El ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, ha querido subrayar este sábado por la mañana con las cifras todavía provisionales esa «bajada importante» de los daños materiales, y lo ha atribuido «a nuestras fuerzas del orden, a su presencia y a sus cuantiosos controles preventivos efectuados».
Ante el riesgo de que pudiera producirse un nuevo estallido como el de los disturbios que se prolongaron durante una semana desde el pasado día 27 de junio tras la muerte de un joven en Nanterre por un disparo policial cuando trataba de saltarse un control, Darmanin había decidido un despliegue masivo de agentes por la festividad del 14 de julio.
En total, 45.000 policías y gendarmes salieron a la calle tanto en la noche del jueves como en la del viernes. Se contabilizaron 51 episodios en los que se utilizaron artificios pirotécnicos contra los agentes, frente a los 333 un año antes.