Maite Ubiria

El derecho a un empleo digno, en el centro de la jornada contra la pobreza

El 17 de octubre trata de poner rostro a las periferias sociales y de proyectar los programas que se desarrollan tanto en los arrabales urbanos como en zonas rurales para dejar atrás la pobreza. En Ipar Euskal Herria, Hazparne, Donapaleu, Baiona e Hiriburu acogen actos en esta jornada internacional.

Una persona sin hogar, uno de los rostros de la pobreza extrema.
Una persona sin hogar, uno de los rostros de la pobreza extrema. (Sylvain THOMAS | AFP)

En 1987 varios miles de personas se dieron cita en la Plaza de los Derechos Humanos de Paris a iniciativa del religioso Joseph Wresinski. Cinco años después, las Naciones Unidas reconocían oficialmente la del 17 de octubre como la Jornada Mundial para la Erradicación de la Pobreza Extrema.

El Colectivo Rechazar la Miseria, del que forma parte la asociación ATD Quart Monde, es la red ciudadana que dinamiza en Ipar Euskal Herria una jornada que ha tenido ya varios puntos fuertes a lo largo del pasado fin de semana en localidades como Hazparne y Donapaleu.

En Donapaleu fue una proyección de cine (‘Les nouveaux explorateurs’) el acto que permitió hablar de la dimensión de un problema social, con los testimonios de organizaciones como Cruz Roja y Restos du Coeur, pero también de varias personas que capean a diario con la precariedad.

El sábado, en Hazparne, las asociaciones que trabajan en el campo de la solidaridad celebraron un encuentro en el que evocaron los pormenores de una jornada que este año se ancla en la demanda de la creación de empleos dignos como único modo para salir del circulo vicioso de la pobreza.

También en Baiona, en la sala Lauga, decenas de voluntarios compartieron sus experiencias, y hasta pudieron disfrutar de varios sketchS de teatro preparados por personas y usuarios del Centro de Acogida de Día.

 

 

Este martes, entre las 17.00 y las 19.00, en la Plaza de la Libertad de Baiona, se celebrará una merienda compartida y se inaugurará una exposición como colofón de un programa que incluye también animaciones musicales.

Finalmente, en Hiriburu se anuncia para el sábado, 20 de octubre, a las 19.00, la proyección del mismo film de Alain Benesty, a lan que seguirá un debate. La cita es en el Salón de Plenos del Consistorio.

La mitad de la población mundial no tiene ese derecho

La demanda del «trabajo decente» centra la reivindicación de este 17 de octubre. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la mitad de la población activa mundial no tiene acceso a un trabajo digno.

Se define como trabajo digno el que «es remunerado de forma adecuada, se realiza en condiciones de seguridad y que procura protección social básica»

Empezando por lo esencial: ¿Qué es un trabajo digno? Se define como trabajo digno el que «es remunerado de forma adecuada, se realiza en condiciones de seguridad y procura protección social básica».

En 2022, había en el Estado francés 613.000 personas que se encontraban desde un año en situación de desempleo. De ellas 295.000 acumulaban al menos dos años a la búsqueda de un trabajo.

Desde 2014, las asociaciones que trabajan por la inclusión social defienden un programa piloto al que da nombre su propio objetivo: «Territorios con cero desempleados de larga duración».

Una decena de territorios pioneros

Avalado por ley en 2016, el programa, lanzado inicialmente en una decena de localidades, pone en relación a diferentes actores de la lucha contra la exclusión con la red económica e institucional más cercana.

En dos años 800 personas que se acogieron a ese programa encontraron trabajo en alguna de las empresas con objetivo de creación de empleo impulsadas de manera paralela por ese programa.

Una extensión del programa dibujaba la opción de pasar de diez a una cincuentena de programas piloto. Sin embargo, la decisión del Gobierno de Emmanuel Macron de rebajar la financiación a esos programas de inserción hace que se tambalee la iniciativa.

Anne-Marie De Pasquale, delegada estatal de ATD Quart Monde, sostiene que «nada justifica ese golpe, del todo incomprensible, máxime cuando el Gobierno asegura que su objetivo es alcanzar el pleno empleo».

El Estado contribuye a la altura de un 102% del Smic o Salario Mínimo (11,52 euros/horas, esto es 1.383 euros brutos/mes) y el Departamento aporta 24.600 euros por empleado y año.

«Se trata con diferencia del dispositivo de salvaguarda de empleo menos costoso», recalca De Pasquele, para alertar de las consecuencias de poner en peligro la viabilidad de la red de empresas con objetivo de creación de empleo, y «de debilitar la capacidad de los territorios de actuar de manera efectiva por el derecho al trabajo».

Segundo punto que perturba a las asociaciones y que planea sobre este 17 de octubre: la denominada ley de pleno empleo remitida por el Gobierno al Parlamento.

Las asociaciones desconfían del efecto positivo de hacer trabajar de 10 a 20 horas por semana a cambio de recibir el RSA (similar a la RGI)

La centralización de la gestión del RSA ligando a quienes reciben la prestación a France Travail (hasta ahora Pole Emploi, sistema que gestiona la prestación de desempleo) pondrá en cuestión «una política de acompañamiento para salir de la precariedad que debe de construirse sobretodo desde la escala local» estima la plataforma de lucha contra la pobreza.

«La participación de las personas que soportan la miseria y la exclusión social en las políticas de empleo, su gestión y evaluación es una condición indispensable para poder alcanzar ese objetivo del pleno empleo, ya que nuestra experiencia demuestra que la implicación de las personas afectadas es la mejor garantía para que las acciones y planes que se pongan en marcha alcancen también a las personas más alejadas del acceso a sus derechos, empezando por el derecho a un trabajo digno», constata ATD Quart Monde.

La asociación ha remitido este 17 de octubre material específico a los centros escolares para que aborden una cuestión, la de la pobreza severa que, recuerda, «no es un problema de quienes la sufren, porque sus efectos perjudican al conjunto de la sociedad».