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González y Guerra elevan su reto a Sánchez llamándole «perdedor» y «disidente»

Felipe González y Alfonso Guerra se han unido en un acto público por primera vez en décadas para lanzar un claro desafío al actual líder del PSOE, Pedro Sánchez. El primero le ha llamado «perdedor» y el segundo «disidente». Todo ello en vísperas del intento de investidura de Alberto Núñez Feijóo.

Felipe González y Alfonso Guerra, este miércoles en Madrid.
Felipe González y Alfonso Guerra, este miércoles en Madrid. (Jesús Hellín | Europa Press)

40 años después de que se convirtieran en presidente y vicepresidente del Gobierno español por el PSOE, Felipe González y Alfonso Guerra se han vuelto a unir en un acto público en Madrid, pero esta vez para vapulear a su actual líder, Pedro Sánchez. Aunque su influencia está ya de capa caída, la dureza de la doble intervención desafía a la dirección de Ferraz, que acaba de expulsar a otro líder, en este caso vasco y con menos predicamento: Nicolás Redondo Terreros. Y a nadie pasa desapercibido que dan este paso adelante a menos de una semana del intento de investidura del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, cuya única esperanza pasa por atraer cuatro síes o siete abstenciones del PSOE.

En su intervención en la presentación de su libro 'La rosa y las espinas' este miércoles en el Ateneo de Madrid, Guerra ha abierto el fuego afirmando que una persona, si es de izquierdas, «tiene la obligación de no callarse si ve injusticias, arbitrariedades, errores, los vea en la zona conservadora o en la zona progresista».

«No puede callar, tiene que decirlo», ha dicho junto al expresidente del Gobierno Felipe González y entre los aplausos de los asistentes, entre los que figuraba el citado Redondo Terreros, el exlíder del PSOE de Madrid Tomás Gómez, el exdirigente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra y los exministros del Interior de la era más dura de la guerra sucia (José Barrionuevo y José Luis Corcuera), así como miembros del PP como la eurodiputada Pilar del Castillo y el exdiputado Adolfo Suárez Illana, o la aristócrata Eugenia Martínez de Irujo. Entre los actuales dirigentes del PSOE sobresalía el aragonés Javier Lambán.

Para Guerra, «algunos están sosteniendo posiciones discrepantes que no son tan discrepantes sino coincidentes durante un tiempo» con la postura de la dirección del PSOE.

«La amnistía humilla a la Transición»

«Uno defiende lo que defiende su organización, su secretario general, presidente, y lo sigue defendiendo durante un tiempo, pero mientras tanto el otro ha cambiado», ha añadido en alusión a Sánchez.

A continuación, ha puesto como ejemplo el rechazo a integrar a Podemos en el Gobierno y la oposición a los indultos a los líderes del procés, que finalmente fueron aprobados. «Yo no he sido desleal, no he sido disidente, más bien ha sido disidente el otro que va cambiando», ha añadido.

Guerra ha sido muy crítico con la posible aprobación de una amnistía, al considerarla una «humillación deliberada de la generación de la Transición», y ha criticado también la aprobación del uso de lenguas cooficiales en el Congreso.

Barrionuevo, el ministro de Interior de la era del GAL, uno de los que ha acudido al acto. (Jesús Hellín | Europa Press)

«No podemos dejarnos chantajear»

En cuanto al expresidente y exlíder del PSOE, en un momento de su intervención se ha referido a Sánchez como «perdedor de elecciones». Y luego ha cargado sobre todo contra la opción de amnistía al «procés», de la que ha dicho que no es constitucional ni tampoco políticamente aceptable porque la considera «un chantaje».

«Cuanto más pierden, más chantajean», ha lanzado Felipe González, haciendo hincapié en la pérdida de apoyo en las urnas de las formaciones independentistas en las últimas citas electorales, al tiempo que ha hecho un llamamiento a no permitirlo. «No podemos dejarnos chantajear por nadie, y menos por minorías en vías de extinción», ha añadido.

En su alegato inmovilista, ha subrayado además que no existe posibilidad de hacer «ninguna reforma seria» en el Estado español si no es mediante un acuerdo entre PSOE y PP y se ha mostrado a favor del mismo, por ejemplo, para acometer una reforma del Senado, según ha mencionado.

«¿Conocen un país democrático que voluntariamente decida introducir un elemento de autodestrucción, disgregación de la integridad territorial? ¿Habrá un país que haga algo semejante? Solo hubo uno, la Unión Soviética. Stalin los autodeterminaba a todos», ha dicho.

González considera que, más allá del debate jurídico, «el problema es político», y ha señalado que si el PSOE quiere aplicar una política territorial distinta «tendría que cambiar sus resoluciones en otro congreso federal». «Es lo que hacíamos los viejos, que no siempre hemos sido viejos», ha apuntado.

También ha cargado con dureza contra la vicepresidenta segunda en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz, aunque sin nombrarla expresamente, al rechazar que dé lecciones de cómo hacer política cuando nunca ha ganado unas elecciones e incluso llegó a perder escaños.