La primera mujer
A diario nos sorprende descubrir que siempre hay mujeres que son las primeras en algo, da igual en que tipo de actividad, ya sea deportiva, artística, científica o profesional. El cine, a pesar de que está avanzando mucho en la paridad –y estoy convencido de que llegará un día en que existirán más mujeres directoras que hombres–, todavía tiene espacios que no han sido ocupados por las féminas. Mucho más en referencia a países pobres, o en los que las libertades no se respetan.
En el primer mundo nos vamos acostumbrando a ciclos de cine hecho por mujeres y en la cartelera comercial no hay semana en la que ellas no estrenen. Por eso, al saber que Laura Baumeister es la primera mujer de la historia en dirigir un largometraje en Nicaragua toma uno verdadera consciencia de lo mucho que queda por conseguir para la causa feminista en otras latitudes.
Es de comprender que dentro de la vorágine festivalera ‘La hija de todas las rabias’ (2022) pasase desapercibida, aún llevándose tres premios de la industria en el SSIFF, pero sería de desear que fuera recompensada con el mejor de los premios posibles, que es el de la distribución. Su importancia social y política va incluso más allá de la cuestión de género, ya que es la quinta película de ficción acabada dentro de la casi inexistente cinematografía nicaragüense.
Las plataformas que tanto audiovisual demandan deberían apoyar a todas las Lauras.