El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha afirmado que el jefe del Grupo de mercenarios Wagner, Yevgeni Prigozhin, ya no se encuentra en territorio bielorruso y que ha regresado a Rusia.

Lukashenko ha asegurado que Prigozhin se ha ido a San Petersburgo, matizando que no sabe dónde está «esta mañana (...) Quizás se fue a Moscú, o a otro lugar, pero no está en Bielorrusia», ha insistido.

El presidente bielorruso ha asegurado que habló con Prigozhin el miércoles, pero «solo» del futuro del Grupo Wagner. Sin entrar en especulaciones, ha descartado que su aliado, el presidente ruso Vladimir Putin, pueda ser tan «vengativo» o «maligno» como para promover su muerte de una u otra manera: «Esto no sucederá».

El Kremlin ha asegurado que no sigue los desplazamientos de Prigozhin, quien desde su conato de rebelión el mes pasado no ha reaparecido en público y se ha limitado a la difusión de grabaciones de voz, evitando las críticas que durante meses venía dirigiendo hacia la cúpula militar rusa.

«No, no seguimos sus movimientos, no tenemos ni tiempo ni ganas de hacerlo», ha asegurado el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.

Ataques y negociación

Sobre la presencia del Grupo Wagner en Bielorrusia, Lukashenko ha prometido que no será aprovechada para un nuevo ataque contra Ucrania desde la frontera sur del país.

«Nunca hemos atacado a nadie y no vamos a atacar. Y nadie atacará a nadie de nuestro territorio. El Grupo Wagner, al igual que el Ejército bielorruso, protegerá nuestros intereses», ha recalcado, a la vez que ha reiterado su llamamiento a una negociación sin precondiciones para lograr la paz en Ucrania.

Para Lukashenko, las constantes presiones de Zelenski con vistas a la cumbre de la OTAN de la semana próxima demuestran que «se ha dado cuenta de que no ganará la guerra», y la contraofensiva iniciada a principios de junio «solo provocará la muerte de miles y miles de personas».