Ramón Sola

11/XII/98, Juarros (Burgos): La reunión del PP con HB de la que ahora no se quiere acordar

De aquella reunión van a cumplirse pronto 25 años, pero ha recobrado actualidad por poner en tela de juicio todos los mensajes del PP. Efectivamente ocurrió: la delegación oficial de José María Aznar se reunió con Arnaldo Otegi, Iñigo Iruin y Rafa Díez Usabiaga, en los tiempos de Lizarra-Garazi.

Aznar, entre Basagoiti e Iturgaiz, en una visita a Bilbo en 1999, unos meses después de la reunión de Burgos.
Aznar, entre Basagoiti e Iturgaiz, en una visita a Bilbo en 1999, unos meses después de la reunión de Burgos. (Marisol Ramírez | Foku)

Juarros, un poco conocido valle burgalés, es trending topic este viernes en el Estado español. También lo es EH Bildu. En realidad ambos factores están unidos.

El debate a siete celebrado este jueves noche en TVE obtuvo una audiencia muy relevante para ser julio (por encima del 23% en Madrid) y para no tratarse de un cara a cara como el de Sánchez y Feijóo el lunes. Así que muchos espectadores escucharon por primera vez a Oskar Matute, candidato de EH Bildu; quizás se sorprendieron con que tres de los siete contertulios fueran vascos; y, esto parece seguro por la repercusión del dato, alucinaron con la «noticia» de que delegaciones de máximo nivel de PP y HB se reunieron en la misma mesa en 1998.

Lo que Matute trajo a colación en el debate ocurrió exactamente el 11 de diciembre de 1998 en Juarros, en una especie de casa rural, con todas las medidas de confidencialidad que se pueden imaginar, bastante más sencillas en aquella época en que la telefonía móvil estaba poco desarrollada.

Cobertura de la GC e impulso de Aznar

Es más, estuvo implicada la Guardia Civil, puesto que fue quien abrió el paso a la delegación de Herri Batasuna hasta la localidad burgalesa. Constituye una anécdota de la que difícilmente se olvidan los cuatro representantes de la izquierda abertzale. Y especialmente Arnaldo Otegi o Rafa Díez Usabiaga, dos de los participantes en la reunión, que en 2009 serían llevados en otro furgón policial a la cárcel en el «caso Bateragune». La delegación se completaba con Iñigo Iruin y Pernando Barrena.

Sus contertulios no conformaban estrictamente una delegación del PP, sino algo aún de mayor nivel: una «troika» experta designada por el presidente español, José María Aznar, para gestionar la situación creada con la Declaración de Lizarra-Garazi y el alto el fuego de ETA, tres meses antes. Esa «gestión» comenzaría con el discurso en que Aznar se refirió respetuosamente como «Movimiento de Liberación Nacional Vasco» y concluiría con reuniones con ETA por parte de esos tres mismos representantes.

Los tres enviados eran el sociólogo Pedro Arriola, fallecido en enero de 2022; Ricardo Martí Fluxá, a la sazón número dos del Ministerio del Interior que dirigía Jaime Mayor Oreja; y Javier Zarzalejos, secretario general de la Presidencia del Gobierno. Una auténtica extensión de Aznar.

Sin motivo ni objetivo claros

Paradójicamente los contactos de este triunvirato de Aznar con ETA unos meses después en Zurich llegarían al conocimiento de la opinión pública antes que esta reunión con HB. En parte, porque el objetivo de la cita de Juarros nunca estuvo claro. Y en parte también probablemente, porque al PP lo que le interesaba era más neutralizar a la organización armada que a la política.

La entrevista fue propuesta desde la esfera del presidente del Gobierno y tras su aceptación por HB dio paso a un cruce de planteamientos políticos durante una larga tarde, unas tres horas. Quizás Aznar solo quería «quedar bien», en la línea de su declaración sobre el MLNV. Visto que luego su equipo se reunió con ETA, tampoco debería suscitar excesivo escándalo que lo hiciera con una formación política que era legal (lo sería hasta 2002). Pero es la obsesión de la derecha española con vetar entonces a HB, luego a Batasuna y ahora a EH Bildu lo que crea la contradicción.

De hecho, esta reunión no trascendió hasta tiempo después, a través de una información de GARA. Y ‘El País’ la confirmaría también más tarde, en 2005, en un momento en que otro Gobierno español, el de José Luis Rodríguez Zapatero, volvía a tocar la puerta de ETA y también la de Batasuna.