«Ser landista es como ser de izquierdas: ilusionarte, darte la hostia y volver a ilusionarte»
Con motivo de su décimo aniversario y en vísperas de que arranque el Tour, Libros de Ruta ha publicado ‘Landismo’, una obra que se aleja de ser una biografía, «para eso está Wikipedia», y que realiza una inmersión en el fenómeno landista a través de la historia, la filosofía e incluso la ficción.
El texto pretendía ser una reseña de la última publicación de Libros de Ruta, ‘Landismo’, pero ante la dificultad para definirlo, NAIZ acude directamente al escritor y coordinador de la obra, Marcos Pereda, y al editor de Libros de Ruta, Eneko Garate. Ambos, por supuesto, landistas, «pero como autoparodia. No me voy a llevar malos ratos con la bici. Es para reírme y divertirme», señala Pereda.
Mikel Landa es atípico en el deporte profesional. En lo relativo a la pura competición es el antihéroe. Una persona con unas cualidades físicas superiores al 99.99% de la población mundial, pero que siempre se cruza con el 00,01%. O con el «puto Yates», una moto mal aparcada, una vaca o un helicóptero que vuela más cerca de lo que debe.
Huye de declaraciones vacías. Le preguntan y responde con la misma naturalidad que lo podría hacer con su cuadrilla de Murgia. Y eso ha dibujado una caricatura sobre su imagen. El antihéroe y una boca sin mordaza en época de redes sociales y mini-series en Netflix, caldo de cultivo perfecto para el landismo. Y es que, ¿qué es ser landista?
Garate observa «un amor puro» al ciclismo. «Hemos cogido a un ciclista y nos da igual que nos defraude. Es ese espíritu un poco infantil y nos da un poco igual. Va a empezar el Tour y lo damos por favorito». Para Pereda, «cada uno proyecta ahí lo que le gustaría ser», pero siempre «con un enorme componente autoparódico, un trampantojo».
Y sigue riéndose: «Ser landista es como ser de izquierdas que cada cuatro meses te ilusionas, luego te llevas la hostia y a los cuatro meses te vuelves a ilusionar».
El editor reconoce que «todos queremos ganar un Tour» y que por eso «es más fácil identificarse con Mikel que con robots como Pogaçar, Evenepoel o Froome». «Todos tenemos malos días y nos levantamos». Pereda recoge el guante y se va hasta el siglo X. y el Emirato de Córdoba. «La vida es más landismo que Indurain. De 20 días hay 19 landismo y uno Indurain. Abderramán III, que era el puto amo, en su lecho de muerte decía que había tenido 14 días buenos, de absoluta felicidad, en toda su vida. Si le damos siete más igual gana un Tour».
Historia, filosofía y ficción
El landismo es un movimiento que da para un libro. Un movimiento que bebe de predecesores en el pelotón, estudiado también desde un punto de vista filosófico y que da incluso para relatos de ficción. Con el décimo aniversario de Libros de Ruta como excusa se lanzaron en la escapada y se les unieron Peio Ruiz Cabestany, Marc Cornet, Txani Rodríguez, Ander Izagirre, Ana Rosa Gómez Rosal, Guille Ortiz, María Sirvent, Ramón Espinar, Peio H. Riaño, Carlos Arribas y Elena Alcalde.
Pereda venía tiempo apostando por un libro sobre el landismo, mientras que a Garate no le convencía un libro sobre un ciclista cuya carrera todavía no ha terminado. Y es que la obra huye de ello. Para ello han reunido a 12 autores que no habían publicado con la editorial, «gente que sabe de ciclismo, otro que le suena Mikel Landa, otro que le suena más Alfredo...» Y libertad para los autores. Solo dos directrices: que hablasen sobre el landismo y que nadie hablase con Mikel, huyendo de la biografía. «Para eso está Wikipedia».
Quien se espere una biografía del ciclista alavés ha tomado el camino equivocado. «La gente no se los espera. Si te compras un disco de AC/DC sabes lo que hay. Vienen haciendo algo chulísimo desde 1978. Si pones landismo, además, te puede sorprender».
Incluso ellos se sorprendieron con los escritos de los autores. «Fíjate en la parte de Pello (Ruiz Cabestany): ficción, no-ficción, autoficción y ciencia ficción».
Ven en el alavés un ciclista con «carisma». La contraportada del libro invita a «atacar la vida agarrado de abajo». Garate considera que «este pequeño detalle» también ha hecho especial a Landa. «Todos queremos tener un estilo propio. Barba, una camisa. Mikel ha conseguido que ese gesto te haga decir "es Mikel"».
La obra afirma que «la derrota es el estado natural de la persona» y ahí se mueve Mikel Landa. ¿Qué pasaría con el landismo si al de Murgia le da por sacarse el Tour de su vida? ¿Qué pasaría con el libro? «Suelo decir que no cometerá la horterada de ganar algo grande», afirma Pereda. «Entonces se venderían libros como churros. Vendrían todos los becerros y luego dirían que esto es filosofía y Su ta Gar. Pero Perico (Delgado) es más grande cagándola en Luxemburgo que ganando el Tour». Garate tira de hemeroteca: «Fignon también dice en su autobigorafía que la gente le recordaba por haber perdido un Tour en los Campos Elíseos y no por ganar dos».