La reclamación por los daños en la pasarela del Labrit tendrá un montante de 1,6 millones de euros, con lo que se intenta recuperar parte de los 2,1 millones que han supuesto para el erario público la suma de la obra original (680.000 euros) y la posterior reforma (1,4 millones de euros), y tras haber permanecido cerrada al tránsito seis años y medio.
Así se establece en el documento que ha aprobado este lunes la Junta de Gobierno Local del Consistorio y en el que se determina la responsabilidad de los defectos observados en la pasarela del Labrit y se hace una cuantificación de los mismos, que asciende a 1.651.695 euros.
El Ayuntamiento de Iruñea declara responsables solidarios de los defectos en la pasarela al equipo formado por Boreas Nuevas Tecnologías SL y los arquitectos Óscar Pérez Silanes, José Carlos Pereda Iglesias e Ignacio Olite Lumbreras, licitadores que participaron conjuntamente en su doble condición de redactores del proyecto y directores facultativos de la obra.
También a la UTE formada por las empresas Arian Construcción y Gestión de Infraestructuras SA (actualmente en concurso de acreedores) y TEUSA Técnicas de Restauración SA, como constructoras de la obra.
Los 1,6 millones de euros que han sido necesarios para subsanar las deficiencias y volver a poner la pasarela en servicio se reclamarán a estas empresas y profesionales o a las compañías de seguros, según ha informado en conferencia de prensa el vicealcalde Carlos Salvador. El Ayuntamiento de Iruñea ha desestimado las alegaciones presentadas por las partes.
Responsabilidades incluso patrimoniales
Tras conocerse la petición realizada por el equipo de gobierno de UPN, desde EH Bildu, Joxe Abaurrea ha señalado que este anuncio «desgraciadamente deja en evidencia que se han cumplido punto por punto nuestras previsiones respecto a lo que iba a ocurrir: cuatro años de retraso, de mentiras, de ilegalidades y con la pasarela cerrada para casi triplicar el coste original de la pasarela. Un auténtico despropósito».
Abaurrea ha denunciado que «aquí ha habido mucho empeño político y muy poca seriedad y rigor técnico. Y lo que es peor, sin garantías para recuperar todo el dinero gastado».
El concejal de EH Bildu ha puesto el acento en que «esto es un enorme despropósito fruto de la politización que hizo UPN de este expediente. Una politización que buscaba tapar sus propias vergüenzas políticas, pretendían escurrir el bulto respecto a sus responsabilidades. Una auténtica vergüenza. Un enorme escándalo que puede suponer la pérdida de cientos de miles de euros para las arcas públicas».
Ha recordado que «ya lo advertimos durante la tramitación de este calamitoso expediente y lo volvemos a reiterar. Vamos a exigir responsabilidades políticas de los causantes de esta chapuza. Vamos a exigir a UPN que recupere absolutamente todo el dinero gastado. Y si no se llega a recuperar todo lo gastado, exigiremos responsabilidades patrimoniales personales para que lo paguen de su bolsillo los responsables políticos, porque no puede ser que la ciudadanía tenga que pagar la irresponsabilidad de algunos cargos públicos».
Un ‘culebrón’ de años
La pasarela de Labrit, de 73 metros de largo y 3,5 metros de ancho, se reabrió el pasado 22 de febrero al tránsito peatonal tras más de seis años cerrada.
Inaugurada en diciembre de 2010, los primeros problemas de oxidación y deterioro de algunas placas de acero se detectaron en 2016. Tras varios cierres puntuales para realizar trabajos de mantenimiento, la pasarela se cerró provisionalmente al tránsito peatonal el 5 de julio de 2016 y definitivamente en el mes de septiembre de ese mismo año.
En 2018, la pasarela fue envuelta con una red de seguridad para impedir la caída de elementos sobre la calzada.
En febrero de 2019 y durante la alcaldía de Joseba Asiron se llegó a plantear que la pasarela fuera desmontada y retirada tras conocerse el informe definitivo de una consultora externa que concluía que presentaba «problemas irresolubles», por lo que «no es viable repararla» y, por tanto, por seguridad, debía ser retirada.
A esa fórmula se oponía radicalmente Maya, quien llegó a asegurar que «en dos días» se solucionaba el problema. Cuando regresó a la Alcaldía en junio de 2019 tras los comicios municipales de ese año, retomó su idea de reparar la pasarela ante el rechazo frontal del resto de grupos municipales, que advertían del riesgo de parchear una infraestructura con problemas de origen y asumiendo el coste de la reparación fiándolo todo a que después se cobre el dinero invertido reclamando a quienes hicieron la infraestructura original.
Finalmente, no fueron los dos días augurados por Maya, sino que, con la pasada legislatura en su recta final, terminaron unos trabajos de reparación que se habían ido alargando mucho más de lo previsto y que tuvieron un coste mucho más elevado de lo presupuestado inicialmente.