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El BM alerta ante el G20 de la creciente brecha entre países ricos y pobres

El presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, apunta que a los países en vías de desarrollo «les preocupa que los recursos prometidos se desvíen a la reconstrucción de Ucrania». No hubo acuerdo sobre la reestructuración de la deuda, aunque más de la mitad de los países pobres están sobreendeudados.

El presidente del Banco Mundial, Ajay Banga.
El presidente del Banco Mundial, Ajay Banga. (Punit PARANJPE | AFP)

 El presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, remarcó ayer que las divisiones entre países ricos y en desarrollo amenazan con agravar la pobreza, en una reunión de ministros de Finanzas del G20 -foro que reúne a líderes de 19 estados y de la UE- celebrada en Gandhinagar (India).

«Lo que me quita el sueño es la desconfianza que silenciosamente está separando al norte del sur, justo cuando necesitamos estar unidos», manifestó Banga durante las conversaciones de los ministros sobre las estructuras financieras internacionales.

«La frustración del Sur Global es comprensible. De muchas maneras están pagando el precio de nuestra prosperidad. Y aunque deberían contar más, les preocupa que los recursos prometidos se desvíen a la reconstrucción de Ucrania», argumentó. «Esos países temen que la pobreza arrastre a otra generación», enfatizó.

El presidente del Banco Mundial explicó que la institución que dirige está trabajando en la forma de aumentar su capacidad de préstamo para alentar el crecimiento y el empleo, pero al mismo tiempo advirtió que la economía futura no puede depender de una expansión a costa del medioambiente.

«La verdad es que no podemos soportar otro periodo de crecimiento a base de muchas emisiones» de gases de efecto invernadero, incidió Banga, estadounidense de origen indio y que asumió sus funciones el mes pasado.

Doble impacto

Muchas economías siguen recuperándose del doble impacto que supuso la pandemia y luego la guerra de Ucrania, que en un primer momento hizo subir los precios de los carburantes y de materias primas.

Estas conversaciones de los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 en Gandhinagar se produjeron al día siguiente de que Rusia diera por terminado el acuerdo de exportación de cereales ucranianos a través del mar Negro.

Este acuerdo, fundamental para el abastecimiento en alimentos de países en desarrollo, permitió exportar más de 32 millones de toneladas de grano en el último año.

El ministro sudafricano de Finanzas, Enoch Godongwana, subrayó que la decisión rusa «podría tener un impacto en los precios de los alimentos, lo cual pesará aún más en los países pobres».

Por otro lado, hubo pocos avances en la cuestión de la reestructuración de la deuda en favor de los países de baja renta, que sin embargo era una prioridad del grupo de las veinte mayores economías. China, segunda potencia económica mundial y principal prestamista de numerosos países de bajos ingresos de Asia y África, se ha opuesto hasta ahora a un acuerdo multilateral común. Más de la mitad de los países pobres están sobreendeudados o cerca de estarlo, el doble que en 2015.

En la agenda está igualmente el primer paso acordado la semana pasada por 138 países para repartir más equitativamente los ingresos fiscales provenientes de las multinacionales. Estas compañías, especialmente las tecnológicas, pueden transferir fácilmente sus beneficios a países con impuestos bajos, incluso si solo realizan una pequeña parte de sus actividades allí.