«Hemos sido capaces de poner pie en pared a la ola de fascismo que asola a toda Europa. Tenemos que tener unos acuerdos mínimos en base a los derechos y a potenciar avances democráticos. Porque el ejemplo que hemos dado en Navarra es importante». Así de contundente se ha mostrado la vicepresidenta segunda en su primera alocución de esta legislatura. 

Esta es la tercera legislatura con Ollo (Geroa Bai) como consejera. En su primera visita a la Cámara, ha asegurado que va a trabajar en el desarrollo en toda su extensión de la Ley foral de reconocimiento y reparación de las víctimas por actos de motivación política provocados por grupos de extrema derecha o funcionarios públicos.

En breve, ha declarado, «espero tengamos ya los primeros reconocimientos a víctimas de violencia política, de funcionarios públicos o de grupos de extrema derecha».

Asimismo, se ha comprometido a llevar este tema también a las aulas «porque la memoria no es una cuestión de estado, sino un valor de futuro».

Este discurso tan duro hacia la extrema derecha ha parecido resbalar sobre Maite Nosti, parlamentaria por Vox. Para ella, quien pertenece a la extrema derecha es el PNV. «Ahí tienen a dos seguidoras de Sabino Arana, que era nazi, racista, xenófobo y misógino. Yo nunca he sido machista ni misógina. Faltaría más», se ha defendido Nosti. Las personas a las que ha señalado, Uxue Barkos y Mikel Asiain, son parlamentarios de Geroa Bai, pero ninguno es del PNV.

En lo referente a la Memoria, además de continuar con las exhumaciones y las líneas de trabajo del Instituto, Ollo ha prometido que se completará la sede del Instituto de la Memoria en el Palacio de Rozalejo. Lo ha fechado para principios de 2025.

El euskara, centro de la polémica

Más allá de las intervenciones sobre ETA y las críticas hacia EH Bildu –en las que PP y UPN han continuado con el mismo discurso centrado en que los de Laura Aznal solo pueden participar de la política tras una condena expresa– el centro de la polémica ha girado sobre el euskara, un asunto que figura entre los desacuerdos del programa pactado por el tripartito. 

Por parte de EH Bildu, Eneka Maiz le ha exigido un compromiso mayor con el idioma. «No vemos que haya un consenso para poner en marcha este plan estratégico» sobre el euskara. «Nos quedamos desnortados en la normalización» de este idioma, ha lamentado.

El PP, por su parte, entiende que la política del Gobierno pasa por «la imposición clara del euskera en toda la Comunidad foral, eliminando la zonificación». A juicio de Javier García, el avance del euskara amenaza con romper «la convivencia en nuestra comunidad». 

Ollo ha enmarcado también la promoción del euskara dentro de esa batalla contra la ultraderecha. «A nivel estatal, la ultraderecha quiere polarizar artificialmente e involucionar, en lo correspondiente a las lenguas minoritarias. Lo estamos viendo en otras regiones con una gran tradición social plurilingüe, como Baleares o Valencia», ha advertido.

Por ello, la vicepresidenta segunda ha defendido «un acuerdo político, que huya de polémicas y utilizaciones partidistas y que, desde el rigor técnico, ayudados por entidades e instituciones de prestigio, nos permita avanzar en medidas que ayuden a seguir recuperando el valor social del euskera, así como las posibilidades de aprendizaje y utilización social».