Martxelo Diaz
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

Hacer frente al discurso dominante

«¡Traidor a la República!». Es la acusación que las colectividades judías del Estado francés han lanzado contra Jean-Luc Mélenchon por salirse del guion marcado para decir que Hamas es «terrorista» y que Israel tiene derecho a defenderse aunque esté provocando una nueva matanza en Gaza. El propio Mélenchon había denunciado previamente «una lapidación mediática» por no sumarse al mainstream.

En Euskal Herria sabemos muy bien qué es criminalizar la solidaridad internacionalista. El juicio contra Askapena es un ejemplo. También lo saben personas como Nines Maestro o Juani Ruiz. Israel lleva décadas tratando de cortar los lazos solidarios con un pueblo que, no olvidemos, lleva sufriendo décadas una ocupación ilegal según las normas internacionales.

La llamada «lucha contra el terrorismo» –en este caso Hamas, pero en su época fue el FPLP o la propia Fatah– es el paraguas con el que la Unión Europea amenaza con cortar con la ayuda humanitaria a Palestina. Precisamente en un momento en el que la entidad sionista amenaza con arrasar hasta los cimientos Gaza. Una vez más.

Hamas no responde a nuestra cultura política. No compartimos su modelo de sociedad. Comete excesos, barbaridades. Pero es un reflejo de la respuesta palestina a una situación sin salida a la que le ha llevado el ocupante sionista. La situación en Gaza ahora es terrible. Pero lo era también hace meses cuando ya era la mayor cárcel a cielo abierto del mundo. La situación era terrible en Cisjordania con muertos cada día por operaciones israelíes. La situación es horrenda en el campo de refugiados palestinos de Ain el-Hilweh y angustiosa para los cristianos de Jerusalén.

En este contexto, el mensaje de solidaridad tiene que remar contra la corriente del discurso dominante, que solo pone el foco en una parte del conflicto obviando las causas del mismo y que se aplaude y jalea una nueva matanza indiscriminada.