regata Arkaitz».    

La web de Ekondakin, que hace un recuento diario de la actividad de la incineradora de Zubieta señaló ayer que el domingo se «valorizaron» energéticamente 306,96 toneladas de residuos y volvió a generar emisiones en su Línea 2, que ha sido la actividad. GuraSOS alertó a finales de abril de que la planta llevaba desde mediados de mes averiada, porque, según explicaron, «no funciona la generación eléctrica de la que se encarga un turbogenerador Siemens construido en 2018 e instalado en el verano de 2020 y unas celdas de interconexión de la generación».

GHK acusó a la asociación de «alarmismo», señalando que lo ocurrido era «una pequeña avería». Afirmaba textualmente en una nota que «hace escasos días [sin decir cuántos] se produjo una pequeña avería en las barras de conducción eléctrica del Complejo Medioambiental de Zubieta». Incidía en que «todas las protecciones de seguridad actuaron automáticamente y de forma inmediata. Ni el transformador principal ni el resto de la instalación eléctrica se han visto afectadas».

Después, GHK puso especial interés en señalar que «el Complejo Medioambiental de Gipuzkoa sigue recepcionado y tratando los residuos urbanos del territorio. Asimismo, esta avería no ha producido ningún efecto negativo sobre el medio ambiente ni ha ocasionado ningún daño sobre las personas».

La nota del Consorcio no desmentía el contenido de la información, cuyo núcleo era que la incineradora sufría una avería, por lo que no estaba generando energía. En la noticia ya se decía que la planta seguía «pretratando» toneladas de residuos al día, que a su vez se iban acumulando.

Arkaitzerreka contaminada

Por otra parte, el 13 de julio de 2022 Arkaitzerreka amaneció teñida de rojo y con espuma, un problema no solucionado. Durante cuatro meses GHK estuvo negando cualquier responsabilidad, hasta que, según asistentes, el diputado de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, terminó confesando el 3 de noviembre de 2022 ante la asamblea del Consorcio que la incineradora de Zubieta tiene un problema de estanqueidad o filtraciones de lixiviados.

Unos días antes, el 28 de octubre de 2022, URA había publicado un anuncio de información pública del proyecto de GHK de bombear las aguas contaminadas que se filtran de la incineradora. A lo que GuraSOS y otras asociaciones se opusieron por ser un vertido no autorizado. Al final, ganaron la batalla legal por «silencio administrativo», pero GHK volvió a hacer pública una nota negándolo.

Otro permiso para bombear

Pero con la negación pública llegó el cambio de proyecto en privado. Ahora ha pedido autorización para construir un sistema de bombeo «en la salida del tubo de dren de fondo junto a la regata Arkaitz», «hasta llegar a la parte horizontal de la plataforma ajardinada, donde se colocará un depósito de retención de 150 m³ de capacidad».  

¿Y qué harán luego con ese vertido? Pues según GHK, «en el caso de que se disponga de autorización de vertido, el agua bombeada podrá conectarse a la red de saneamiento municipal». Pero «si no se dispone todavía de autorización de vertido o existen dudas sobre la composición del lixiviado», se evacuará en «camiones contenedores». Y si «no existe ningún signo de contaminación en el vertido» se volverá a echar a Arkaitzerreka.

GuraSOS ve positivo que por sus reclamaciones los promotores de la incineradora «se hayan visto obligadas a dar un paso atrás», pero siguen con sus iniciativas para evitar nuevos males. Y consideran «un sinsentido» sacar el agua contaminada en camiones cisterna, porque gran parte de la contaminación no podrá ser captada. Aseguran que lo que hay que hacer es acabar con la fuga de contaminación.