Asiron baila sobre dos variables
Las estimaciones de voto dan un gran resultado a Joseba Asiron, igual que los indicadores sobre transferencias de votos. Las cartas con las que EH Bildu se encontrará el domingo en Iruñea, sin embargo, dependen también del desempeño electoral de UPN y de la decisión política del PSN.
Falta menos, por fortuna, para dejar de hablar de encuestas y hacerlo sobre resultados. Mientras tanto, la demoscopia es la única herramienta que tenemos para imaginar escenarios, con permiso de la intuición y algo de sentido común que, como los sondeos, necesitan ajustes diarios para evitar que se alineen con el deseo de cada quién. No es sencillo.
Las últimas encuestas publicadas -ya no se pueden realizar más- dan un gran resultado a EH Bildu en Iruñea, hasta el punto de abrir la posibilidad de empatar a escaños con UPN. El sorpaso en votos queda más lejos, pero sale del ámbito de lo imposible. Se deberían alinear los astros y algo más, como ocurrió en 2015.
Como entonces, va a depender más del desempeño de UPN, según lo que los sondeos dicen sobre las transferencias de votos. Tanto la encuesta de Sigma2 para EiTB Focus, como la de Demométrica para Navarra Televisión muestran una espectacular fidelidad de voto hacia Asiron -del 88% y del 90%, respectivamente-.
Las transferencias de otros partidos a EH Bildu, por contra, son ya limitadas. Según Sigma2, todavía recibe algo más de voto del que pierde respecto a Geroa Bai, pero ocurre ya al contrario -de forma testimonial- con Contigo-Zurekin. También rasca un poco entre abstencionistas, pero este voto suele ser más difícil de movilizar. En resumen, según estos indicadores, el buen resultado de EH Bildu es bastante probable, pero su margen de crecimiento de aquí al domingo es limitado.
La partida se juega con los números de UPN. Según estas dos encuestas, entre un 46% y un 54% de los votos de Navarra Suma serán para Cristina Ibarrola. No parece mucho, pero fueron 43.643 votos los que tuvo en 2019. Un chorro.
Un voto más volátil
A partir de ahí, la radiografía del voto potencial a UPN es más dispersa y volátil. Los sondeos ven una importante transferencia de votos del PSN hacia Ibarrola, síntoma de que romper con el PP podría tener premio entre ese votante fronterizo.
Un paréntesis: según estas encuestas, Elma Saiz recupera parte del voto perdido hacia UPN gracias a antiguos votantes de Podemos e I-E -que no quedan muy bien en este juego de las transferencias de votos-, pero, con estos datos, decir que el PSN aspira a ganar en Iruñea -y mostrar encuestas que así lo sugieren- es un ejercicio de ciencia ficción que adolece de cierta arrogancia. Veremos el domingo.
Seguimos con UPN. Además de lo que puede recibir del PSN, tiene dos fuentes de votos. Una de ellas es la propia Navarra Suma. Un 12% de su electorado, según Sigma2, se declara indeciso. Hablamos de más de 5.000 votos. No hay transferencias de Navarra Suma a partidos que no sean de derecha, por lo que esos indecisos dudan entre PP y UPN, con permiso de Vox. Para los regionalistas es crucial atraer esos apoyos, y ahí cabe enmarcar los grandes titulares que en los últimos días amenazan con el gran resultado de EH Bildu. Ibarrola también necesita blindar el otro maná: el voto de quienes «no saben» qué votaron en 2019, pero ahora dicen que lo harán por ella.
Si UPN logra atar en corto estos apoyos, su victoria estará más cerca. Cuantas más fugas tengan en esos conductos, más apretado será todo. Si le fallan, podría obrarse el milagro. En 2015, uno de los factores decisivos fue la desmovilización de la derecha -pese a ello, UPN tuvo 31.657 votos-.
Hasta aquí lo que dicen las encuestas. A partir de aquí, la realidad y la segunda variable: en cualquiera de los escenarios resultantes, el nombre del próximo alcalde o alcaldesa será el resultado de los acuerdos, o desacuerdos, entre las fuerzas progresistas. Conviene no olvidar que Asiron fue alcalde con 16.974 votos y no alzó la makila con 26.691.
Y como a estas alturas ya nos conocemos todos, dependerá de lo que haga el PSN. La entrada de Vox dificultaría la hoja de ruta de Ferraz, pero los de Abascal lo tienen difícil. Si no entran, la pregunta es: ¿Va el PSOE a hacer alcalde de una capital a un candidato de EH Bildu a cinco meses de las estatales? Si la respuesta, como insiste el propio PSN, es que no, la segunda pregunta es también sencilla, además de retórica: ¿Es el PSN un voto a favor del cambio en Iruñea o es un voto por Ibarrola?