Aitor Agirrezabal
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

Chivite, el «deseo» sin respuesta de Esparza

Las encuestas coinciden en un extremo: no habrá gran trasvase de escaños en los bloques del Parlamento navarro. Consciente de ello, UPN rompió NA+ y guiñó un ojo al PSN. El movimiento centró el debate de los candidatos a la Presidencia. Esparza ha dado «like» a Chivite, pero no parece haber «match».

Los candidatos y candidatas a la presidencia de Nafarroa, en el debate de anoche.
Los candidatos y candidatas a la presidencia de Nafarroa, en el debate de anoche. (Iñigo URIZ | FOKU)

Javier Esparza: «Voy a echarle un capote a la señora Chivite». Uxue Barkos: «Ya sabemos todos que está usted deseoso». Este intercambio de palabras entre los candidatos de UPN y Geroa Bai puede resumir el debate electoral de ayer. Los candidatos a la Presidencia navarra se encontraron anoche ante las cámaras de Navarra TV, en un debate que comenzó frío y que, tras la invitación de los moderadores a ello, pasó, por momentos, a ser una interrupción continua. «Han venido hoy como unos toricos», señaló la candidata de Contigo-Zurekin, Begoña Alfaro, sobre los candidatos de la derecha Javier Esparza, Javier García y Pérez Nievas.

Los resultados que depararán las elecciones del próximo 28 de mayo pueden dejar un escenario similar al actual en la Cámara navarra, según se desprende de las distintas encuestas. Los partidos manejan esos mismos datos y eso se pudo palpar en las distintas exposiciones del primer y último debate televisado de los candidatos a presidir el Gobierno de Nafarroa, ya que María Chivite ha renunciado a reproducirlo en ETB.

El debate estuvo encabezado por la propia lehendakari y el líder de la oposición, Javier Esparza, que intentaba fijar posición sin hacer sangre a sus contrincantes de la derecha, al tiempo que trataba de ser la alternativa a muleta del Gobierno del PSN.

Esparza y García se enzarzaron, sin embargo, en el bloque de pactos, donde ambos se acusaron mutuamente de querer acercarse a Chivite. «Somos la única alternativa real al Gobierno de Chivite. Los únicos que podemos decir que no la haremos presidenta», dijo García mirando de reojo a Esparza. «No es lo que dijo Feijóo», respondió el candidato de UPN. «Que explique por qué rompió Navarra Suma si no es para pactar con el PSN», insistió García.

PP y UPN se enzarzaron, acusándose mutuamente de haber roto Navarra Suma para acercarse al PSN de Chivite.

 

El último bloque respondía a la política de pactos, pero los posibles bloques estuvieron muy presentes durante toda la cita. El guion apuntaba a un primer debate sobre sanidad, salud y servicios sociales, que fue una mera presentación de programas electorales, pero donde todos marcaron posición. «Los señores de la derecha», como los calificó la candidata de EH Bildu, Laura Aznal, hablaron de sanidad «destrozada», mientras que los socios de Gobierno reclamaron planes de choque en Atención Primaria y salud mental y EH Bildu puso énfasis en una reforma estructural. Chivite felicitó a los profesionales sanitarios por la gestión de la pandemia, al tiempo que se congratulaba de tener «uno de los mejores sistemas sanitarios del Estado». 

La imagen congelada

Un sistema sanitario que Esparza no tardó en criticar. El mismo sistema y modelo que, tal y como le recordó Chivite, implantó en 2011 la ahora candidata de UPN a la Alcaldía de Iruñea, Cristina Ibarrola. La imagen pareció congelarse durante unos segundos. Pero no, Esparza se había quedado sin palabras. Fue una de los momentos de la noche.

El candidato de UPN con una mano atizaba al Ejecutivo de Chivite, mientras le mantenía tendida la otra con vistas al futuro. La lehendakari, por su parte, situada por sorteo en el centro de la pantalla, ocupó también esa posición metafórica en cada discusión. Defendiendo su gestión y abriendo la puerta al resto para entrar en ella. A pesar de los cantos de sirena de Esparza, Chivite quiso zanjar el flirteo. «Menos mal que no va a gobernar».

La Guardia Civil

Contra todo pronóstico, ETA tardó en «irrumpir», utilizando las palabras de África Baeta, en el debate. Pero cuando lo hizo, lo hizo en estampida.

La transferencia de tráfico fue la cuestión más polémica del debate electoral

El último bloque, el dedicado a autogobierno y pactos, abrió esa ventana a la fracturada derecha. Esparza acusó a Chivite de «utilizar el autogobierno para dar mejoras a los presos de ETA» y tiró de «los 44 terroristas» que incluyen las listas de EH Bildu. En total, once menciones a ETA en tres minutos.

Un ataque previsible para el que María Chivite estaba preparada. Sacó una imagen de Miguel Sanz en 1993 negociando con Adolfo Araiz, parlamentario en la actualidad de EH Bildu y uno de los que Covite apuntó en esa lista.

Sin embargo, más minutos que ETA se llevó la Guardia Civil. La derecha ligó el autogobierno con «la expulsión de la Guardia Civil de nuestras carreteras». UPN, PP Y Ciudadanos repartieron sus turnos para hablar de «maltrato» o «ignominia». «Han cumplido el deseo de la izquierda abertzale», señaló García.

«Vamos a salir un poco del barro», rompió Alfaro, de Contigo-Zurekin, que pidió «utilizar» el autogobierno «como un escudo social». La candidata de EH Bildu, lejos de ese lodazal, achacó al Gobierno navarro una «falta de ambición» en el autogobierno. «Hasta ahora todos han hablado mucho de EH Bildu, pero a partir del 29 de mayo habrá que hablar con EH Bildu», cerró.