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Soldados de Israel y Líbano intercambian disparos de gas lacrimógeno en la frontera

Efectivos militares israelíes y libaneses han mantenido este sábado un intercambio de disparos de proyectiles de gas lacrimógeno en Baltara, en la Línea Azul que sirve de línea de alto entre ambos países. Israel justifica su actuación en que una excavadora libanesa penetró dos metros su territorio.

Imagen de agosto en la Línea Azul entre Israel y Líbano.
Imagen de agosto en la Línea Azul entre Israel y Líbano. (Ali HASHISHO | EUROPA PRESS)

«Entre las 11.00 y las 12.00 horas soldados israelíes cruzaron la Línea Azul y dispararon bombas de humo contra una patrulla del ejército libanés que acompañaba a una excavadora que nivelaba una zanja excavada por el enemigo israelí al norte de la Línea Azul en la región de Bastara», ha explicado el Ejército libanés en un comunicado recogido por el diario libanés 'L'Orient le Jour'.

Esta patrulla «respondió a esta agresión lanzando a su vez gases lacrimógenos a los soldados enemigos, lo que obligó a su retirada», según el comunicado militar libanés.

Efectivos de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) fueron enviados a la zona para calmar la situación, que ahora está «estabilizada», según ha explicado un portavoz de la FINUL, Andrea Tenenti, citado por 'L'Orient le Jour'.

«Estamos presentes en el lugar para iniciar la desescalada. La línea azul siempre ha sido una zona de tensión entre las dos partes. Cada ejército, por su parte, intenta proteger a su país, lo que genera tensiones constantes. Por eso estamos presentes en esta zona para garantizar la paz y la estabilidad», ha añadido Tenenti.

Incursión de dos metros

El Ejército israelí ha informado por su parte de que la pala del vehículo penetró dos metros en territorio israelí y ha denunciado el lanzamiento de varias granadas hacia posiciones de la FINUL. Medios israelíes como 'The Jerusalem Post' han informado de que las fuerzas israelíes devolvieron el fuego, aunque sostienen que no hay ningún herido.

Este incidente se produce en el marco de una creciente tensión en la localidad de Ghajar, bajo control israelí 'de facto' desde julio, y ante la ausencia de un acuerdo claro sobre la ubicación de la frontera.