La Real cerró el domingo una temporada sobresaliente con una clasificación para la Champions League con 71 puntos, con siete de ventaja al Villarreal y once al Betis, los dos equipos con los que ha peleado para aprovechar la mala primera vuelta del Sevilla para alcanzar la cuarta plaza que había ocupado en los últimos años el equipo hispalense.
La clasificación para la máxima competición continental es el premio merecido a un equipo que ha estado desde su victoria en el campo del Sevilla en la jornada 14 en las cuatro primeras plazas con una progresión importante con respecto a las tres temporadas anteriores en las que se clasificó para la Europa League.
Los blanquiazules han sumado nueve puntos más que el año pasado, con una puntuación sólo superada en la Real por los 76 del último subcampeonato (2002-03). A pesar de la pérdida de Isak con la Liga ya comenzada, los de Imanol han acabado con once goles más gracias a la aportación de los jugadores incorporados en verano.
Entre Sorloth, Kubo, Brais Méndez, Momo Cho y Sadiq, que apenas pudo jugar dos partidos hasta su grave lesión, han sumado 31 goles en la faceta en la que más problemas mostró el año pasado el equipo de Imanol.
Además, ha mejorado sus números en defensa al acabar con 35 goles encajados, dos menos que el año pasado, cuando ya destacó mucho en este apartado, con quince partidos sin encajar gol Remiro, que ha sido el único realista que ha disputado todos los minutos en Liga.
Dificultades para los canteranos
En ese apartado llama la atención que sólo cuatro de los doce jugadores más utilizados sean canteranos como consecuencia de una apuesta por fichajes de mayor cotización y nivel que encarecen los minutos a los jóvenes que suben del Sanse.
Entre las cuatro incorporaciones del filial de esta temporada –Zubiaurre, Álex Sola, Turrientes y Robert Navarro– y Jon Karrikaburu, que formó parte del primer equipo hasta que se marchó al Leganés en el mercado en enero, sólo han tenido cinco titularidades y apenas han jugado en la segunda parte de la temporada cuando se han recuperado los lesionados.
Imanol tuvo muchas bajas en la primera vuelta que le obligaron a dar minutos a jóvenes del filial como Pablo Marín, Olasagasti, Magunazelaia y Ander Martin, pero ninguno ha podido tener continuidad porque cada vez es más difícil jugar en la Real.
El equipo blanquiazul fue capaz de mantener una regularidad a pesar de las bajas para estar diez jornadas en la tercera plaza y sólo acusó, como es habitual estos años, la de David Silva en su peor racha entre enero y abril. Los años anteriores le costó acabar la temporada, pero su final ha sido espectacular con seis victorias, tres de ellas ante Real Madrid, Barcelona y Sevilla, dos empates y una sola derrota en su visita al Atlético en las últimas nueve jornadas.
Un equipo más competitivo
La Real ha competido mejor contra los cuatro equipos que le superan en mucho en presupuesto –Barcelona, Real Madrid, Atlético y Sevilla– con los que ha sumado cuatro victorias, dos empates y dos derrotas cuando en los 24 duelos de las tres temporadas anteriores sólo consiguió una victoria ante los rojiblancos.
También antes le costaba jugar dos partidos a la semana y esta temporada ha sumado 37 puntos en los 18 de Liga jugados sin más de cuatro días de margen con el anterior.
Son datos que reflejan el mérito de la temporada realista y que invitan a pensar que la progresión del equipo y su juventud le van a permitir competir bien en la Champions porque, a diferencia de las dos clasificaciones anteriores, parece que no va a perder a ninguno de sus mejores jugadores.
Eso es lo que ha manifestado Jokin Aperribay, que además ha anunciado refuerzos con el poder que le da en el mercado el dinero extra de la Champions, poder ofrecer esta competición y el excedente de los 70 millones recaudados por la venta de Isak en una época en la que sus rivales tienen serios problemas económicos que les han obligado a vender a jugadores titulares en el pasado verano y en plena temporada.