Con la emocionante victoria del Atlético de Madrid en la final de Copa concluyó la temporada 22/23, en la que solo un error –la alineación indebida de Geyse en el cruce de octavos de final del torneo copero en el Sadar– privo del triplete al Barcelona. Porque por mucho que la Liga haya acabado con un tropiezo de las culés ante el Madrid, a día de hoy parece imposible que nadie pueda ganar al campeón cuando tiene algo en juego. El sábado tratará de desmentirlo el Wolfsburgo en la final de la Champions League.
Además de la Supercopa, que se adjudicó derrotando en la final a la Real, el equipo de Irene Paredes se ha apuntado su octavo título de Liga, cuarto consecutivo. Y por mucho que siga creciendo el Real Madrid, y la buena temporada del Levante, que regresa a Europa, la distancia con las culés sigue siendo muy considerable.
Si la excepción en el fútbol estatal la ha protagonizado el Atlético, tras cuatro años sin levantar los brazos y tres sin pisar Europa, haciéndose con un título del que también se había apropiado el Barcelona en las tres ediciones anteriores, en el fútbol vasco le ha correspondido al Eibar. El equipo armero ha sido el protagonista de la casi única alegría, regresando a Primera un año después de descender. Lamentablemente, no le acompañará Osasuna, que ha caído en la primera eliminatoria del play-off de ascenso.
El próximo curso le acompañará en 1ª RFEF el Alavés, el peor parado de una Liga para olvidar. Tras salvarse con cierta holgura en su temporada de debut en Primera, desciende siendo el peor de la categoría, aunque haya sido por muy poquito. Porque llegó a la última jornada con posibilidades de salvarse pero ni le acompañó el resto de resultados ni cumplió con su parte.
En realidad, y de ahí el descenso, no lo ha hecho casi nunca durante todo un curso que se torció desde el principio. Mantuvo el Alavés la columna vertebral de la permanencia, encabezada por Mikel Crespo. Pero el inicio fue muy diferente esta vez y tras sumar solo un punto en las siete primeras jornadas, el técnico vizcaino fue cesado. Llegó Iñigo Juaristi, que regresaba a Primera siete años después con una complicada misión y, aunque al equipo le sentó bien el cambio, la mejoría no fue suficiente y el equipo ha acabado descendiendo.
Desilusión en Zubieta
No han sido tan graves las consecuencias pero la temporada de la Real solo puede calificarse como decepcionante. Y no por la peligrosa comparación con la anterior, cuando firmó la mejor Liga de la historia, clasificándose por primera vez para la Champions, sino porque ha firmado sus peores números desde la temporada 17/18 –fueron menos puntos pero también menos partidos en la 20/21, cancelada por la pandemia–, cuando acabó en la misma octava plaza que ahora con solo un punto menos, 38.
Mucho ha tenido que ver un verano complicado, con buena parte de la plantilla disputando torneos internacionales, lo que condicionó notablemente la pretemporada. También el arranque de la competición, con un calendario muy trastocado por el aplazamiento de la primera jornada de Liga y la disputa de la eliminatoria previa de Champions frente al Bayern. Una gran experiencia, pese a la derrota, pero que pasó factura física y emocional.
Al equipo le costó después coger ritmo y la falta de fluidez que se percibía sobre el césped, se trasladaba a unos resultados igualmente irregulares. Un mes de enero cargadísimo, en el que se esfumaron por completo los tres objetivos txuriurdines –Copa, Supercopa y clasificación europea– remataron a la Real, a la que el final de temporada se le ha hecho larguísimo.
Y no solo sobre el terreno de juego. Como hace dos años, el club donostiarra ha llegado a fin de curso con la continuidad de la plantilla muy comprometida. De las trece futbolistas, incluyendo las dos cedidas, que acaban contrato el 30 de junio, solo Lete e Iris Arnaiz han renovado. Iraia se retira, Gaby, Maddi, Gemma, Allegra y Le Guilly han confirmado su marcha y sigue en el aire el futuro de otras siete jugadoras, incluyendo la capitana Nerea Eizagirre.
Alivio relativo
El Athletic, que pierde por retirada a Nekane tras 16 temporadas y dice adiós a Monente, lleva más adelantados los deberes y ha renovado a Nerea Nevado, Bibi, Naroa, Mariana, Clara Pinedo, Azkona, Arana y, ayer mismo, Maite Zubieta, pero no ha podido resolver la situación de dos de sus puntales, Oihane y Valdezate. Salvo sorpresa, las dos se unirán a la lista creciente de jóvenez futbolistas rojiblancas que se marchan a proyectos más ambiciosos.
También lo es el del club rojiblanco pero no en la dirección, al menos en el corto plazo, de la pelea por los títulos. Y es complicado que vuelva a serlo, por muy prolífico que sea el trabajo en Lezama, si no hay manera de retener a los talentos. Lo ha vuelto a comprobar este curso, con otra camada de jugadoras jovencísimas y sin apenas experiencia a las que Iraia Iturregi ha tenido que dar minutos y galones. Eso, unido al habitual infortunio con las lesiones –Garazi , finalmente operada, no ha disputado un solo minuto; Unzue se ha roto el cruzado...–, ha provocado que el Athletic haya firmado la peor temporada de su historia. Incluso hace dos años, cuando acabó 11º, un puesto por debajo del actual, sumó cinco puntos más que los 35 con los que ha cerrado esta campaña, en la que solo se ha visto libre de peligro en la recta final con una gran reacción. Pese a la ilusión generada, la Copa, en la que las rojiblancas cayeron goleadas en la semifinal frente al Real Madrid, apenas mejora el balance final.
Las pequeñas alegrías las han dado las jóvenes con los debuts, la respuesta en una situación delicada y con el comportamiento de los filiales. Tras un curso complicado por el efecto dominó del avance generacional, los equipos B y C han conseguido salvarse y el Athletic volverá a contar con escuadras en las tres primeras categorías. Por ese lado, también la Real acaba satisfecha porque sus dos filiales han ascendido.
Alegrías y disgustos
No hay más que mirar a la tabla para ver cómo se han repartido alegrías y disgustos en el resto de la categoría.
El suspenso es para el Alhama, y no exclusivamente en lo deportivo, que desciende a la primera. Y las mayores satisfacciones para Levante Las Planas, recién llegado que se mantiene, un Sporting de Huelva que se ha visto más cerca que nunca del abismo pero ha vuelto a sobrevivir, un Levante que regresa a Europa y un Madrid que ha soñado con el continente durante buena parte del curso.
Una primera temporada sin respiro para la Liga F
La octava Liga del Barcelona es también la primera competición profesional de la historia. Con un año de retraso respecto a lo previsto, la Liga F echó a andar el pasado septiembre.
Con un año y una semana porque la Federación Española sigue a lo suyo y esta vez se valió de las árbitras para torpedear la competición. Las colegiadas se plantaron, forzando el aplazamiento de una primera jornada que debía haber sido histórica, en protesta por sus emolumentos y unas condiciones de trabajo que realmente no dependen de la LPFF. Se salieron con la suya, abriendo una considerable vía de agua en la Liga, que ha conseguido notables ingresos con la venta de los derechos televisivos y los activos comerciales, pero a la que se le acumulan gastos que no sabe si podrá afrontar. Incluyendo, de nuevo, los arbitrales. En este caso las tasas, a cargo de la Federación Española, que la competición ha recurrido.
Lógicamente, las futbolistas también quieren su parte. Y más con el agravio comparativo que supuso el aumento de sueldo de las árbitras. El problema es que, incluso con razón, les tocará medir sus exigencias si no quieren condenar a la Liga a una muerte prematura. Al menos a los equipos independientes, que siguen haciendo malabares para cuadrar cuentas.
Lo cierto es que la negociación por el convenio está estancada, las futbolistas ya han realizado algún gesto público e incluso planea la sombra de la huelga, ya para la próxima temporada.
INTRATABLE
El Barcelona ha conquistado su octava Liga, cuarta consecutiva. También ganó la Supercopa y solo una alineación indebida le apartó del camino en Copa.
DECEPCIONANTE
Lejos de repetir los éxitos del curso pasado, la Real ha firmado sus peores números en cinco temporadas. El Athletic nunca los había tenido tan malos desde que se recuperó este sistema de competición en la 11/12.
GOLES
Nerea Eizagirre y Caroline Weir (Real Madrid) han sido las mejores compañeras de la Liga. Doce asistencias ha firmado cada una. Curiosamente, no comparten equipo con las máximas goleadoras. 28 tantos ha firmado Alba Redondo (Levante), 25 Kundananji (Madrid) y 21 Oshoala (Barcelona). Amaiur, octava en la lista, ha celebrado doce.
EN BREVE
Champions. El Philips Stadion de Eindhoven acoge el sábado (16.00) la final de la UEFA Women’s Champions League. Será la cuarta en cinco años para el Barcelona, ganador en 2021, y la sexta que disputará el Wolfsburgo, ganador del torneo en 2013 y 2014.
Inglaterra. Cuarto título de Liga y segundo doblete consecutivo para el Chelsea, que no falló en la última jornada de la WSL y se impuso al Reading para mantener el liderato. Un gol de Lucía García dio el triunfo al Manchester United pero tuvo que conformarse con la segunda plaza, que asegura la primera participación europea de su equipo. También se hace con el billete el Arsenal, aunque deberá superar dos rondas previas, por los pelos: perdió en casa en la última jornada y solo el golaverage le permite acabar la Liga por delante del Manchester City.
Alemania. Doble fiesta en Munich porque como el masculino, también el femenino se hizo con el título de Liga. Con menos emoción porque dependía de sí mismo y en la última jornada goleó al histórico Turbine Potsdam, dos veces ganador de la Champions, que desciende por primera vez de la Bundesliga. Acaba segundo un irregular Wolfsburgo, que se adjudicó la Copa, y les acompañará en Europa el Eintracht.
Francia. Doblete para el Olympique de Lyon de Damaris Egurrola, que se adjudica Liga y Copa. Le acompañará en la Champions PSG y Paris FC. El Dijon de María Díaz Cirauqui logró la permanencia en la última jornada.
Italia. La Juve despidió la Liga goleando a la Roma, que ya tenía asegurado su primer título. Otra cosa será el domingo, cuando los dos equipos se enfrentan en la final de Copa.
Adiós. Kakun Mainz no seguirá al frente de Osasuna. Tras tres temporadas dirigiendo a las rojillas, el club y la entrenadora navarra han acordado separar sus caminos.