Unidos por el espanto más que por el amor. O mejor dicho, por evitar una derrota fratricida que deje Moncloa en manos seguras del PP y Vox y la izquierda española pague un coste político épico. Un contexto adverso, con mucha desconfianza y encono, ha parido un acuerdo electoral entre Podemos y Sumar, la plataforma que creó la vicepresidenta Yolanda Díaz para reemplazar al partido fundado por Pablo Iglesias.
En este momento, lo seguro es que el acuerdo se firma y que ambos equipos legales de los dos partidos se trasladan a la Junta Electoral Central a rubricar la alianza de unidad, en congruencia con lo afirmado a primera tarde del viernes por la secretaria general de Podemos, Ione Belarra: «Lo digo claramente: concurriremos a las elecciones generales con Sumar. Esa decisión está tomada». La frase ha sido dicha en un video publicado en sus redes sociales tras darse a conocer el resultado de la consulta a los inscritos hecha por su partido.
Este jueves la ejecutiva de Podemos había pedido a su militancia que votara si aceptaba que el Consejo de Coordinación del partido, siguiendo el criterio de unidad que había marcado el Consejo Ciudadano Estatal, negociara con Sumar y, en su caso, acordar una alianza electoral. El apoyo ha sido rotundo y se ha interpretado, en pleno marco negociador, como un respaldo al pacto positivo.
El 92,92 por ciento de las bases ha apoyado conceder esos poderes plenos a la dirección. Fueron más de 49.000 inscritos, en tanto que un 6,75% se manifestó en contra. El resultado no deja margen de dudas. Por ello mismo, Belarra ha asegurado que habría coalición con la nueva marca electoral, aunque no será tan sencillo.
Belarra primero hace un guiño a quienes votaron en contra: «Interpreto que no queréis delegar vuestra decisión porque no estáis de acuerdo con cómo se ha llevado a cabo este proceso, sin primarias abiertas, una de nuestras señas de identidad y, quizás, algunos teméis que el acuerdo final pueda no ser justo para Podemos. Una parte de mí, os lo digo de todo corazón, también se siente así».
El veto a Montero
Esa frase era el prólogo de las malas novedades de la secretaria general, visiblemente desmotivada con el acuerdo. Ha señalado que «una vez más» a Podemos se le pedía «sacrificar a su mayor activo»: se refería a la ministra de Igualdad, Irene Montero, y hacía un paralelismo con lo sucedido en 2019 con el exvicepresidente Pablo Iglesias, cuando el PSOE exigió que él no formara parte del Consejo de Ministros.
«Desde el equipo negociador de Yolanda Díaz se nos ha trasladado que la presencia de Irene Montero en el equipo que concurra a las próximas elecciones generales es un obstáculo insalvable para alcanzar un acuerdo de unidad. Me entristece profundamente que Yolanda, a través de su equipo, proponga que el acuerdo electoral de coalición entre Podemos y Sumar se construya sobre la exclusión a una compañera que ha llevado las transformaciones feministas más lejos que nadie en nuestro país», ha dicho la ministra de Derechos Sociales.
Como publicó NAIZ, aunque muchos en Podemos atribuían el veto a Montero a Más Madrid y Compromís, Belarra ha confirmado que procede de la propia Díaz
Belarra confirmaba así lo publicado en NAIZ este jueves, en base al cotejo de fuentes de diferentes partidos de la plataforma Sumar, sobre el veto a Montero. Muchos en Podemos, especialmente su militancia, apuntaban los cañones contra Más Madrid y Compromís, aunque luego se supo que era la propia Díaz quien ponía ese escollo.
Fuentes de Sumar dejaron trascender este viernes que se proponía que Montero fuera la cabeza de lista de Sumar en la circunscripción de Bizkaia. Desde Podemos niegan tal ofrecimiento ante la pregunta de NAIZ y se preguntan por qué la ministra de Igualdad es una candidata asumible en Euskal Herria y no en Madrid.
Que se ponga un veto a Montero, número 2 del partido, líder emocional desde la renuncia de Iglesias y una persona que ha sufrido un proceso de enajenación y ataque mediático y político casi sin precedentes, no es baladí. Es descontado que la militancia lo consideraría una afrenta y que Podemos no podría aceptarlo. No son pocos quienes creen en la Ejecutiva morada que Díaz lo propuso con la intención que se rompan las negociaciones o forzar una ruptura interna dentro del partido.
Un miembro de la Ejecutiva, muy cercano a Iglesias y Belarra, señalaba esta semana a NAIZ que la intención final del equipo negociador de Sumar, liderado por Josep Vendrell, era balcanizar Podemos y quedarse con partes regionales del partido y negociar por separado. Dividiendo lo que queda del partido para hacer el acuerdo final y la gestión de la confluencia más fácil.
Lo cierto es que ello quedará en el campo de las elucubraciones porque la cúpula morada ha decidido resistir y aceptar una unidad en las papeletas a costa de ceder a Irene Montero y lugares que consideran poco para lo que es Podemos. Belarra ha dicho que intentarían que Sumar desista del veto a Montero y ha propuesto seguir negociando hasta último momento, dando la certeza de que habría unidad. «Con la última oferta que nos hace Sumar, Podemos podría quedarse sin representación en el Congreso de los Diputados y esto es algo que no nos parece justo», advierte la ministra.
Un alto cargo morado reconoce el temor a que Podemos quede en cero diputados y Sumar acabe rondando los catorce contando todas las confluencias
Un alto cargo morado, que suele ocuparse de los números y la demoscopia en la Ejecutiva, respondió ante una pregunta de NAIZ que estiman que Podemos pasará a tener «cero diputados» y que todo Sumar rondará los 14 escaños, contando todas las confluencias, debido a la abstención que se proyecta y al factor del «voto útil» al que claramente apostará el PSOE.
València y Madrid
Mientras que la número tres de Podemos, Lilith Verstrynge (secretaria de Organización), negociaba palmo a palmo con Vendrell (un técnico muy influyente para Díaz y cuya historia política comenzó en el ecosocialismo catalán), los de Sumar iban cerrando sus principales acuerdos: con Más Madrid y con Compromís, las primera y cuarta comunidades autónomas en las que la situación de Podemos era más que delicada.
En el primer caso, porque el partido morado está casi desaparecido por el último varapalo electoral y porque ha sufrido la escisión del errejonismo, que lidera la oposición. Si bien en Más Madrid han respondido siempre a NAIZ que «no hay vetos», en Podemos consideran que han sido un factor que buscó boicotear la unidad (y que de hecho no la quiso para las autonómicas y municipales, aunque decía estar de acuerdo delante de los micrófonos para las generales). Finalmente, Más Madrid acordó tener para sí los lugares 3, 4, 7 y 10 de la lista más grande del Estado (reparte 37 escaños). Seguramente allí estará Iñigo Errejón. También acordó una jefatura de campaña colegiada entre ambos y que esté la imagen de Díaz en la papeleta. Se especulaba con que Podemos (seguramente Pablo Echenique) aparezca en el lugar 5.
El País Valencià es la mayor demostración de la dificultad de estas negociaciones
El País Valencià es la mayor demostración de la dificultad de estas negociaciones. Podemos acusó con persistencia a Compromís de ser vetado de las tres circunscripciones (València, Alacant y Castelló). Fuentes de la cúpula valencianista aseguraron una y otra vez a NAIZ que no es así, que estaban desentendidos de lo que ocurría con Unides Podem y que sus acuerdos son con Sumar. También pactaron autonomía legislativa propia y concurrir a las generales con la marca electoral Compromís-Sumem per Guanyar.
Fuentes de Podemos informaron a NAIZ que a pesar del ofrecimiento de concurrir por separado, finalmente apoyarán a Sumar pero no tendrán candidatos propios debido, según ellos, al «veto». La cabecera en València será para el partido de Joan Baldoví.
En Catalunya no ha habido tantos roces porque los comuns de Ada Colau son la confluencia con el vínculo más aceitado con Podemos y allí los morados no tienen estructura propia. En Andalucía, la supremacía es de Izquierda Unida y de lo que queda de Podemos, que es muy poco, tras la ruptura con los Anticapitalistas de Teresa Rodríguez.
En Aragón el acuerdo está centrado en la Chunta Aragonesista y en Balears con Ara Més, la coalición de cuatro partidos soberanista que debutará en forma conjunta en las generales por primera vez. En este caso, los dos primeros lugares serán para Ara Més y allí Podem no tiene opción de entrar tampoco.
En Canarias se acordó con Proyecto Drago, en Nafarroa con Batzarre y también con Alianza Verde y Equo. Según la última nota de prensa, al cierre de esta edición, emitida por Sumar, calificaban la alianza en términos globales como el «mayor acuerdo político progresista para concurrir a elecciones» de la historia.
Las heridas que quedan con Podemos, la mayor estructura en el Estado español a la izquierda del PSOE, son tantas que muchos temen que la abstención invada a la militancia y desmovilice el voto progresista, o lo vuelque a favor de Pedro Sánchez, Queda un mes y medio para definir ese rumbo.