Madres y padres de Gorliz y Plentzia han convocado una concentración este viernes ante el centro de salud de esta segunda localidad de Uribe Kosta para denunciar «la precariedad del servicio de pediatría». Y lo reflejan en un episodio la pasada semana «que pudo haber terminado de manera lamentable».
Lo detallan así: «El día 23 de agosto, a media mañana, una madre acude con su hijo de 3 años al centro de salud de Gorliz. El niño se encuentra mareado, pálido y sudoroso. Ante la falta de la médico pediatra –Osakidetza no cubre sus vacaciones–, es una enfermera la encargada de atender al menor y evaluar si requiere o no ser tratado por un pediatra en otro centro hospitalario». Estos déficits de médicos han sido noticias varias veces este verano y es conocido que el Departamento entregó un manual al personal de enfermería para tomar este tipo de decisiones, con 57 motivos de consulta diferentes.
«La sanitaria en cuestión realiza al niño la prueba de glucemia y diagnostica una hipoglucemia –continúan indicando–. Tras suministrarle azúcar, el niño y su madre abandonan el ambulatorio. En el trayecto hacia su domicilio el estado del menor empeora y a los síntomas iniciales se suman los vómitos».
Entonces «la progenitora decide regresar al ambulatorio de Gorliz. Ante la gravedad de la situación es la propia enfermera la que traslada en su coche particular al niño y a su madre al ambulatorio de Plentzia. En ese momento es la única alternativa factible, dado que el hospital de Urduliz carece de unidad de pediatría y no tienen tiempo de llegar hasta el hospital de Cruces».
«En el centro sanitario de Plentzia el pequeño es tratado de urgencia por una pediatra que, lógicamente, se ve obligada a desatender a sus pacientes agendados. Vuelven a realizarle una medición de azúcar en sangre y detectan una hipoglucemia severa que requiere de asistencia pediátrica inmediata. Después de una hora intentando en vano normalizar los niveles de azúcar en la sangre del niño -los valores se mantenían en 32- la doctora opta por ponerle una inyección de glucagón y una vía para administrarle un bolo de glucosa. El objetivo es estabilizarle para que pueda ser trasladado al hospital de Cruces en una ambulancia medicalizada».
«En este punto cabe indicar que los profesionales advierten de que la falta de glucosa puede afectar al correcto funcionamiento del cerebro. Es decir, la hipoglucemia grave o de larga duración puede causar un daño cerebral serio. De ahí que, en este caso, la asistencia médica inmediata resultase vital», precisan estas madres y padres.
El informe de alta del hospital de Cruces establece un seguimiento pediátrico en las siguientes 24h-48h, añaden. «Sin embargo, la pediatra que le corresponde al niño no se reincorpora al servicio hasta mediados de septiembre y el ambulatorio de Gorliz no cuenta con ningún sustituto. La única opción pasa por pedir cita de pediatría en Plentzia. No obstante, la especialista en cuestión cuenta con reducción de jornada y, en su ausencia, es un médico de familia quien pasa consulta, haciendo lo que buenamente puede».
Ocurre hace años
Añaden que «lo relatado no es una excepción ni un hecho aislado; es la punta del iceberg. La realidad es que, durante muchos periodos del año, las localidades de Barrika, Gorliz, Lemoiz y Plentzia carecen de un servicio de pediatría porque el Departamento de Salud del Gobierno Vasco no cubre los periodos de vacaciones de sus facultativos. Una problemática que se ve agravada durante la época estival debido a la multiplicación del número de habitantes de nuestros municipios».
Explican junto a ello que el problema viene de largo, puesto que «en su momento, Osakidetza ya trató de eliminar el servicio de pediatría en el ambulatorio de Plentzia. La presión y movilización ciudadana lo impidió». La demanda que trasladarán con la concentración de este viernes es que Osakidetza asegure el servicio de pediatría en Gorliz y Plentzia «durante todo el año, cubriendo las bajas, reducciones de jornada y periodos vacacionales de todo su personal pediátrico».