Tras tres semanas marcadas por las negociaciones, globos sonda, pactos y vetos, ha llegado la hora de constituir los ayuntamientos de Hego Euskal Herria. En total, 523 localidades, 522 si Faltzes no aclara su resultado definitivo, están llamadas a hacerlo a lo largo de este sábado.
La cita llega marcada por dos ententes paralelas en la CAV y Nafarroa, que tienen por objetivo reducir al mínimo las alcaldías de EH Bildu, la fuerza más votada en las elecciones municipales del pasado 28 de mayo y que quedó ayer plasmada en la renuncia del candidato jeltzale de Bastida. En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, el PNV y el PSE han sumado al PP allá donde es necesario para desbancar a la coalición independentista, mientras que en Nafarroa el PSN, obstinado en aparentar un alejamiento de EH Bildu de cara a las elecciones estatales del 23 de julio, permitirá que las cuatro localidades navarras con mayor población queden en manos de la derecha de UPN.
La coalición soberanista tiene aseguradas por mayoría 119 localidades, traducido en alcaldías recuperadas como la de Tolosa y refrendadas ya sea mediante acuerdos o mayorías absolutas en localidades como Laudio, Galdakao, Azpeitia, Arrasate, Tafalla, Atarrabia o Lekunberri.
Sin embargo, la lista de las localidades en las que ganó las elecciones pero en las que no gobernará también es importante. Y para ello ha habido movimientos en la trastienda política. En esta ecuación la entente PNV-PSE ha sumado en las últimas horas de forma poco disimulada al PP. Al acuerdo en Gipuzkoa para que el PP apoye la candidatura jeltzale de Eider Mendoza en las Juntas Generales a cambio de un lugar en la Mesa, se suma la renuncia del alcaldable del PNV por Bastida, el exdirector de EITB Edu Barinaga, en plena disputa interna para decidir si accede o no a la Alcaldía de la localidad en la que ganó el PP.
Bastida como termómetro
El dirigente alavés del PP Iñaki Oyarzábal afirmó que su partido está hablando con el PNV y también con el PSE para intentar conseguir las alcaldías de Guardia y Bastida a cambio de sumarse al pacto bilateral en Gasteiz, desbancando a la candidata de EH Bildu Rocío Vitero. Si bien el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, negó un diálogo en este sentido, este jueves se supo que Barinaga renunciaba a su acta de concejal, allanando el camino al acuerdo con el PP. Según aseguró a EITB, fue el Araba Buru Batzar quien «ordenó» no presentar su candidatura como alcaldable.
Por lo que se conoce, el ABB es partidario de permitir que Daniel García Ruiz, del PP, llegue a la Alcaldía, como le reclaman desde este partido. Mientras que sectores de la localidad quieren reeditar el acuerdo con EH Bildu para volver a impedir, como hace cuatro años, que la derecha española obtenga un núcleo de poder. Los jeltzales tienen para ello la mano tendida de los independentistas, pero las órdenes parecen claras: dejar el pasillo libre al PP. Estos movimientos, sin embargo, contradicen las palabras de Esteban y confirman la existencia de vasos comunicantes entre el PNV y el PP.
Y es que el PNV pesca más allá de Gasteiz. En Durango, la situación es parecida a la de la capital alavesa. En este caso, el PNV necesita los votos del PSE y un PP que ya ha prometido su «voto gratis» para desalojar a EH Bildu. El caso se repite en Kuartango, donde, al igual que en 2019, el PNV se beneficiará del voto del PP para desbancar a la coalición soberanista.
En Gernika, la formación jeltzale debe decidir si permitir el gobierno de EH Bildu como primera fuerza o apoyar al primer edil en funciones, José María Gorroño, de la plataforma Guztiontzako Herria.
Uno de los casos más sonados de los últimos días ha sido el de Deba, donde la plataforma Orain Deba, ligada a Elkarrekin-Podemos, desoyó las directrices del partido para entregar la vara de mando al PNV y desalojar a la coalición.
Puerta abierta a UPN
Mientras en la CAV se barrunta la acción conjunta del PNV, PSE y PP contra EH Bildu, en Nafarroa no se puede hablar de un frente común para arrinconar a UPN y PP. En la Comunidad Foral el debate de las últimas semanas ha girado en torno a la capital, donde el PSN ha mantenido el veto prometido en campaña y, repitiendo la jugada realizada en 2019, no permitirá que Joseba Asiron recupere la Alcaldía iruindarra, abriendo la puerta a que Iruñea siga siendo feudo de la derecha navarra cuatro años más. Ayer mismo, la asamblea de EH Bildu Iruñea respaldó de forma unánime la decisión de presentar a Asiron a la Alcaldía sin optar por terceras vías, en referencia a la opción de Koldo Martínez.
Sin embargo, más allá de la capital, el PSN se ha mostrado dispuesto a repetir la exclusión en Eguesibar, Barañain y Lizarra, tercera, cuarta y séptima localidades por número de población. Todas ellas, además de Tutera, quedarán en manos de la derecha.
Por contra, allá donde el PSN no es relevante, como es el caso de Tafalla, sí se conformará una alternativa progresista, gracias al pacto firmado con Iniciativa por Tafalla, Contigo-Zurekin y Geroa Bai. La fórmula se repite en Burlata, donde la coalición independentista ganó las elecciones por primera vez en su historia y se apoyará en la formación morada y Geroa Bai para formar equipo de gobierno.
Si bien el PSN estaría cumpliendo su palabra, EH Bildu también está dispuesto a hacerlo. En este caso, para desalojar a la derecha del poder allá donde sus votos sean decisivos, como el caso de Viana. En la localidad del suroeste de Nafarroa, el concejal de EH Bildu ya ha anunciado que votará a favor del candidato del PSN para desbancar a UPN.
La irrupción de Vox y el caso de Faltzes
La cita de este sábado también servirá para confirmar la llegada de Vox a las instituciones navarras. La formación de extrema derecha ha logrado una única edil en Euskal Herria. Un único asiento que será decisivo para arrebatar la Alcaldía de San Adrián al PSN tras 12 años y entregársela a UPN.
En total, 523 localidades constituirán su ayuntamiento este sábado. O 522. Y es que en el caso de Faltzes el pleno está en el aire. El motivo, un voto extraviado. Falces en Positivo presentó un recurso en nombre de un ciudadano con una declaración jurada por su parte de que había emitido el voto desde el extranjero. Un voto que no se ha contabilizado. Si ese voto se confirma, la formación arrebataría un edil al PSN y cambiaría el dibujo del Consistorio. La fecha alternativa, una fiesta: el 7 de julio.