Un nuevo terremoto de magnitud 3,9 en la escala Richter ha sacudido este domingo la región de Marrakech, donde el pasado viernes a última hora un grave seísmo causaba más de 2.100 muertes, según el último balance oficial.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) ha informado de que el nuevo seísmo se ha producido a las 7.59 hora local (8.59 en Euskal Herria) en una zona montañosa situada en el sur de la región de Marrakech-Safí. El hipocentro ha sido ubicado a 10 kilómetros de profundidad, a medio camino entre las ciudades de Marrakech y Agadir.
El Observatorio Sismológico Euro-Mediterráneo también ha registrado el seísmo aunque eleva su magnitud a 4,5 en la escala de Richter. Este organismo ha registrado un total de nueve réplicas del corrimiento del viernes de entre 2 y 4 de magnitud en la escala de Richter en la región de Ighil, provincia de Al Hauz.
El terremoto del viernes ha causado 2.122 fallecidos y 2.421 heridos –1.404 en estado grave–, según el último balance oficial del Ministerio del Interior marroquí. La zona está poco habitada, lo que habría evitado mayores daños personales.
Durmiendo en la calle
Las calles de Marrakech, donde hay personas que siguen durmiendo a la intemperie por miedo a réplicas. se despertaron con las consecuencias aún visibles del terremoto de la noche del viernes.
Aparte de los desperfectos en edificios, sobre todo de la medina (ciudad antigua), las consecuencias del temblor son aún visibles porque hay ciudadanos de la ciudad que prefieren seguir durmiendo en las calles y parques por miedo a posibles réplicas.
Es el caso de una familia acampada en el pequeño parque delante de la sede del Ayuntamiento de la ciudad, cuya bandera lucía también a media asta y un funcionario sacaba paquetes de mantas para distribuir a la población.
Aún quedan turistas en la conocida como ciudad ocre, la perla del turismo marroquí, pero según comentan hosteleros y taxistas, muchos han optado por irse ante la situación de emergencia. Un grupo de vascos ha aterrizado esta mañana de domingo de vuelta en Loiu.
Mientras, la ayuda internacional comienza a llegar, aunque la mayor parte de los países esperan a que les sea solicitada.