A menos de una semana de la constitución de los ayuntamientos, ¿cómo está la situación en el de Iruñea en estos momentos?

En plena negociación. Hemos hablado con todos los grupos, por supuesto. Hicimos una primera ronda telefónica y luego dos rondas presenciales. En la última semana esperamos hacer una ronda más. Hasta el último momento lo vamos a intentar. Las posturas que hemos encontrado han sido más flexibles en Geroa Bai y en Contigo-Zurekin. Por parte del PSN nos hemos encontrado el mismo veto y bloqueo que han manifestado públicamente. Por lo tanto, ahí es donde está la dificultad, en la actitud del PSN de bloquear y vetar a EH Bildu.

Esa es la clave, ¿no? El PSN sigue en sus trece e impide la articulación de la mayoría del bloque progresista en el Ayuntamiento de Iruñea.

Sí. Es cierto que lo dijeron en campaña. En su momento, dije que era necesario esperar a ver qué radiografía de ciudad nos mostraba el electorado. Y nos ha presentado una fotografía muy clara: EH Bildu es la fuerza que en Iruñea puede mirar a los ojos a la derecha. Nos hemos quedado a 2.800 votos de ser la primera fuerza. Nos hemos quedado a 779 de la novena concejala, lo que nos hubiera dado un empate a concejales con UPN. Estamos ahí, estamos a las puertas, y, además, tenemos una diferencia sustancial con la segunda fuerza progresista, el PSN, que hemos agrandado. Por lo tanto, la radiografía es muy clara. A partir de ahí, es evidente que no se puede plantear un gobierno progresista, de inclusión y de convivencia cuyo primer mandamiento sea que EH Bildu queda excluido. Tenemos un 27% de apoyo de la población.

«Hay un principio democrático básico, que gobierne la fuerza progresista más votada. Al PSN le corresponde el Gobierno navarro y a EH Bildu, el Ayuntamiento de Iruñea»

El PSN plantea su postura como equidistante. Ni Asiron, ni Ibarrola; ni EH Bildu, ni UPN. Pero lo cierto es que la aritmética del Pleno muestra que más que buscar el centro lo que hace es dar el Ayuntamiento a la derecha cuatro años más.

En campaña todo el mundo se pueder ver como alcalde o como primera fuerza de la oposición. Pero la realidad ha venido siendo coherente con lo que hemos tenido hasta ahora. La ciudadanía de Iruñea ve que la única alternativa a la derecha pasa por EH Bildu. Hemos planteado desde la precampaña un principio democrático básico, que es que en cada institución, en este caso en el Ayuntamiento de Iruñea, gobierne la fuerza progresista más votada. Lo hemos dicho por activa y por pasiva. Eso llevaría al PSN a liderar la formación de un gobierno progresista en Navarra. Pero en lo que se refiere a Iruñea, siguiendo la misma lógica, esa responsabilidad corresponde a EH Bildu. Y no vamos a renunciar a esa responsabilidad.

Hablamos de Iruñea, pero la misma situación se repite en ayuntamientos como Barañain o Eguesibar, por ejemplo. La postura del PSN está dando alcaldías a la derecha en municipios determinantes de Iruñerria.

-Esa es la postura que abre las puertas a la derecha. Cualquier ecuación que dé valor a EH Bildu significa automáticamente que la derecha tiene cero posibilidades de gobernar. ¿Cuándo empiezan las posibilidades de la derecha? En el momento en el que se establece un bloqueo a EH Bildu. Si se cuenta con EH Bildu, la derecha no tiene ninguna posibilidad.

Ha comentado que, a diferencia de hace cuatro años, están manteniendo contactos con el PSN, muy discretos. ¿Hay un rayo de esperanza o la postura de exclusión, en buena parte dictada desde Madrid, es firme en el PSN?

Son contactos discretos y fluidos. La diferencia es notable respecto a lo que ocurrió hace cuatro años, cuando públicamente me invitaron a no llamar porque no me iban a coger el teléfono. Eso no está pasando ahora. Tenemos conversaciones e intercambio de opiniones. ¿Qué es lo que ha cambiado? Pues cuatro años de colaboración, cuatro años en los que EH Bildu, PSN y Geroa Bai hemos llegado en el Ayuntamiento a acuerdos importantísimos, por ejemplo, para aliviar el sufrimiento de la gente que peor lo estaba pasando durante la pandemia, en contra de la voluntad de Enrique Maya. El 95% de las declaraciones que hemos presentado han sido conjuntas y se han aprobado. No tiene ninguna lógica que ahora queramos dar marcha atrás y digamos que con EH Bildu no se puede trabajar. ¿Cómo que no se puede trabajar? ¡Si hemos estado cuatro años trabajando! Aquí, en Iruñea, pero también en el Gobierno de Navarra y en Madrid. ¡Pero si el acuerdo de la Ley de Vivienda fue posible gracias a que EH Bildu participaba! O las mejoras en las pensiones...

Han descartado rotundamente la posibilidad de terceras vías como la cesión de la Alcaldía a Geroa Bai o Contigo-Zurekin.

No existen opciones. No son operativas. Habría que plantear cómo se configura un equipo de gobierno cuando se tienen uno o dos concejales y hacen falta siete u ocho para las delegaciones. No es un planteamiento real. No hay ninguna tercera vía que se pueda basar en la exclusión de EH Bildu. Hemos sido muy claros y lo seguimos siendo: no hay ninguna posibilidad sin EH Bildu. Con EH Bildu es la derecha la que no tiene ninguna posibilidad. Si partimos de la exclusión, ahí es donde empiezan sus posibilidades.

«No hay ninguna tercera vía que se pueda basar en la exclusión de EH Bildu. No existen opciones, no son operativas. ¿Cómo se configura un equipo de gobierno cuando se tienen uno o dos concejales?»

Ha habido mucho ruido mediático con este planteamiento, ¿pero no existe base real?

No tiene ninguna base. No quiero ser demasiado explícito, pero en las conversaciones que hemos mantenido se ve que es algo que lo entiende todo el mundo.

EH Bildu consiguió en las pasadas elecciones municipales el apoyo del 27% del electorado, los mejores resultados de su historia, un crecimiento sostenido pese a la bajada de la participación, ... Pese a unos resultados espectaculares, se le cierra el paso a gobernar Iruñea. ¿Teme que eso pueda provocar una frustración entre la base social de EH Bildu?

Creo que no. En las tres últimas noches electorales, he entrado en el café Zentral con los futuros concejales. En 2015, entramos cinco. Pasaron cuatro años y entramos siete. Este último año hemos sido ocho, casi nueve. Incluso, durante la noche electoral, hubo muchos momentos, en los que según que barrio se escrutaba, se veía que podíamos ser primera fuerza. Estamos más cerca que nunca. Estoy convencido de que el crecimiento de EH Bildu en Iruñea es reflejo del que está teniendo en toda Euskal Herria. Pienso que es algo estructural, no coyuntural. Hay incluso razones sociológicas. EH Bildu está creciendo y, elección tras elección, es la única fuerza que crece. Y esto va a seguir siendo así porque la gente ve que donde EH Bildu gobierna automáticamente mejora la calidad de vida de la gente. Ven que tenemos coherencia en el discurso, que estamos haciendo las cosas bien. En Iruñea demostramos que hay otra manera de hacer las cosas y de gestionar la ciudad justa y honrada. Y eso está premiando elección tras elección.

En el escenario más probable, el de que Cristina Ibarrola sea alcaldesa, ¿qué política van a seguir a partir del sábado? ¿Se articulará un respuesta conjunta de la oposición? La derecha sigue gobernando a su estilo y el último ejemplo ha sido el dedazo de Maya en la designación del txupinazo, que ha sido cuestionado por toda la oposición.

De todas formas, no quiero dar por hecho hasta el último momento que Ibarrola sea la alcaldesa. Quiero pensar que en algún momento el sentido común aflorará por parte de quien quiere establecer bloqueos y vetos. En el caso de que no se consiguiera, haremos todo lo posible para doblar el brazo de la derecha y obligarles a hacer políticas más sociales. Pero no cabe duda de que desde la oposición no se gobierna. Se pueden conseguir muchas cosas y lo hemos demostrado durante los últimos cuatro años. Pero sería un paso atrás. ¿Cómo le vamos a decir a la gente de Iruñea que tras cuatro años de chapuzas y de pasarelas vuelven otros cuatro con contratos a dedo a los hermanos, con arbitrariedades, con ataques a los movimientos populares? ¿Cómo les vamos a decir a la gente de los barrios que sus gigantes y sus comparsas van a seguir teniendo que ir por la acera porque hay quien cree que con EH Bildu no se pueden hacer cosas? Si llevamos cuatros años en el Ayuntamiento trabajando codo con codo... Sería algo francamente imperdonable.